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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Protegeme. Capitulo:08

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Alguien levantó la persiana bruscamente. La luz del sol le cayó directamente a los ojos.

- Oh, mierda… - murmuró ________ tapándose sus sensibles ojos con el cojín.

Eso se lo hacía su madre cuando tenía diez años. Pero ¿ahora? Ahora que estaba a punto de cumplir los veintidós no la molestaban de buena mañana de esa manera.
Cuando sus ojos se adaptaron, apartó la almohada.

- Buenos días. – dijo Justin con entonación. – date una rápida ducha y arréglate un poco… el desayuno ya está hecho.

__________ lo miró interrogativa. ¿A qué venía tanto afecto por parte de ese hombre frio y arrogante?

- Hoy vendrás conmigo al pueblo. Necesitas ropa de tu tamaño. – dijo observando cómo su jersey aun cubría el pequeño cuerpo de ___________. – Si no quieres, tendrás que pasar con jerséis que te vayan entre siete y diez tallas grandes.

- Claro que quiero. – farfulló _______ destapándose y sentándose en la cama.
Justin observó las piernas perfectamente depiladas. Quería acercarse a ella, besárselas, lamerlas… hasta que _______ se estremeciera murmurando su nombre. El simple pensamiento lo ponía más duro que una piedra. – Pero yo no tengo dinero… - se excusó ________.

- Te lo compro yo. – Dijo Justin dirigiéndose hacia a fuera.

- No puedo aceptar que me compres la ropa…

- Tómatelo como un regalo. Cuando esta misión termine ya no nos tendremos que ver más. Y al menos, un recuerdo de mi te quedará, cada vez que abras el armario. – él se rió. Pero a _________ no le hacía gracia, ¿Por qué?. Simplemente, porque al escuchar a Justin comentar el ‘ya no nos tendremos que ver más’, le puso la piel de gallina por angustia. ¿Y por que sentía eso? Aún no lo sabía. – Bueno ¿Qué?
¿Vas a arreglarte, o no?

La arrogancia volvió en el tono de voz de Justin. Ella se levantó mirándolo mal.

- Voy a ducharme… - dijo girando sobre sus talones descalzos y dirigiéndose hacia el baño.

- Date prisa. – dijo Justin dándole un cachete en el culo y adelantándola hacia el salón.

___________ bufó, frustrada. Si, estaba claro que ahora si quería que esta misión terminara ya… y olvidarse de Justin y toda esa mierda para siempre.

__________ llevaba una sudadera de Justin. Le llegaba por las rodillas, pero le daba igual. Llevaba el único sostén y las únicas braguitas que tenía. Y no llevaba pantalón, ¿para qué? El pelo se lo había arreglado bastante bien, aun que sin espuma ni plancha era algo difícil. Ni maquillaje ni nada… en una casa donde solo vivían dos hombres, no había ni una gota de rímel. Justin la cogió de la mano. _________ sintió una punzada en el pecho.

- Es mejor así. No quiero que suceda algo de nuevo. – le miró la pierna, apenado. _______ sintió alegría al saber que Justin se preocupaba más de lo normal por ella.

Tiró un poco, haciéndola caminar por la calle principal, donde había la mayoría de las tiendas. Entraron en una de jeans. Pasaron a la gran sección femenina y ________ miró alrededor de ella. Justin cogió un par pantalones del estante de arriba. Unos azul oscuro, y otros mucho más claritos.

- ¿Qué talla usas?

- La cuarenta.

- Estás delgada.

- No digas tonterías.

- No las digo, Soy un hombre… y te recuerdo que te ví perfectamente en paños menores. Y estas estupendamente.

__________ se ruborizó. Justin le alcanzó sus tallas de esos dos pantalones.
__________ los desplegó y los observó. De cintura baja y apretados del muslo y pierna.

- Esto es demasiado… para mí. No tengo suficiente…

- Pruébatelos. Estoy seguro de que te quedaran perfectos. – le cogió de los hombros y la metió dentro del probador.

Eso no la había molestado. Al contrario… sonrió.
Estoy comprando ropa para mi, con Justin. Se probó los pantalones más oscuros. Se miró al espejo. Parecía tener las piernas más largas y un mejor culo. Eran lo suficiente bajos para que fuera enseñando algo del bajo vientre. Corrió la cortina de nuevo. Justin la miró, sentado en el banco de enfrente, donde había otros hombres esperando, seguramente, a sus mujeres a que salieran y se decidieran de una puñetera vez.

- ¿Ves? – Justin sonrió, mirándole las piernas – gírate.

Ella cumplió y se giró ligeramente. Justin centró sus ojos en el trasero de ___________.

- Mi madre… - suspiró – venga, perfectos…

Se levantó cogiendo los otros pantalones de dentro y se llevó a _________ hasta el mostrador.

- ¿Nos cobras, guapa? – le dijo Justin a la dependienta.

- Si, si… - ella se lo quedó embobada mirando. _________ la miró mal.

Primero de todo que se abroche otro botón de la camisa. Segundo, ¿tetas de silicona? Y al bobo de Justin se le cae la baba. Tercero… no hay tercero.

Sí que lo había…
__________ estaba celosa, y no quería admitirlo. Pero ¿por qué ver a Justin mirando a otra mujer la ponía verde?

Entraron en una tienda de jerséis, blusas, camisones y lencería. ________ se quedó fascinada viendo todo aquello. Con lo que le gustaban las compras… y Justin le hacia aquel favor… ya se había gastado más de doscientos dólares con los cuatro pares de pantalones y el par de zapatos.

- Esta tienda puede que sea mi favorita. – murmuró Justin con una gran sonrisa.

A _______ también le encantaba probarse lencería. Pero no en ese aspecto… si no, porque le gustaban los conjuntos bonitos, de distintos colores, cómodos y sexys a la vez. Se probó un par de jerséis. Dos hombres que estaban en la sección de ropa interior masculina se quedaron mirando a __________. Justin fijó su fría mirada en ellos. __________ seguía buscando algún otro jersey entre los distintos percheros.
Alzó la mirada y uno de ellos le giñó el ojo.

- Vete a coquetear con otra. – dijo Justin cogiendo a _________ del brazo y llevándola a otra parte de la tienda.

- ¿Por qué hiciste esto? – dijo ________ dejando el par de jerséis que se había probado en el banquillo de en frente los probadores.

- Por que se te comían con la mirada, nena.

- ¿y? Creo que hasta ahora aun estoy soltera y libre. Y puedo dejar que otros hombres me miren todo lo que quieren, incluso que coqueteen. ¿A caso tú no lo has hecho?

Justin agachó la mirada. Pronto se le pasó el enfado a _________. Un conjunto del tanga rosa con los encajes negros y el sujetador a juego, con los bordados del mismo color más oscuro le llamó la atención. Era completamente provocativo. Y completamente su estilo. Hacía meses que no compraba un conjunto así de sexy, y se había enamorado de aquel, precisamente. Sintió impulsos, de al menos probárselo.
Vio la tarjeta. 89.95 dólares. Se puso blanca de golpe. Justin se acercó y le susurró al oído.

- Pruébatelo… si te gusta cómo te queda. – que de eso estoy seguro – yo te lo pago.

________ se giró. Se encontró con la cara de Justin a milímetros de la suya.

- No puedo dejar que me compres algo así… tan caro. – negó con la cabeza – da igual, me compraré otro más normalito. – intentó ir hacia el otro estante, pero Justin la retuvo entre él.

- No… pruébatelo, enserio estaré encantado de comprarte algo así… - sonrió – me gusta que te guste la lencería tan erótica.

________ se sonrojó un poco.

- ¿De verdad me lo permites? – no pudo evitar sonreír, mordiéndose el labio.
Eso agitó a Justin.

- Si, de verdad. – Buscó entre los percheros – adivino que… tu talla es una 95 copa C.

________ entreabrió la boca.

- ¿Cómo lo sabes?

- Por que tus pechos me fascinan. Son perfectos para mí. – y ahora sí que se le subieron verdaderamente los colores. Nunca había estado tan roja.

Justin sacó un conjunto igual que el del maniquí pero con la talla de _______.

- Toma. - ________ lo fue a coger – Ah, ah…

- ¿Qué? – dijo arqueando una ceja.

- Te dije que estaría encantado de comprártelo si te gustaba.

________ asintió.

- Pero con una condición. – y las condiciones de Justin le daban miedo – que cuando volvamos a casa me enseñes lo bien que te queda este precioso conjunto – sonrió, pícaramente.

________ se quedó pensativa. Fue a oponerse pero Justin se le adelantó.

- ¿Qué pasa? No pierdes nada, ya te vi en ropa interior. – sonrió – sales ganando.

________ lo miró. Tenía razón. Al final terminó cogiendo el conjunto.

- Solo unos segundos.

- Solo unos segundos – repitió Justin – con eso me basta.

Ella negó con la cabeza y se metió en el probador. Poco después salió con una sonrisa en los labios. Justin también sonrió.

- Vamos a pasarlo por caja.

________ llevó las cosas hasta la caja y un dependiente los cobró. Pocó después y con seis bolsas en las manos, se volvieron a subir al yate, de nuevo hacía la playa de Justin. Él manejaba el motor.

- Aun no entiendo porque estás haciendo todo esto. – dijo _________ mirando todas las bolsas. Volvía a sentirle mal.

- Quieres dejar ya las preguntas. Si lo he hecho es porque quiero… y no quiero que te pasees por casa con una vieja sudadera mía.

- Mmhh… ¿no te gusta cómo me queda? – dijo ________ riendo.

Justin sonrió y la miró. Ahora que iba mejor, con un jersey ceñido, aquellos jeans y aquellas botas altas de tacón.

- Me gustas con cualquier cosa que te pongas. – Justin se dio cuenta de su fallo.
No le había contestado la pregunta, si no que le había dado información innecesaria.
Por primera vez ________ vio como las mejillas de Justin se teñían de un rosado adorable. Quiso besarlas… sintió gran impulso hacia a él. – quiero decir que sí, que me gusta cómo te queda… pero estas mucho mejor así…

El yate paró en el pequeño puerto de la playa de Justin. Él bajó y llevó las bolsas hasta la casa. Luego volvió y, cogiendo a __________ de la cintura la bajó del yate. Pero una casual piedra que estaba escondida entre la arena de la cala hizo que Justin tropezara, haciendo que ________ lo siguiera. Por primera vez, ambos sintieron la presión de estar un cuerpo encima de lo otro. Justin había vivido mucho, pero aquello lo superaba. Le gustaba el calor del cuerpo de _______, y si era la mitad de bueno que en su puñetero sueño semi pornográfico, se conformaba. Quería perdurar así, de diferente modo – exactamente para él sería perfecto si estuvieran los dos desnudos -.
__________ sentía la dureza de los músculos de Justin. Se acordó del delicioso beso que le dio, ayer en la tarde, cuando le habían disparado en la pierna. Se incorporó para salir de encima de él. La sonrisa le tembló.

- ¿Estás bien? – dijo levantándose y tendiéndole la mano a Justin.

- Si… perfectamente. – sonrió y atrapó la pequeña mano de ________. – Disculpa mi torpeza.

Antes de que ________ pudiera decir nada tiró de ella nuevamente, esta vez, haciendo que _________ cayera a horcajadas sobre él. Ahuecó su cabeza con las manos y la besó. Quería, necesitaba, sentir los labios de ella nuevamente. Metió su lengua, devorándole la boca. ________ gimió, aún así aceptándolo. Pasó sus dedos por entre los cabellos de Justin y se movió encima de él. Justin pensó que moriría en ese mismo instante si ella volvía a hacer ese movimiento de invitación hacia sus caderas.
La cargó hasta a dentro de la casa. ¿Kellen? ¿Dónde estaba Kellen? No importaba, porque Justin no pararía por nada. ¿Por qué deseaba a _______ mucho más que a cualquier otra mujer que hubiera tenido o visto? La tumbó en el sofá y acarició sus muslos por encima del nuevo pantalón. ¿Caricias? Parecía que Justin no hubiera tocado un cuerpo femenino en toda su vida. Necesitaba a ________, necesitaba poseer su cuerpo de todas las maneras posibles. La deseaba desde que Snade le enseñó esa puñetera foto. ________ sintió como el pene de Justin se clavaba en su muslo. Arqueó la espalda, acariciando el pecho de Justin con los suyos.

- Nena harás que estalle… - le susurró colocando su pelo detrás de la oreja – dios, me encantas… - sonrió y le besó la comisura de los labios. - ¿No tenías algo que enseñarme?

_________ sonrió. Justin era tan oportuno… Se escabulló de debajo de él y fue a buscar la bolsa. Justin la observó desaparecer en el lavabo. Observó su erección y se acarició por fuera. El simple roce de su propia mano hizo que sintiera gran placer. Y eso solo era una pequeña muestra de lo que _________ producía en él.

Protegeme. Capitulo:07





Justin fue hacia el pueblo más cercano, donde vivian sus padres, con la lancha. La ató en un pequeño poste del puerto. De un saltó, bajó a tierra firme. Atravesó las calles. Tenía un aspecto muy sensual y misterioso… con su chaqueta negra, los pantalones grises y las gafas de sol Ray Ban aviator. Razón por la que muchas mujeres se giraban un par de veces a observarlo. Vió algunas tiendas donde pod
ría comprarle algo de ropa a _________, mientras permaneciera bajo su responsabilidad. Pero prefirió ir mañana o más tarde con ella… suponía sus tallas, pero era malo en escoger ropa del sexo opuesto. Renovó el cargamento de alguna de sus armas y fue a visitar a sus padres.

- Justy… - dijo Pattie pellizcándole una mejilla - ¿Qué te trae por el pueblo?

Justin pasó adentro.

- ¿No están Chaz ni Chris?

- Si, Chaz salió un momento… iba a ir a comprar, pero él me dijo que ya lo hacía.

- ¿Y Chris?

- Chris vino ayer por la noche… no sé qué es esto… tantas visitas de repente. – se quejó Jeremy

- Papá, tened cuidado… - dijo Justin sentándose en una de las butacas.

- ¿Ha pasado algo, hijo? – dijo Jeremy quitándose la pipa de la boca.

- Si… hay una mujer que me quiere… hacer sufrir. – rectificó. – y puede que os quiera hacer una visita… así que será mejor que tengáis cuidado… por eso Chris y Chaz están también atentos. No salgáis solos a la calle, hasta que consigamos detenerla…

Estuvo por una hora más en la casa de sus padres, hablando con ellos y con Chaz, hasta que decidió que tenía que irse. Había bastante distancia con la lancha, hasta la cala de Justin, así que aún tardaría un rato en volver. Cuando paró el motor del vehiculo en frente de su casa de la playa, tubo un mal presentimiento. Cargó su calibre del 38 y abrió la puerta. Un gemido provino de la habitación de ________. Fue directo hacia allí. Pero antes de llegar al cuarto de su testigo, se encontró con un hombre en el suelo. Un pasamontañas tirado más allá. Justin le tomó el pulso. Estaba muerto, pero no sintió nada. Seguro que era uno de los hombres de Alexander. Prosiguió, atravesando el salón y el pasillo. Abrió la puerta y se acercó hacia Kellen y _________. Justin sintió un tirón en sus entrañas al ver a _________ llena de sangre.

- ¿Qué ha pasado? – dijo preocupado. Se puso en cuclillas en frente a ella, al lado de Kellen.

Vio que Kellen tenía una aguja y algo de hilo en la mano. Atravesando la pierna de _________.

- Le han disparado. Tuve que sacarle la bala y hacerle un torniquete. Pero pronto la presión cesó. Justin, tengo que cerrar esta herida antes de que se desangre.

_______ se arqueó.

- ¿Lo estás haciendo a carne viva, bruto? – dijo Justin alterándose

- No, le inyecté anestesia, pero no había suficiente para que no sintiera nada.

Justin apartó a Kellen y se puso donde él estaba.

- _______... – dijo acariciando su brazo.
- Que…

- ¿Estás bien?

- De puta madre. – dijo ella irónicamente.

- Oh, veo que aun te quedan fuerzas para picarte conmigo… así que te quedaran fuerzas para aguantar… unos cuatro puntos más.

Justin acarició su muslo, intentando tranquilizarla. Parece que eso sirvió de algo. Pasó aguja y hilo, cerrando el corte que había hecho la bala. ______ gritó.

- ¡joder!

- No te muevas… - Justin volvió a acariciarla. Sentía como _______ estaba llorando. Le sabía mal ¿Por qué? Nunca había sentido pena por nadie. Estaba nervioso, no quería causarle dolor. Y él nunca se había puesto nervioso. Y menos… se había alterado con Kellen. Ahora recordaba… que le había casi gritado a uno de sus mejores amigos, aun que él no lo tuviera en cuenta. Pasó de nuevo la aguja.
________ volvió a gemir.

- Para… para… - sollozó – no puedo más…

- Cariño… ya queda poco, venga… aguanta. – Justin acarició una vez más su muslo.

- No… Justin para… - dijo temblando.

Podía ser un bruto, pero la palabra ‘no’ era sagrada para él. Una mujer le decía ‘no’ y él no la obligaría a nadie. No atravesaba las barreras del límite. Pero esta era una situación crítica. Si _______ se oponía, no podría terminar de cerrar ese agujero. Se incorporó y cogió la cara de ________ por las dos mejillas.

- Escúchame, tienes que relajarte y dejar que termine… tu pierna esta en mal estado y la herida se tiene que cerrar.

- Pero duele demasiado. – dijo ella agarrándolo del jersey. Las lágrimas le corrieron por la sien, mojando el pelo que caía encima de la cama.

Estaba nerviosa, tensa. Y Justin no sabía qué hacer. Su pierna seguía sangrando. Se inclinó hacia ________ y le acarició el pelo.

- Tranquila…

Se levantó, recordando donde había dejado un pote de anestesia de recambio. No era fuerte pero haría que ________ solo sintiera pinchazos suaves. Cogió una jeringa y le mojó con alcohol un trozo de la pierna clave para que se le durmiera. Llenó parte de la jeringa con la anestesia y la clavó suavemente en el muslo de _______. Apretó lentamente, haciendo que el líquido entrara en el cuerpo de ella. __________ respiró hondo. Justin volvió a mirarla.

- ¿Mejor? – dijo acariciándole la cara.

_________ asintió, intentando aguantarse las lágrimas. Justin no pudo más, no podía aguantar verla así… mal, nerviosa. Se sentía tan culpable por no haber estado allí cuando ese hijo de puta le disparó. Pudiera haber muerto. Se inclinó y besó sus labios. ________ abrió los ojos y aun se tensó más. Intentó apartar a Justin pero le quedaban tan pocas fuerzas que lo único que hizo fue dejar las manos quietas. La lengua de Justin atravesó su boca y _________ pudo sentir su exquisita y húmeda lengua. La misma que ayer por la noche… __________ se empezó a excitar de una manera sobrenatural. No tendría que haber rechazado a Justin. Pero… pero había tenido miedo. Aquello hubiera llegado a más… y ella… ella era una inexperta que guardaba su pureza para el hombre de su vida. Y Justin no era el hombre de su vida. Justin se separó al verla ya más tranquila. Ella no había contribuido en el beso, pero le daba igual. Había podido saborear su boca, y con eso le bastaba. Se puso como antes y prosiguió con los puntos del muslo de ________, hasta cerrar completamente la herida.

El agua cayó por su cuerpo. La venda que cubría el trozo de muslo se había mojado, pero se secaría de nuevo. La sangre seca que se había pegado en su piel cayó, navegando por el desguace, hasta perderse con otros restos. _______ cogió el champú que había en la parte alta del mueble de la ducha. Un mal movimiento de su, aún dolorida, pierna y resbaló, cayendo de culo en la bañera. Justin apareció con la misma cara de preocupación de antes.

- ¿Qué ha pasado? – dijo intentando no mirar… pero era inevitable no fijarse en aquella mujer… desnuda, empapada… y expuesta.

________ se tapó los senos y cruzó las piernas.

- Nada, me resbalé. –

- ¿Estás bien? – dijo Justin teniéndole una mano para ayudarla.

Ella asintió. La tomó y se puso en pie. Justin no pudo evitar dirigir sus ojos hacia un fino vello… que adornaba el deseable monte de Venus de _______. Sus ojos se volvieron a llenar de lujuria. _______ fijó sus ojos en los de él. Justin no tardó nada en quitarse los pantalones y las botas militares.

- ¿Qué haces? – dijo _______ sin quitar la mirada de la protuberante erección que ahora solo estaba cubierta por un bóxer de licra que no dejaba mucho a la imaginación.

- ¿Qué pasa? ¿No puedo compartir mi propia bañera contigo? – se metió dentro y corrió la cortina para que las miradas estuvieran concentradas en ellos, y no en alguna parte fuera de la bañera. El agua caía y ________ aun estaba perpleja por lo que Justin estaba haciendo.

- Justin, por dios…

- Nada… - le alzó el mentón – y hazme el favor de corresponderme el beso esta vez.

Inclinó la cabeza y tomó sus labios con toda su boca, saboreándola al máximo.
_______ esta vez introdujo su lengua en la boca de Justin.
Delicioso.
Se sintió húmeda, y no precisamente por el agua de la ducha. Entreabrió los ojos. Los músculos de los brazos de Justin se tensaban, marcando aún más. El agua los recorría, y a _______ se le antojó pasar la lengua por todo el magnífico cuerpo masculino. Justin se separó de sus labios, aun teniendo su saliva en su propia boca. Se agachó para quitarse los bóxers empapados. Pero no volvió a incorporarse… no volvió a subir. _________ pronto sintió como le abría las piernas.

- Y esta vez si me vas a dejar que te coma como dios manda. – Sonrió. Y a __________ le pareció la sonrisa más excitante que había visto – No pienso quitarme el caramelo de la boca. Y tu tampoco lo harás cuando sientas lo que yo, y solo yo, te haga sentir.

Justin le cogió los muslos con delicadeza y los puso en sus hombros. Estaba completamente excitada, y él estaba más duro que nunca. Maldijo para sus adentros… si _______ lo tocaba ahora mismo no tardaría nada en correrse. No pudo contener las ganas de saborear a ________. Ella gimió al sentir la cálida lengua de Justin rozar una y otra vez su clítoris. Sus dientes, sus labios, toda su boca jugaban con ella. No pudo evitar agarrar los cabellos dorados de Justin y acercarlo más. Quería que se lo diera todo, quería correrse en su boca, lo necesitaba.

- Oh dios mío… - gimió sintiendo como Justin metía dos de sus dedos en ella y los empezaba a sacar y a meter de nuevo… una y otra vez, acompañando los perfectos movimientos de la lengua. - ¡Oh dios mío!

Su cuerpo se convulsiono, arqueándose automáticamente. Justin se separó con gran parte de su humedad en su boca. La saboreó toda. Y al fin le murmuró, sin dejar de tocarla:

- Córrete para mí.

Y volvió a su tarea, desatando el gran orgasmo de _______. Cerró los ojos, abrió la boca, apoyando la cabeza contra la pared de la ducha. Intentaba agarrarse a algo, pero todo estaba mojado, incluido Justin. Y él no tenía compasión, la seguía torturando, más y más. Una mezcla entre el cielo y el infierno, hasta terminar, cayendo por un precipicio. Justin sintió como se descargaba en su boca, mientras el gran gemido de _______ era melodía para sus oidos. Tragó. Se separó de ella y la dejó, de nuevo, delicadamente en el suelo. Aun que tuvo que sujetarla para que no se cayera. Las piernas le temblaban. La besó de nuevo. Para que ella misma sintiera su propio elixir.
Justin ahora la agarró del trasero. _________ se vió obligada a entrelazar sus piernas alrededor de la cadera de Justin. Gimió de nuevo al sentir como el duro pene de él pulsaba contra su, ahora, sensible clítoris. Pero él necesitaba desahogarse, quería más… quería follarla. Lo había puesto duro como una piedra y no consentiría que lo dejase marchar así. Inclinó la cabeza para morder uno de esos tentadores pezones.
_______, gimió de nuevo extasiada. Se le endurecieron aun más en la dominable boca de Justin. Él no pudo aguantar más. Un ligero movimiento de caderas y metió gran parte de su potencia dentro del cuerpo de _______. Maldijo de nuevo.

- Eres estrecha. – jadeó metiendo toda su longitud hacia las entrañas de __________. – húmeda y caliente. Joder, me podría correr ahora mismo. – musitó en el oído de _______. Ella se contrajo de placer al oír sus palabras y Justin jadeó al sentir como lo apretaba aún más. Era cierto, no podría aguantar mucho más… y eso que se había tirado horas podiendo penetrar un hermoso cuerpo sin correrse. Pero _________ lo superaba.

La cogió de los muslos, y la penetró, intensamente. Ella gimió arqueando la espalda.
Justin la empezó a embestir, rápidamente. Sentía cada caricia que las paredes vaginales de _______ le daban a su pene. Y sentía… sentía la llegada del mayor orgasmo de su vida.

Entonces despertó.

Temblaba, estaba completamente envuelto en sudor y con el pene completamente empalmado, casi se salía del bóxer. Ahora sí que se jodía en todo.
Solo un puñetero sueño… ¡toca cojones! ¿Por qué tenía que ser así? Quería poseer a _______ en la vida real, y lo iba a conseguir. Fue hacia la habitación de ________.
Sintió que ella caminaba, se había despertado también. Tocó en la puerta.

- Pasa. – dijo ella. Justin entró. _______ también estaba muy sudada… y precisamente no hacía calor esa noche. ________ lo miró con ojos como platos.

- ¿Cómo está tu muslo? – dijo Justin mirándola, extasiado aun por el sueño.

- Eh… bien. – dijo ella aun algo desconcertada.

Después de lo mojada que estaba por culpa de que Justin se metiera en sus sueños… no podía concentrarse en lo que le decía. Y la erección que guardaba él en sus bóxers, tampoco ayudaba mucho a que ________ se olvidara del mismo sueño -que había parecido del todo real- que acababan de tener, tan uno como otro.

- ¿Te ha sangrado más? – le preguntó él, acercándose a ella. ________ se sintió realmente incomoda. Acababa de tener el sueño más potente de su vida, y el hombre con el que había fantaseado se estaba acercando peligrosamente a su cuerpo.

- No, no… tranquilo, está bien. – sonrió y puso las manos en frente. Obligando a Justin a cesar su paso.

- ¿Qué pasa? – dijo arqueando una ceja.

- Oh, nada… acabo de tener una pesadilla y… estoy algo agitada. – dijo mientras su sonrisa temblaba un poco. Justin sonrió… el también estaba agitado, pero no precisamente por una pesadilla…

- ¿Qué pesadilla? – preguntó curioso, sentándose en el pie de cama – si me la cuentas quizás te sientas mejor.

_________ se ruborizó.

- Oh, no… es que es una tontería. – dijo ella pasándose los dedos de la mano por el pelo - ¿Por qué te preocupas tanto por mi de repente? Nos odiamos, ¿recuerdas? – dijo irónicamente.

Justin se echó a reír.

- A veces los polos opuestos se atraen… - se levantó de nuevo – y a veces las personas que se odian se terminan amando.

- No te queda nada para que tú y yo nos amemos. – dijo riéndose.

- Yo no he dicho eso. – replicó Justin saliendo al pasillo de nuevo – además, nunca se sabe. – volvió a reír, haciendo broma.

Aun que ________ se quedó pensativa. Cerró la puerta y dejó que su espalda resbalara por la lisa madera. Se rió.

- Que tontos. Parecemos niños pequeños. Justin nunca podría ser el hombre que busco. Justin nunca podría ser el hombre de mi vida. – Se frotó los ojos y volvió a la cama, intentando coger el sueño de nuevo. Intentando llegar hasta el final de esa fantástica ‘pesadilla’.

- Justy… - dijo Pattie pellizcándole una mejilla - ¿Qué te trae por el pueblo?
Justin pasó adentro.
- ¿No están Chaz ni Chris?
- Si, Chaz salió un momento… iba a ir a comprar, pero él me dijo que ya lo hacía.
- ¿Y Chris?
- Chris vino ayer por la noche… no sé qué es esto… tantas visitas de repente. – se quejó Jeremy
- Papá, tened cuidado… - dijo Justin sentándose en una de las butacas.
- ¿Ha pasado algo, hijo? – dijo Jeremy quitándose la pipa de la boca.
- Si… hay una mujer que me quiere… hacer sufrir. – rectificó. – y puede que os quiera hacer una visita… así que será mejor que tengáis cuidado… por eso Chris y Chaz están también atentos. No salgáis solos a la calle, hasta que consigamos detenerla…
Estuvo por una hora más en la casa de sus padres, hablando con ellos y con Chaz, hasta que decidió que tenía que irse. Había bastante distancia con la lancha, hasta la cala de Justin, así que aún tardaría un rato en volver. Cuando paró el motor del vehiculo en frente de su casa de la playa, tubo un mal presentimiento. Cargó su calibre del 38 y abrió la puerta. Un gemido provino de la habitación de ________. Fue directo hacia allí. Pero antes de llegar al cuarto de su testigo, se encontró con un hombre en el suelo. Un pasamontañas tirado más allá. Justin le tomó el pulso. Estaba muerto, pero no sintió nada. Seguro que era uno de los hombres de Alexander. Prosiguió, atravesando el salón y el pasillo. Abrió la puerta y se acercó hacia Kellen y _________. Justin sintió un tirón en sus entrañas al ver a _________ llena de sangre.
- ¿Qué ha pasado? – dijo preocupado. Se puso en cuclillas en frente a ella, al lado de Kellen.
Vio que Kellen tenía una aguja y algo de hilo en la mano. Atravesando la pierna de _________.
- Le han disparado. Tuve que sacarle la bala y hacerle un torniquete. Pero pronto la presión cesó. Justin, tengo que cerrar esta herida antes de que se desangre.
_______ se arqueó.
- ¿Lo estás haciendo a carne viva, bruto? – dijo Justin alterándose
- No, le inyecté anestesia, pero no había suficiente para que no sintiera nada.
Justin apartó a Kellen y se puso donde él estaba.
- _______... – dijo acariciando su brazo.
- Que…
- ¿Estás bien?
- De puta madre. – dijo ella irónicamente.
- Oh, veo que aun te quedan fuerzas para picarte conmigo… así que te quedaran fuerzas para aguantar… unos cuatro puntos más.
Justin acarició su muslo, intentando tranquilizarla. Parece que eso sirvió de algo. Pasó aguja y hilo, cerrando el corte que había hecho la bala. ______ gritó.
- ¡joder!
- No te muevas… - Justin volvió a acariciarla. Sentía como _______ estaba llorando. Le sabía mal ¿Por qué? Nunca había sentido pena por nadie. Estaba nervioso, no quería causarle dolor. Y él nunca se había puesto nervioso. Y menos… se había alterado con Kellen. Ahora recordaba… que le había casi gritado a uno de sus mejores amigos, aun que él no lo tuviera en cuenta. Pasó de nuevo la aguja.
________ volvió a gemir.
- Para… para… - sollozó – no puedo más…
- Cariño… ya queda poco, venga… aguanta. – Justin acarició una vez más su muslo.
- No… Justin para… - dijo temblando.
Podía ser un bruto, pero la palabra ‘no’ era sagrada para él. Una mujer le decía ‘no’ y él no la obligaría a nadie. No atravesaba las barreras del límite. Pero esta era una situación crítica. Si _______ se oponía, no podría terminar de cerrar ese agujero. Se incorporó y cogió la cara de ________ por las dos mejillas.
- Escúchame, tienes que relajarte y dejar que termine… tu pierna esta en mal estado y la herida se tiene que cerrar.
- Pero duele demasiado. – dijo ella agarrándolo del jersey. Las lágrimas le corrieron por la sien, mojando el pelo que caía encima de la cama.
Estaba nerviosa, tensa. Y Justin no sabía qué hacer. Su pierna seguía sangrando. Se inclinó hacia ________ y le acarició el pelo.
- Tranquila…
Se levantó, recordando donde había dejado un pote de anestesia de recambio. No era fuerte pero haría que ________ solo sintiera pinchazos suaves. Cogió una jeringa y le mojó con alcohol un trozo de la pierna clave para que se le durmiera. Llenó parte de la jeringa con la anestesia y la clavó suavemente en el muslo de _______. Apretó lentamente, haciendo que el líquido entrara en el cuerpo de ella. __________ respiró hondo. Justin volvió a mirarla.
- ¿Mejor? – dijo acariciándole la cara.
_________ asintió, intentando aguantarse las lágrimas. Justin no pudo más, no podía aguantar verla así… mal, nerviosa. Se sentía tan culpable por no haber estado allí cuando ese hijo de puta le disparó. Pudiera haber muerto. Se inclinó y besó sus labios. ________ abrió los ojos y aun se tensó más. Intentó apartar a Justin pero le quedaban tan pocas fuerzas que lo único que hizo fue dejar las manos quietas. La lengua de Justin atravesó su boca y _________ pudo sentir su exquisita y húmeda lengua. La misma que ayer por la noche… __________ se empezó a excitar de una manera sobrenatural. No tendría que haber rechazado a Justin. Pero… pero había tenido miedo. Aquello hubiera llegado a más… y ella… ella era una inexperta que guardaba su pureza para el hombre de su vida. Y Justin no era el hombre de su vida. Justin se separó al verla ya más tranquila. Ella no había contribuido en el beso, pero le daba igual. Había podido saborear su boca, y con eso le bastaba. Se puso como antes y prosiguió con los puntos del muslo de ________, hasta cerrar completamente la herida.
El agua cayó por su cuerpo. La venda que cubría el trozo de muslo se había mojado, pero se secaría de nuevo. La sangre seca que se había pegado en su piel cayó, navegando por el desguace, hasta perderse con otros restos. _______ cogió el champú que había en la parte alta del mueble de la ducha. Un mal movimiento de su, aún dolorida, pierna y resbaló, cayendo de culo en la bañera. Justin apareció con la misma cara de preocupación de antes.
- ¿Qué ha pasado? – dijo intentando no mirar… pero era inevitable no fijarse en aquella mujer… desnuda, empapada… y expuesta.
________ se tapó los senos y cruzó las piernas.
- Nada, me resbalé. –
- ¿Estás bien? – dijo Justin teniéndole una mano para ayudarla.
Ella asintió. La tomó y se puso en pie. Justin no pudo evitar dirigir sus ojos hacia un fino vello… que adornaba el deseable monte de Venus de _______. Sus ojos se volvieron a llenar de lujuria. _______ fijó sus ojos en los de él. Justin no tardó nada en quitarse los pantalones y las botas militares.
- ¿Qué haces? – dijo _______ sin quitar la mirada de la protuberante erección que ahora solo estaba cubierta por un bóxer de licra que no dejaba mucho a la imaginación.
- ¿Qué pasa? ¿No puedo compartir mi propia bañera contigo? – se metió dentro y corrió la cortina para que las miradas estuvieran concentradas en ellos, y no en alguna parte fuera de la bañera. El agua caía y ________ aun estaba perpleja por lo que Justin estaba haciendo.
- Justin, por dios…
- Nada… - le alzó el mentón – y hazme el favor de corresponderme el beso esta vez.
Inclinó la cabeza y tomó sus labios con toda su boca, saboreándola al máximo.
_______ esta vez introdujo su lengua en la boca de Justin.
Delicioso.
Se sintió húmeda, y no precisamente por el agua de la ducha. Entreabrió los ojos. Los músculos de los brazos de Justin se tensaban, marcando aún más. El agua los recorría, y a _______ se le antojó pasar la lengua por todo el magnífico cuerpo masculino. Justin se separó de sus labios, aun teniendo su saliva en su propia boca. Se agachó para quitarse los bóxers empapados. Pero no volvió a incorporarse… no volvió a subir. _________ pronto sintió como le abría las piernas.
- Y esta vez si me vas a dejar que te coma como dios manda. – Sonrió. Y a __________ le pareció la sonrisa más excitante que había visto – No pienso quitarme el caramelo de la boca. Y tu tampoco lo harás cuando sientas lo que yo, y solo yo, te haga sentir.
Justin le cogió los muslos con delicadeza y los puso en sus hombros. Estaba completamente excitada, y él estaba más duro que nunca. Maldijo para sus adentros… si _______ lo tocaba ahora mismo no tardaría nada en correrse. No pudo contener las ganas de saborear a ________. Ella gimió al sentir la cálida lengua de Justin rozar una y otra vez su clítoris. Sus dientes, sus labios, toda su boca jugaban con ella. No pudo evitar agarrar los cabellos dorados de Justin y acercarlo más. Quería que se lo diera todo, quería correrse en su boca, lo necesitaba.
- Oh dios mío… - gimió sintiendo como Justin metía dos de sus dedos en ella y los empezaba a sacar y a meter de nuevo… una y otra vez, acompañando los perfectos movimientos de la lengua. - ¡Oh dios mío!
Su cuerpo se convulsiono, arqueándose automáticamente. Justin se separó con gran parte de su humedad en su boca. La saboreó toda. Y al fin le murmuró, sin dejar de tocarla:
- Córrete para mí.
Y volvió a su tarea, desatando el gran orgasmo de _______. Cerró los ojos, abrió la boca, apoyando la cabeza contra la pared de la ducha. Intentaba agarrarse a algo, pero todo estaba mojado, incluido Justin. Y él no tenía compasión, la seguía torturando, más y más. Una mezcla entre el cielo y el infierno, hasta terminar, cayendo por un precipicio. Justin sintió como se descargaba en su boca, mientras el gran gemido de _______ era melodía para sus oidos. Tragó. Se separó de ella y la dejó, de nuevo, delicadamente en el suelo. Aun que tuvo que sujetarla para que no se cayera. Las piernas le temblaban. La besó de nuevo. Para que ella misma sintiera su propio elixir.
Justin ahora la agarró del trasero. _________ se vió obligada a entrelazar sus piernas alrededor de la cadera de Justin. Gimió de nuevo al sentir como el duro pene de él pulsaba contra su, ahora, sensible clítoris. Pero él necesitaba desahogarse, quería más… quería follarla. Lo había puesto duro como una piedra y no consentiría que lo dejase marchar así. Inclinó la cabeza para morder uno de esos tentadores pezones.
_______, gimió de nuevo extasiada. Se le endurecieron aun más en la dominable boca de Justin. Él no pudo aguantar más. Un ligero movimiento de caderas y metió gran parte de su potencia dentro del cuerpo de _______. Maldijo de nuevo.
- Eres estrecha. – jadeó metiendo toda su longitud hacia las entrañas de __________. – húmeda y caliente. Joder, me podría correr ahora mismo. – musitó en el oído de _______. Ella se contrajo de placer al oír sus palabras y Justin jadeó al sentir como lo apretaba aún más. Era cierto, no podría aguantar mucho más… y eso que se había tirado horas podiendo penetrar un hermoso cuerpo sin correrse. Pero _________ lo superaba.
La cogió de los muslos, y la penetró, intensamente. Ella gimió arqueando la espalda.
Justin la empezó a embestir, rápidamente. Sentía cada caricia que las paredes vaginales de _______ le daban a su pene. Y sentía… sentía la llegada del mayor orgasmo de su vida.
Entonces despertó.
Temblaba, estaba completamente envuelto en sudor y con el pene completamente empalmado, casi se salía del bóxer. Ahora sí que se jodía en todo.
Solo un puñetero sueño… ¡toca cojones! ¿Por qué tenía que ser así? Quería poseer a _______ en la vida real, y lo iba a conseguir. Fue hacia la habitación de ________.
Sintió que ella caminaba, se había despertado también. Tocó en la puerta.
- Pasa. – dijo ella. Justin entró. _______ también estaba muy sudada… y precisamente no hacía calor esa noche. ________ lo miró con ojos como platos.
- ¿Cómo está tu muslo? – dijo Justin mirándola, extasiado aun por el sueño.
- Eh… bien. – dijo ella aun algo desconcertada.
Después de lo mojada que estaba por culpa de que Justin se metiera en sus sueños… no podía concentrarse en lo que le decía. Y la erección que guardaba él en sus bóxers, tampoco ayudaba mucho a que ________ se olvidara del mismo sueño -que había parecido del todo real- que acababan de tener, tan uno como otro.
- ¿Te ha sangrado más? – le preguntó él, acercándose a ella. ________ se sintió realmente incomoda. Acababa de tener el sueño más potente de su vida, y el hombre con el que había fantaseado se estaba acercando peligrosamente a su cuerpo.
- No, no… tranquilo, está bien. – sonrió y puso las manos en frente. Obligando a Justin a cesar su paso.
- ¿Qué pasa? – dijo arqueando una ceja.
- Oh, nada… acabo de tener una pesadilla y… estoy algo agitada. – dijo mientras su sonrisa temblaba un poco. Justin sonrió… el también estaba agitado, pero no precisamente por una pesadilla…
- ¿Qué pesadilla? – preguntó curioso, sentándose en el pie de cama – si me la cuentas quizás te sientas mejor.
_________ se ruborizó.
- Oh, no… es que es una tontería. – dijo ella pasándose los dedos de la mano por el pelo - ¿Por qué te preocupas tanto por mi de repente? Nos odiamos, ¿recuerdas? – dijo irónicamente.
Justin se echó a reír.
- A veces los polos opuestos se atraen… - se levantó de nuevo – y a veces las personas que se odian se terminan amando.
- No te queda nada para que tú y yo nos amemos. – dijo riéndose.
- Yo no he dicho eso. – replicó Justin saliendo al pasillo de nuevo – además, nunca se sabe. – volvió a reír, haciendo broma.
Aun que ________ se quedó pensativa. Cerró la puerta y dejó que su espalda resbalara por la lisa madera. Se rió.
- Que tontos. Parecemos niños pequeños. Justin nunca podría ser el hombre que busco. Justin nunca podría ser el hombre de mi vida. – Se frotó los ojos y volvió a la cama, intentando coger el sueño de nuevo. Intentando llegar hasta el final de esa fantástica ‘pesadilla’.

Protegeme. Capitulo:06


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Sintió como los espasmos recorrían su cuerpo, sintió a Justin entre sus piernas. Se inclinó, respirando agitadamente.

- Justin… - gimió. Y él lo deseaba, deseaba que gritara su nombre. La cogió de los muslos apretándola más contra su boca. Ella jadeo de placer. Pero a pesar de todo, aun le quedaba algo de cordura, antes de que pasara lo peor, antes de que el placer la dominara. – No… Justin…
Él 

se asomó entre sus piernas, relamiéndose los labios. Ella aprovechó ese momento para apartar las piernas y cruzarlas. Justin se sentó a su lado, saboreando hasta el último hilo de flujos de ________ que aún yacían en su boca.

- ¿Qué pasa? – le dijo apartándole el pelo, acariciándole el cuello con los hinchados labios, llenos de la propia lujuria.

_________ no pudo evitar mirar el esbelto torso sin el jersey. Musculado, trabajado… perfecto. Entraban ganas de sobarlo hasta cansarse.

- No… no tengo ganas. – mintió.

Justin arqueó una ceja. Luego se hechó a reir.

- ¿Qué no tienes ganas? – dijo poniéndose en frente de ella - ¿Qué no tienes ganas de echar un buen polvo conmigo?

________ negó con la cabeza.

- Es imposible.

- No, eres creído.

- Si casi, casi te tenía… estabas súper excitada… no puedes decirme que no tienes ganas. – dijo inclinándose para besarla, pero __________ lo rechazó. – Ah… ¿con que esas tenemos?

- ¿No que separabas el trabajo de las relaciones? Pues olvídate de mi ¿si? – dijo ella con arrogancia – te odio, no quiero nada de ti, ni tus besos, y menos tu cuerpo.

- Mentirosa. – dijo Justin sonriendo – me deseas más que a nada.

- No, eso es lo que tú te crees. Te crees que eres el centro de atención, que cualquier mujer se acostaría contigo. Y no es así. Yo no me acostaré contigo, no me gustas. Si quieres echar un polvo te buscas una muñeca hinchable.

- Oh, muñeca… - dijo Justin ahora serio. ¿Por qué las palabras de esa mujer lo afectaban? Nunca había sido así – No tengo por qué comprarme una de esas estupideces cuando tengo a un tercio de la población femenina de Los Ángeles queriendo follar conmigo.

- Entonces cógete a una de esas putas. Pero a mí, déjame.

Justin enfadado por el rechazo, se dirigió a la puerta y se fue de la habitación donde se encontraba _________.

__________ se encogió de piernas rápidamente. Dios mío… no creía lo que Justin acababa de hacer…

Pero le había gustado, mucho. Nunca se había sentido tan excitada. Sentía como la humedad se esparcía más y más. Debía hacer algo… antes de acostarse.

Justin se tumbó en la cama. Se relamió los labios una vez más. Dios mío, sabe tan bien.
Pero _________ no lo había saciado. Al contrario, lo había rechazado. Y a Justin le daba rabia ¿Por qué no quería…? Escuchó algún quejido. Apoyó la oreja contra la pared que daba a la otra habitación, a la de _________.

Gemidos… se está masturbando.

Justin aún se excitó más. Imaginar el esbelto cuerpo de ________ contrayéndose y arqueándose, dándose placer ella misma, era demasiado. ¡Pero no!
Era él quien quería darle placer. ¿Por qué le había dicho que no tenía ganas? Cuando ahora se satisfacía sola… mientras él podría ser el que produjera esos gemidos. Bufó cabreado y orgulloso a la vez.

Además que él también necesitaba que le echaran ‘una mano’. Tenía la erección más grande de su vida. Ni Jasmine consiguió empalmarlo de esa manera. Hablando de Jasmine… Chaz le estaba llamando al teléfono. Descolgó.

- Que.

- Uy… que borde. – se rió su amigo - ¿Qué pasa? Necesitas follar más, eh.

- Ni que lo digas. – dijo Justin pasándose una mano por el pelo. - ¿Qué quieres?

- Surgió un problema.

- ¿Cuál? – Eso le sonaba mal. Cada vez que Chaz le decía ‘hay un problema’ equivalía a ‘el mundo está patas arriba o estamos a punto morir por un asesino en serie’. O algo por el estilo.

- Esta mañana te acostaste con Jasmine. – dijo su amigo en tono burlón.

- Si… ¿y?

- Ella es una de las que están entrometidas en la mafia rusa de Donovan.

- ¿Qué?

- Era una infiltrada, joder. – Chaz parecía más alterado – todo fue para distraerte, así se llevaban a la chica. Sabes que Donovan es el violador que coleccionaba a las mujeres que se había tirado. Un pirado total.

- Si, si…

- Pues si no llega a ser por ti, ella ya estaría muerta y en un armario junto con los otros cadáveres que hemos encontrado. – Chaz suspiró – ese no es el punto. Jasmine estaba compinchada con él porque… - hizo una pausa – Ostia, parece que decirte esto me jode más a mí que a ti.

- Suéltalo de una vez.

- Jasmine es la hermana de Milena.

- No puede ser… - la voz de Justin se ahogó.

- Busca la venganza de su hermana. Por eso se infiltró en la CIA para dar contigo… te quiere muerto, Justin.

Justin no pudo pegar ojo en toda la noche. Sabía las cualidades que tenia Jasmine… y lo que menos le preocupaba en esos momentos, era él. Su familia… sus conocidos.
Aquella sádica loca era capaz de todo. Había nacido para trabajar en agencias de espías. Había nacido para ser una de las mujer seductora y con grandes cualidades para matar… a hombres, en un abrir y cerrar los ojos. No tenía remordimientos, y mucho menos, conciencia.

Las siete de la mañana. Justin se levantó, harto de dar vueltas en la cama. Toda su familia sabía protegerse, pero si a Jasmine se le ocurría ponerles un dedo encima… intentar siquiera algo, él no tendría ningún miramiento por que fuera mujer. Por que terminaría en la tumba, junto con su hermana y Alexander Donovan.

Se preparó un café solo. Para ver si se despejaba un poco. ________ tenía el sueño ligero y no pudo evitar despertarse. Se levantó y fue hacia la cocina.

- Buenos días. – murmuró Justin. ¿Por qué estaba avergonzado? Nunca había estado avergonzado de lo que había hecho. Pero al ver a ________ aparecer con su jersey, despeinada… inocente, hizo que se ruborizara. Él no se ruborizaba, eso era de nenazas.

- Buenos días. – le sonrió ella, como si ayer por la noche no hubiese pasado nada.

La observo. Ella buscó algo en la nevera y vertió algo de leche en un bol.
Y pensar que aún podría estar más despeinada si hubiera pasado la noche conmigo.

Justin dejó su taza de café en el friega platos. Justin cogió las llaves del enorme llavero en la entrada.
________ alzó la vista.

- ¿Dónde vas? – le dijo.

- ¿Tanto te importa? – dijo Justin arqueando una ceja.

Ella frunció el ceño, cabreada por su arrogancia. Pero no quiso discutir. Se encogió de hombros.

- No, la verdad es que no. – puso una expresión indiferente y siguió desayunando.

Lo que no sabía es que a Justin le quemaba por dentro que pasaran de él de ese modo. Apretó la mandíbula y se contuvo las ganas de seguir con la conversación.

- Me voy… al pueblo… tengo que comprar algunas cosas. – suspiró. ________ lo miró de nuevo – y tengo que pasar por la casa de mis padres. – sus amigos tenían armamento de sobras y seguro que ya estaban allí. Chris y Chaz habían trabajado con él durante un año y medio. La mayoría de cosas las había aprendido de ellos.

- ¿Pasa algo? – Justin iba a responderle con otra pregunta: ¿eres adivina?

- Si… hay una mujer que quiere matarme… bueno, hacerme sufrir… y temo que vaya en busca de mi familia.

- Oh dios mío. – dijo ________ tapándose la boca con las manos – ten cuidado.

Justin se tensó ante esa otra muestra de afecto.

- No te preocupes. A mí no me hará nada. – miró a su alrededor – si por algo aparece algún secuaz de Donovan por aquí… aun que no lo creo… estarás a salvo, Kellen fue militar… y trabajó algunos años para mí. Es muy bueno. - _______ sonrió. Él intentó sonreír, pero le salió una mueca. _______ ahora se rió.

Buen intento… Se le puso la piel de gallina al pensar que Justin Bieber había intentado sonreír para ella.

-
¿Qué pasa? – le dijo apartándole el pelo, acariciándole el cuello con los hinchados labios, llenos de la propia lujuria.
_________ no pudo evitar mirar el esbelto torso sin el jersey. Musculado, trabajado… perfecto. Entraban ganas de sobarlo hasta cansarse.
- No… no tengo ganas. – mintió.
Justin arqueó una ceja. Luego se hechó a reir.
- ¿Qué no tienes ganas? – dijo poniéndose en frente de ella - ¿Qué no tienes ganas de echar un buen polvo conmigo?
________ negó con la cabeza.
- Es imposible.
- No, eres creído.
- Si casi, casi te tenía… estabas súper excitada… no puedes decirme que no tienes ganas. – dijo inclinándose para besarla, pero __________ lo rechazó. – Ah… ¿con que esas tenemos?
- ¿No que separabas el trabajo de las relaciones? Pues olvídate de mi ¿si? – dijo ella con arrogancia – te odio, no quiero nada de ti, ni tus besos, y menos tu cuerpo.
- Mentirosa. – dijo Justin sonriendo – me deseas más que a nada.
- No, eso es lo que tú te crees. Te crees que eres el centro de atención, que cualquier mujer se acostaría contigo. Y no es así. Yo no me acostaré contigo, no me gustas. Si quieres echar un polvo te buscas una muñeca hinchable.
- Oh, muñeca… - dijo Justin ahora serio. ¿Por qué las palabras de esa mujer lo afectaban? Nunca había sido así – No tengo por qué comprarme una de esas estupideces cuando tengo a un tercio de la población femenina de Los Ángeles queriendo follar conmigo.
- Entonces cógete a una de esas putas. Pero a mí, déjame.
Justin enfadado por el rechazo, se dirigió a la puerta y se fue de la habitación donde se encontraba _________.
__________ se encogió de piernas rápidamente. Dios mío… no creía lo que Justin acababa de hacer…
Pero le había gustado, mucho. Nunca se había sentido tan excitada. Sentía como la humedad se esparcía más y más. Debía hacer algo… antes de acostarse.
Justin se tumbó en la cama. Se relamió los labios una vez más. Dios mío, sabe tan bien.
Pero _________ no lo había saciado. Al contrario, lo había rechazado. Y a Justin le daba rabia ¿Por qué no quería…? Escuchó algún quejido. Apoyó la oreja contra la pared que daba a la otra habitación, a la de _________.
Gemidos… se está masturbando.
Justin aún se excitó más. Imaginar el esbelto cuerpo de ________ contrayéndose y arqueándose, dándose placer ella misma, era demasiado. ¡Pero no!
Era él quien quería darle placer. ¿Por qué le había dicho que no tenía ganas? Cuando ahora se satisfacía sola… mientras él podría ser el que produjera esos gemidos. Bufó cabreado y orgulloso a la vez.
Además que él también necesitaba que le echaran ‘una mano’. Tenía la erección más grande de su vida. Ni Jasmine consiguió empalmarlo de esa manera. Hablando de Jasmine… Chaz le estaba llamando al teléfono. Descolgó.
- Que.
- Uy… que borde. – se rió su amigo - ¿Qué pasa? Necesitas follar más, eh.
- Ni que lo digas. – dijo Justin pasándose una mano por el pelo. - ¿Qué quieres?
- Surgió un problema.
- ¿Cuál? – Eso le sonaba mal. Cada vez que Chaz le decía ‘hay un problema’ equivalía a ‘el mundo está patas arriba o estamos a punto morir por un asesino en serie’. O algo por el estilo.
- Esta mañana te acostaste con Jasmine. – dijo su amigo en tono burlón.
- Si… ¿y?
- Ella es una de las que están entrometidas en la mafia rusa de Donovan.
- ¿Qué?
- Era una infiltrada, joder. – Chaz parecía más alterado – todo fue para distraerte, así se llevaban a la chica. Sabes que Donovan es el violador que coleccionaba a las mujeres que se había tirado. Un pirado total.
- Si, si…
- Pues si no llega a ser por ti, ella ya estaría muerta y en un armario junto con los otros cadáveres que hemos encontrado. – Chaz suspiró – ese no es el punto. Jasmine estaba compinchada con él porque… - hizo una pausa – Ostia, parece que decirte esto me jode más a mí que a ti.
- Suéltalo de una vez.
- Jasmine es la hermana de Milena.
- No puede ser… - la voz de Justin se ahogó.
- Busca la venganza de su hermana. Por eso se infiltró en la CIA para dar contigo… te quiere muerto, Justin.
Justin no pudo pegar ojo en toda la noche. Sabía las cualidades que tenia Jasmine… y lo que menos le preocupaba en esos momentos, era él. Su familia… sus conocidos.
Aquella sádica loca era capaz de todo. Había nacido para trabajar en agencias de espías. Había nacido para ser una de las mujer seductora y con grandes cualidades para matar… a hombres, en un abrir y cerrar los ojos. No tenía remordimientos, y mucho menos, conciencia.
Las siete de la mañana. Justin se levantó, harto de dar vueltas en la cama. Toda su familia sabía protegerse, pero si a Jasmine se le ocurría ponerles un dedo encima… intentar siquiera algo, él no tendría ningún miramiento por que fuera mujer. Por que terminaría en la tumba, junto con su hermana y Alexander Donovan.
Se preparó un café solo. Para ver si se despejaba un poco. ________ tenía el sueño ligero y no pudo evitar despertarse. Se levantó y fue hacia la cocina.
- Buenos días. – murmuró Justin. ¿Por qué estaba avergonzado? Nunca había estado avergonzado de lo que había hecho. Pero al ver a ________ aparecer con su jersey, despeinada… inocente, hizo que se ruborizara. Él no se ruborizaba, eso era de nenazas.
- Buenos días. – le sonrió ella, como si ayer por la noche no hubiese pasado nada.
La observo. Ella buscó algo en la nevera y vertió algo de leche en un bol.
Y pensar que aún podría estar más despeinada si hubiera pasado la noche conmigo.
Justin dejó su taza de café en el friega platos. Justin cogió las llaves del enorme llavero en la entrada.
________ alzó la vista.
- ¿Dónde vas? – le dijo.
- ¿Tanto te importa? – dijo Justin arqueando una ceja.
Ella frunció el ceño, cabreada por su arrogancia. Pero no quiso discutir. Se encogió de hombros.
- No, la verdad es que no. – puso una expresión indiferente y siguió desayunando.
Lo que no sabía es que a Justin le quemaba por dentro que pasaran de él de ese modo. Apretó la mandíbula y se contuvo las ganas de seguir con la conversación.
- Me voy… al pueblo… tengo que comprar algunas cosas. – suspiró. ________ lo miró de nuevo – y tengo que pasar por la casa de mis padres. – sus amigos tenían armamento de sobras y seguro que ya estaban allí. Chris y Chaz habían trabajado con él durante un año y medio. La mayoría de cosas las había aprendido de ellos.
- ¿Pasa algo? – Justin iba a responderle con otra pregunta: ¿eres adivina?
- Si… hay una mujer que quiere matarme… bueno, hacerme sufrir… y temo que vaya en busca de mi familia.
- Oh dios mío. – dijo ________ tapándose la boca con las manos – ten cuidado.
Justin se tensó ante esa otra muestra de afecto.
- No te preocupes. A mí no me hará nada. – miró a su alrededor – si por algo aparece algún secuaz de Donovan por aquí… aun que no lo creo… estarás a salvo, Kellen fue militar… y trabajó algunos años para mí. Es muy bueno. - _______ sonrió. Él intentó sonreír, pero le salió una mueca. _______ ahora se rió.
Buen intento… Se le puso la piel de gallina al pensar que Justin Bieber había intentado sonreír para ella.