¿te gusta la nueva novela?

lunes, 4 de febrero de 2013

Protegeme 2da temporada. Capitulo: 16





__________ asintió, mordiéndose el labio. Siempre sabía exactamente que decir para excitarla.

- Si no me equivoco te prometí cumplir tus fantasías… - besó su cuello, mordisqueando hasta el lóbulo de la oreja. – y una que deseabas es que hiciéramos el amor en el exterior… aquí lo tienes.

Hacía frio, joder, muchísimo más que en Los Ángeles. Pero no estaban pendientes de la temperatura, al menos no de la del ambiente. Justin se metió en el río con ella.

- Mier.da – masculló – está helada.

- ¿No me digas? – se burló ________. – no me siento las piernas.

Justin volvió a besarla.

- No te preocupes, pronto dejaras de sentir todo el cuerpo. – La levantó por los músculos y salió del agua, con ella a cuestas. Buscó algún apoyo.

Una piedra grande le sirvió para recostar a ___________. Le abrió más las piernas y se colocó en su entrada.

- ¿Estás caliente para mi? – le preguntó un Justin salvaje.

- Si… - dijo ________ alzando las caderas para invitar a Justin.

No hizo falta nada más. Una fuerte sacudida de caderas y se encontró adentro de ella.
Movió las caderas en círculos, metiéndose aún más en su cuerpo. Observó la expresión de la cara de ________.

- Eres preciosa… - dijo gimiendo. – Te amo, te amo _______ _______.

- Yo a ti, Justin. – se agarró a él y siguió el compás de las caderas de Justin, para empezar a moverse coordinados. – Cielos, esto es tan bueno… - jadeó, viendo el punto de unión entre Justin y ella.

- ¿Te gusta lo que ves? – le murmuró en el oído. – Obsérvalo… míralo, mira como tu co.ño se traga mi po.lla de buen gusto…

___________ se arqueó al oír esas sucias palabras. Le gustaba, joder si le gustaba que Justin le hablara de ese modo. Se acercó a su cara. Le lamió la comisura de los labios, recorrió con los suyos la tensa mandíbula de Justin, hasta llegar a la oreja.

- Sigue, sigue… - gimoteó, haciendo que el miembro de Justin endureciera adentro suyo. – me gusta, me gusta mucho lo que haces…

Hubo algún cruce de miradas, mientras Justin aumentaba el numero de embestidas, rápido, se la quería follar duro, mucho. Quería oírla gritar, quería que se corriera con fuerza, encima de esa maldita roca, alrededor de él. Quería que le entregara su alma, su corazón, su todo, como él lo había hecho con ella.



Era increíble… llevaban todo el día, allí tumbados, tapados con un simple albornoz. Y ahora observaban las estrellas, juntos. Una noche romántica, perfecta en la isla de Galesnjak. Habían estado hablando de tantas cosas… riendo, enfadándose en broma, coqueteando. Sabiendo, encontrando el punto de felicidad. La compatibilidad de ambos daba al cien por cien. Parecían inseparables, pero a veces las cosas dan giros de trescientos sesenta grados.

- Justin… - ________ se acurrucó en su pecho, aún húmedo. Le había tocado a ella tirarlo al río. Y se notaba mucho… que él se había dejado caer. Porque sinceramente, ________ no podía con Justin. Pero le hizo gracia.

- Dime mi amor. – apartó los mechones húmedos. Que ahora parecían de un castaño intenso a causa de la oscuridad, y a la vez, de un tono más rojizo, por la luz del cuarto de luna.

- ¿Qué es el regalo? – suspiró, haciendo dibujitos en su pecho.

- La luna. – le besó la cabeza.

___________ se rió.

- No puedes regalarme la luna.

- Por ti, haría lo que fuera. Te aseguro que si fuera posible llegar hasta ella y bajártela, lo haría. – ella le sonrió, enternecida. Buscó sus labios para saborearlos. Una vez más, de nuevo.

- Eres hermoso. – dijo mirándolo a los ojos, donde se podía ver a ella misma, en esas limpias pupilas, oscuras como el mismo mantel del cielo.

Justin le dedicó otra sonrisa. Y de la nada, apareció la cajita de antes.

- ¿Puedo? – dijo ________, contenta.

- Si, ahora si… - suspiró mirándola. Un suspiro, ¿quizás de amor? – creo que es el momento.

- A ver, a ver… - Desabrochó primero el lacito. Y después rascó los trozos de celo, con cuidado. Justin amaba observar esos pequeños detalles. Eso que ella hacía, con plena delicadeza.

- ¿Sabes que hoy he descubierto una cosa en ti?

- ¿A si? – dijo __________ concentrada en lo que estaba haciendo: desenvolver su regalo. - ¿Cuál?

- Tienes una peca… - metió la mano entre sus piernas. – justo… aquí… - murmuró. ________ se estremeció, riendo a la vez.

- ¡Justin! – rió y mordió su hombro, juguetona.

- Te amodoro. – dijo, simpático.

- ¿Qué?

- Te amodoro. – repitió.

- ¿Eso qué es? – dijo prestando atención ahora a Justin.

- Te amo y te adoro. A la vez. Más intenso.

- ¿De verdad? – rió. - ¿Una nueva palabra?



Justin asintió.

- La nuestra. – acarició con los nudillos su brazo. - ¿Vas a terminar de abrir eso? – sonrió. ________ asintió y terminó de quitar el último trozo de celo. Sacó una caja.
Ahora, azul marino. - ¿preparada? – el pulso de Justin temblaba. Ella hizo una breve pausa, aun que se moría de curiosidad.

- Justin, tu no eras así. – dijo, frunciendo el ceño.

- ¿Cómo?

- No te ponía nervioso nada. No eras cariñoso. – miró la expresión de Justin. – no te ofendas, cariño. Tenías un carácter frívolo.

- Pero es que tú me has cambiado. – dijo, desviando la mirada hacia el vacio.

- ¿Yo?

Justin asintió de nuevo.

- Nunca me he enamorado. Y lo que siento por ti es más que eso. Nunca he dependido de nada. Ahora eso a cambiado. Porque dependo de ti. Te necesito, ________. Te quiero, te amo. Pero también te necesito.

__________ empezó a llorar. Justin la abrazó.

- Abre la caja, por favor. – le pidió él.

_________ intentó dejar de temblar, de llorar, pero no podía. Y entre lágrimas, se inclinó hacia adelante y destapo la caja, dejando la tapa a un lado. Un anillo de plata de ley, con un zafiro pequeño en medio yacía entre suero blando en el centro de la superficie de la caja. __________ entreabrió la boca. Sintió como Justin la abrazaba, poniendo sus cálidas y grandes manos en sus hombros. Cuándo le susurró cerca del oído:

- Cásate conmigo...








-------------------------------------------------------------





Esto es todo por hoy. espero que les haya gustado... las Quiero y gracias por leer mi novela y por apoyarme en Twitter<3


Protegeme 2da temporada. Capitulo: 15






- ¿Sabes que aquí no vive nadie? – rió Justin – quiero decir, si, hay gente, pero esto es muy turístico… perfecto para los amantes, pues la isla tiene forma de corazón. – desató la trenza de ____________.

- Eh. – se quejó ella.

- Desmelenada estás mejor. – dijo alborotando su pelo. – Bueno, estás perfecta de todas las maneras… pero me gusta el pelo a lo… leona, cuando terminas de follarme. – eso fue suficiente para que la temperatura empezara a crecer.

- ¡Justin! – se quejó ella.

- ¿Qué? Bien que te gusta que te hable sucio cuando estás montándome…

- Justin… - se volvió a quejar ella.

Él no dijo nada. Cogió su mano. Aún llevaba las uñas pintadas de ese granate oscuro, pasional. Las uñas, ni largas ni cortas, sin morder, perfectas. Quiso que en esos
momentos esas perfectas manos le cogieran… allí abajo y hasta clavaran aquellas uñas.
Provocando una sensación de placer y dolor. La lujuria creció en el interior de Justin.
Besó su mano, entrecerrando sus pequeños ojos color miel. Y lamió sus dedos, haciendo gemir a __________. Le desabrochó la chaqueta y le empezó a quitar el jersey, sin dejar a parte esos eroticos y seductores besos, que ahora subían por su brazo. __________ lo retiró, suavemente.

- Será mejor que vayamos a dar una vuelta. Quiero visitar el lugar, ahora que hay la luz del día.

- Pero…

- Por la noche… - dijo inclinando la cabeza – Te juro que nunca me canso de hacerlo contigo, y nunca me cansaré. Pero… dejemoslo por la noche. – sonrió y lo esquivó. – ahora voy a mear… llevo todo el viaje aguantándome.

Justin sonrió. Aun que se había quedado con las ganas de más, de mucho más. Sintió como su dolorida erección se movía dentro de sus vaqueros azul marino. Se quitó la chaqueta, esperando a _________. En el comedor había un espejo grande. Observó su reflejo por unos instantes. No cabía duda de que era atractivo, ¡dios! En poco tiempo había echado más músculo y todo. Se fijó en un detalle. Sus ojos, oscurecidos por la excitación. ¿Siempre se le ponían así cuando __________ lo calentaba?
Concluyó que sí. Eso lo hacía aún más erótico. El negro de sus ojos se había extendido de tal manera, y solo por la excitación.

- Que me has hecho ________... – entonces, se dio cuenta de todo lo que había podido cambiar por una mujer. Ya no era frio, ya no. No solo pensaba con la po.lla.
Pensaba más con la cabeza… de arriba. Pero sobre todo con el corazón. Por muy cursi que sonara, estaba enamorado de __________. Nunca había sentido todo esto, pero no se arrepentía. De nada, hasta el momento. – Que me has hecho, mujer de mi vida… - se volvió a repetir, sonriendo y negando con la cabeza.



__________ yacía de espaldas a él. Medio dormida, aceptando las caricias que le daban sus dedos. Después de hacer el amor estaban más cariñosos. Sobre todo él.
Sintió sus besos en el hombro. Se giró y le plantó un beso en la boca. Él lo aceptó gratamente.

- Este sitio es fantástico. – Miró de reojo la casa. Estaban iluminados por el fuego de la chimenea. Sus pieles desnudas parecían ahora más doradas. Se incorporó para colocar la mitad de su cuerpo encima del torso de Justin.

- Sabía que te gustaría. – la miró un poco des de su altura y jugueteó con su cabello.

- Debo contarte algo.

- ¿Más aún? Solo falta que metas a tu ex en casa. – Justin rió.

- Para nada. – dijo algo molesta. - Debo irme durante un par de semanas… el centro médico nos ha mandado a mí y a un grupo de enfermeras y doctoras, que están haciendo un cursillo, hacia a Nueva York, debemos pasar unas prácticas… ya me han alquilado un piso y todo donde estaremos allí yo y las demás chicas… - acarició su mejilla, una áspera pero fina capa de barba de madrugada le irritó un poco la piel, pero ese tacto, sensual, le gustaba al despertar. – Te echaré de menos Justin… pero prométeme que no vas a portarte mal. – él la miró extrañado. – Vamos, sabes a lo que me refiero… solo quiero que sepas que confío en ti… plenamente… no me decepciones.

Él asintió, aun que con un interrogante en mente, por lo que __________ había querido decir.

- Y a propósito. – Volvió a sonreírle. Justin dejó pasar lo anterior. – Feliz Navidad.

- Oh, cierto… con todo esto se me había olvidado que estamos a día veinticinco.
– le pellizco suavemente una de sus mejillas. – Feliz Navidad mi amor. – Justin se levantó y buscó algo entre las maletas aún semi desechas.

- ¿Qué has cogido? – dijo ________ levantándose de la cama y dejándose ver, igual que él, totalmente desnuda. Justin escondió algo a sus espaldas.
- Nada. – dijo sonriendo.

- ¿Te crees que me mamo el dedo? – Justin la miró picara.

- El dedo no… - ________ se puso colorada.

- Bueno… ya me has entendido… ¿Qué escondes? – intentó verlo, pero Justin la esquivaba.

- Ei, quieta. Te lo daré esta noche. – le sonrió. – supongo que te gustará.

___________ se puso su albornoz rosa y Justin hizo lo mismo con el suyo azul. Lo abrazó.

- Cualquier cosa que sea tuya me gustará. – y le cogió lo que tenía detrás de la espalda, entre las manos.

- ¡Eh! – dijo Justin, riendo. – devuélvemelo, anda…

__________ sacudió suavemente el paquete envuelto en un papel de regalo rosa eléctrico, con un lazo negro. No era muy grande.

- ¿Si no, qué?

- Ya no será una sorpresa… - tendió la mano para que le diera el paquete.
 


Pero ________ se escapó, hacia a fuera. Se levantó el albornoz, porque con él era un poco más complicado de correr. Y salió de la casa. Justin la persiguió. Jugando, de nuevo, como dos niños. A buscarse, a encontrarse, a amarse. Le daba ventaja a
________, que se metió descalza en el próximo bosque. Él la alcanzó, rodeándola totalmente de la cintura.

- Te pillé, pequeño monstruito. – la abrazó y le quitó el regalo, guardándoselo en el bolsillo del albornoz. – mira donde estamos, y de qué manera.

- Ya veo. - _________ se giró y rodeó el cuello de Justin. Lo besó. – supongo que tendré que esperar a que sea de noche para que me des el regalito… - inclinó la cabeza. – dame una pista.

- No, si no ya lo sabrás.

Él cogió su cara por las mejillas y le devolvió el beso, con lengua, tan profunda y excitante, que hizo que ________ anhelara la fuerza de su cuerpo, su abrazo, su todo. De repente, la lvantó.

- Al agua vas… - murmuró, dejándola caer en el río. __________ gritó.

- ¡Justin! – dijo apartándose el pelo chorreante de la cara y haciéndolo a un lado.
Abriendo la boca, asombrada. - ¡Justin Bieber vas a morir! – intentó salir del agua, pero el peso de esta en el albornoz hizo que perdiera el equilibrio y volviera a caer. - ¡Ah! – se quejó, histérica.

Desabrochó el cinturón del albornoz y lo dejó caer en el césped. Justin se quedó embobado, mirando su cuerpo desnudo, temblando de frio, húmedo. La lujuria empezó a crecer en él. Vio como __________ colocaba una pierna en una de las piedras cerca del césped para subir. Él se puso en cuclillas y la cogió del tobillo. Así, con una pierna en lo alto y la otra reposando en el agua, tenía una visión perfecta… ni montañas, ni mar, ni ríos, ni paisajes, ni mier.das. El sexo de __________ era lo mejor que sus ojos podían ver. ____________ lo miró interrogativa.

- Quédate así, mi nena… - se inclinó hacia adelante y paseó sus labios por los vaginales de ella. Colocó la mano sobrante en la cintura de ________ y la paseó.
Sintió su piel de gallina. - ¿tienes frio?

- Oh, nooo… - dijo ella irónicamente. – es que un idio.ta me acaba de tirar al río.

- Mmh… me pones cuando te cabreas.

Ella se sonrojó.

- Tranquila, yo ahora te caliento… - recorrió su tripa con la mano y besó su monte de Venus. Acarició sus pliegues con el dedo índice y paseó la lengua por su interior. Un suspiro se escapó de la boca de __________. Agarró el pelo de Justin e hizo que se hundiera en su vagina. Y siguió sintiendo, sintiendo como comía de ella.

Justin apartó las manos de __________, aun que ella siguió con la misma posición. Y él siguió moviendo su boca, expertamente… sabía justo donde darle. Dejó caer su albornoz al lado del empapado de _________ y terminó por levantarse. ___________ se quejó.

- Espera… tengo otra cosa para ti… - dijo masajeándose la erección. – y creo que prefieres esto…
 

Protegeme 2da temporada. Capitulo: 14





- ¿Ya saben que van a tomar? – dijo con un acento realmente italiano el joven camarero.

Justin asintió, cerrando la carta.

- Tráiganos el mejor vino de la casa para acompañar en carne. – miró a
__________. – Yo quiero un Carpaccio di filetto. – A ________ le fascinó ese intento italiano. Era hermoso. - Y mi esposa... – se detuvo, sonriéndole a _______. – Quiere un Provolone.

- De acuerdo. Ahora les traigo el vino mientras se hace la comida. – se inclino como modo de salutación y desapareció adentrándose en la cocina.

- ¿Por qué? – preguntó ___________ asombrada.

- ¿Por qué, que? – dijo Justin, haciéndose el tonto.

- ¿Por qué me llamaste lo de tu esposa?

- Supongo que queda un poco mal decir ‘mi amante’ ‘mi novia’. Lo que sea, además, tu y yo ya parecemos una verdadera pareja. – dijo acariciando su brazo.

- Eres demasiado.

- Te amo. – dijo Justin en una sonrisa.

- Y siempre me sorprendes cuando menos me lo espero. - ________ suspiró. – eres lo mejor que me ha pasado. – dijo mirándolo enamorada.

- Y tú a mí. – Justin le guiñó el ojo, coqueto. __________ no lo pudo encontrar más adorable. Quería apartar las copas, los cubiertos y besarlo allí mismo, voraz. Cuando algo culminó su mente.

- Tengo que contarte algo… - suspiró – más bien consultártelo.

- Lo que sea, ya sabes. – terminó entrelazando sus dedos con la mano de ____________. - ¿Te he dicho que te has puesto muy guapa?

__________ se había puesto un minivestido gris, su campera aviadora corta de cuero y de color negro y unas botas mosqueteras del mismo color.

- Tu también. – Justin iba con su chaqueta de cuero que le quedaba tan sexy… un jersey que se adornaba con dos botones al cuello, de color vino, y unos pantalones negros, terminando con unas bambas Adidas blancas. – tendré que ponerme a tu altura ¿no?

- Siempre lo estás. – entrecerró los ojos. Precioso, pensó __________. – Al contrario, soy yo quien tiene que estar a la tuya.

- No seas tonto. – musitó ella.

- ¿Qué tenias que decirme? – dijo Justin, jugueteando con su pulgar en la palma fría de la mano de ella, mientras que los otros dedos seguían entrelazados. Se dio cuenta de que llevaba las uñas pintadas de un granate oscuro que aún afeminaba más sus delicadas manos.

- No te enfades, por favor. - ¿Pero por que se tenía que enfadar? Se preguntó por unos instantes. Oh, solo porque metes a su jodida ex novia en casa, durante Dios sabe cuánto tiempo. – Prométemelo. – le pidió.

- No te puedo prometer nada. – la cara de __________ se tensó al escuchar eso
– Pero te aseguro que enfadarme contigo sería difícil.

- No tanto.

Justin esbozó una sonrisa juguetona.



- Venga, ¿Tan grave es?

________ inclinó la cabeza.

- Contéstame tu. – inspiró y expiro. Sentía el suave roce tranquilizador de la mano de Justin en la suya. - ¿Dejarías… que tu ex novia se quedara por unos días en casa?

- ¿A cuál de mis ex novias te refieres? – dijo Justin alzando una ceja, gracioso. – Porque a la mayoría contestaría que no.

- A Milena. – dijo __________ mirando la expresión de la cara de Justin.

- Has ido a elegir la peor de todas. – Justin negó con la cabeza – No, definitivamente no la quiero en mi jodida casa.

- Justin…

- No, ________. ¿Querías consultármelo? La respuesta es: no. No sabes cómo es ella, es el diablo en persona.

- Ha cambiado. – dijo __________. Justin apartó su mano, dejó de acariciarla para cruzarse de brazos, imponente. – Esta mañana he estado hablando con ella. – le explicó – es una buena chica, ha cambiado. Tiene sus problemas y me lo pidió. Dice que soy la única persona en la que puede confiar.

- Es una grande mentirosa.

- Se me puso a llorar.

Justin se pasó la mano por el pelo, despeinándose, de una forma muy sexy.

- Solo te pido que la dejes quedar unos pocos días. No sé porque te pones tan negativo, entre tú y ella ya todo acabo ¿no es así?

- ¿Te recuerdo la escena de hace unos meses en tu clínica? Porque fue ella la que se me lanzó.

- Porque no sabía que tu y yo estábamos juntos. Ahora si lo sabe.

- Es una cerda.

- Justin, ella ya no está por ti, o eso parece. Y definitivamente, tu no sientes nada por ella. – lo miró fijamente. - ¿O si?

- Claro que no. – dijo él decidido. – Solo tengo ojos para una persona, y esa…

- Es la puta de PlayBoy. - ________ se había acostumbrado a llamarla así. Rió.

- No. – dijo Justin enfadado. - ¿Me lo vas a remarcar de por vida?

- Puede. - ________ negó. – sabes que no, mi niño… pero me hace gracia.

- Sí, pero en tu momento cogiste el cabreo del siglo. – suspiró. - ¿Dónde estaba? La muñequita de mis ojos eres tú. – dijo sonriéndole. – todo lo demás quedó atrás. Solo son recuerdos inútiles.

- Eso espero. – suspiró.

- ¿Confías en mí?

- Más que en nadie. – abajó la mirada. – por eso deberíamos dejar a Milena estar unos días en casa. Tengo la fe necesaria como para saber que no pasará nada.
Justin asintió.

- Entonces… que se quede. Pero solo unos días. – volvió a alborotarse el pelo, nervioso. – A la mínima, se irá a la puta calle. - __________ asintió, conforme.
 — 


Milena entró cargando las maletas.

- Deja, ya te ayudo. – dijo Justin, refunfuñando. Y cogió las dos maletas enormes de ruedas como si nada. Sus músculos se tensaron.

- Creo que no soy muy bienvenida por tu parte.

- Escucha, si hago esto es por __________. No sé que mier.da le has dicho que le caigas bien.

- No le he dicho nada, simplemente soy yo misma. Por eso le agrado, de la misma manera que te agrade a ti. Hasta llegar a enamorarnos. – le guiñó un ojo.

- Yo no me enamoré de ti. Y tú de mi tampoco. Si no, no te hubieras ido de esa manera, haciéndome pensar que estabas muerta.

- No lo hice por gusto. Lo tenía que hacer.

- ¿A sí? – Dijo Justin, intentando parecer sorprendido. – Mira, dejemos el tema, lo hecho está hecho, ya no hay nada más que hablar sobre lo que pasó entre tu y yo.
Será mejor que los días que estemos aquí nos llevemos algo mejor. – Milena se inclinó, tan peligrosamente, que a Justin se le aceleró el corazón.

- Gracias por acogerme. – y le dio un suave pico.

- Apártate. – gruñó Justin, dándose la vuelta y hiendo hacia la habitación de invitados. – no vuelvas a hacer eso, si no te hecho a patadas de mi casa.

- Cuidado. – dijo Milena, irónica. – que viene el matón.

Justin la miró mal. Luego se relajó al ver la misma cama donde había tenido un sexo magnifico hacía nada, con ___________. Sonrió al saber que Milena dormiría allí, sin saber lo que había pasado.

- Esta es tu habitación.

Milena la observó de arriba abajo.

- Confortable.- sonrió y pasó. – puedes dejarme las maletas aquí mismo. – lo dijo en un tono imperativo que a Justin no le gustó nada.

- Toma anda. – Dejó ir las grandes maletas. – intenta que no sea un total caos esto.

- ¿No sabes que yo soy muy ordenada? – sonrió – no se tu querida novia como será, pero sabes que yo siempre cuido bien las cosas, lo que es de otros, pero sobretodo lo mío. – quizás eso lo dijo en un sentido literal, mirando a Justin. Como si él entrara en esas cosas.

Él negó con la cabeza y se fue hacia su habitación. Ya eran las once de la noche y solo quedaba un día para marchar hacia Galesnjak, Croacia.

- ¿Qué tal está Milena? – dijo ________ en cuanto lo vio entrar.

- Demasiado bien, creo yo. ¿Seguro que es buena idea irnos y dejarla sola?

- No te preocupes, Justin. – la voz de Milena apareció al otro lado de la puerta.
Los observaba a los dos. Una chispa de envidia saltaba a la vista que yacía en sus ojos.
¿Pero por qué? – ya hablé con ___________; creo que ella mantiene la mínima confianza como para saber que no haré nada malo en o con su casa.

- Si, Justin, ¿qué podría pasar? ¿Qué montara una fiesta descomunal? Milena no conoce a casi nadie aquí en Estados Unidos.

Justin no dijo nada más. Aun que seguía no muy convencido.





Justin observó la expresión de la cara de __________.

- Dios, esto es precioso… mi vida… - sonrió, y se acercó a él para agradecérselo con un beso. Aun que eso era poco, demasiado poco.

- Todo por ti… estas van a ser nuestras… - se quedó pensando – segundas vacaciones … las primeras de verdad – los dos rieron – y quiero que sean especiales…
aun que mi amor… cada momento que paso contigo es especial… - la cogió de las mejillas y presionó sus labios contra los de ella, impregnándose de su gloss con sabor a fresa.

____________ miraba fascinada la casa que Justin había alquilado. Eso le habría costado un paston. Él la rodeó por detrás y le besó la nuca, ya que ___________ llevaba una trenza lateral.

- Entonces, ¿te gusta, pequeña?

- Muchisimo. – sonrió y volvió a besarlo.

- Vas demasiado guapa. – dijo dándole una palmada en el culo.

- Voy normal.

- Demasiado guapa. – repitió Justin con ese rintintín suyo.

Y era verdad. A ella le gustaba vestirse bien, normal, comoda. Pero a la vez guapa, solo para él. Llevaba unos pantalones pitillo tejanos y unas camperas de tacón. Y la chaqueta con la capucha emplumada.

- ¿Entramos? A dentro encenderé la chimenea, ya verás que bien se estará. – mordió el lóbulo de la oreja de ___________ y ella se estremeció.

- Vamos.

Justin sacó unas llaves y abrió la puerta de entrada. ___________ aún quedó más fascinada por el interior.

- Esta casa es fantástica.

- Si quieres la compro y venimos aquí a pasar las vacaciones.

_________ lo miró boquiabierta.

- ¿Estás loco? Ya bastantes gastos tenemos con nuestra casa en Los Ángeles.
Además de que tienes una cala privada con esa casa… - __________ se sonrojó en pensar todo lo que había pasado allí.

- ¿Y qué? Pues bien que nos lo podemos permitir.

- Tú te lo puedes permitir, Justin. Yo tengo un oficio en el que cobro bien, muy bien para ser exactos, ya que tengo mi carrera y todo eso. Pero no estoy forrada como tú. – alzó una ceja y a Justin le pareció muy gracioso.

- Sabes que mi dinero también es tuyo.

- Demasiado que lo se. – dijo mirando hacia el suelo. – parezco una niña de papá de lo mimada que me tienes.

- No, no pareces una niña de papá. – la volvió a abrazar, pellizcando una de sus mejillas y viendo esos ojos, ligeramente maquillados, deliciosamente teñidos de un color precioso. – eres la niña de Justin. – Y ambos rieron.

- Eso, ni lo dudes.