¿te gusta la nueva novela?

domingo, 7 de octubre de 2012

Protegeme capitulo 14:















Justin se alzó de mala gana de la cama y se dirigió hacia a fuera.

_______ sopló. Estaba muy... demasiado mareada. Y desnuda. Abrió la puerta del baño, dejando uno de los grandes jerséis de Justin unas bragas y una toalla grande encima de la encimera del lavamanos y la llave de la ducha empezó a expulsar el agua. Un entremedio. Esperó hasta que estuvo tibia.



- ¿Qué pasa? – dijo Justin semi-cabreado.

- Los sensores de movimiento han detectado alguna cosa… - miró a Justin – exactamente… dos cosas…

Justin alzó una ceja.

- ¿Crees que pueden ser los secuaces de Donovan? – dijo cogiendo las llaves del armario del cargamento. Kellen lo siguió.

Justin no tardó mucho en abrir el armario. Los dos se metieron dentro del gran almacén.

- Esto es una mina. – sonrió Kellen. – tienes de todo, querido Justin.

- Por algo soy uno de los más… - levantó un par de cajas. – destacados. –sonrió y le lanzó algo – toma, creo que es tu favorita.

Kellen miró admirado la goncz hi tec.

- Como me conoces…

- Ten cuidado, no te quemes. – sonrió Justin.

- ¿Estás imbecil o qué? – farfulló Kellen – se utilizar perfectamente estas cosas. Apuntó en el vacío, probando la hermosa escopeta de fuego.

Justin cogió una de sus uzi cargada a tope y se la agarró bien. Cerró la puerta del almacén detrás de Kellen y él.

- ¿Quieres alguna arma blanca por si las moscas?

- Dame – sonrió su compañero – Sabes que puedo ser cínico, y no tengo escrúpulos si tengo que acuchillar a alguien.

Justin negó con la cabeza, riendo.

- ¿Puño americano o corvo?

- Ya lo sabes.

Justin le lanzó el cuchillo y Kellen lo cogió al vuelo, mientras él se colocaba el puño americano perfectamente en los nudillos de la mano derecha.

________ se metió en la ducha. Cerró los ojos acariciándose el pelo y desenredándolo con los dedos. No estaba borracha, solo se le había subido un poco. Sonrió. Supongo que el jodido mareo se me pasará con la ducha. Empezó a enjabonarse el cuerpo.

De repente sintió como una mano le agarraba la muñeca. Y otra le tapaba la boca. Vio a un hombre vestido de negro, con un pasamontañas, a través del espejo. Puso los ojos en blanco. Otra vez Justin y sus bromas.

El hombre se inclinó hacia a ella. _______ intentó oponerse, aun que se le escapó una risa floja, pensando que en realidad… le gustaban aquellos juegos. Pero se puso pálida cuando escuchó aquella voz… tan diferente al confortable tono de Justin.

- Para de moverte. – dijo con un acento algo extraño. Quizás ruso. – no querrás que te haga daño, preciosa…

Se levantó algo el pasamontañas. _______ pudo distinguir algún corto rizo y unos ojos azules como el cielo, a través de los agujeros en el pasamontañas. Le lamió la cara. _______ sintió ganas de vomitar. Algo se clavó en su trasero. Y no quiso saber para nada que era. Le mordió la mano. Él la apartó.

- Serás puta… - masculló agarrándola con más fuerza.

- ¡Déjame! – gritó ella antes de que el secuaz de Alexander pudiera volver a taparle la boca. - ¡JUSTIN! – gritó desesperada.

- A estas alturas, tu Justin ya estará muerto. – se rió él, golpeando a _______ para que se callara. Pero ella hizo caso sumiso a sus palabras.
No puede haber muerto
– No vuelvas a abrir la boca, zorra. - _______ sintió como aquel hombre se bajaba los pantalones. Dios, no… no. – vas a lamentarte… voy a aprovechar este cuerpo antes de matarte como una cualquiera.

Los ojos de _______ se llenaron de lágrimas. Justin, aparece… por favor…

La puerta del baño cayó al suelo.

- ¡________! – gritó Justin acercándose al inquilino que tenía agarrada a su… a su chica. Si, joder, ________ era su chica, solo suya. – Apártate de ella, hijo de la gran puta. –

Ni la misma ________ reconoció a ese Justin… ese Justin lleno de ira. Hasta ella misma tuvo miedo. Cogió al tipo del pasamontañas, arrancándoselo de golpe, lo agarró del pelo e hizo que saliera de la ducha deprisa y corriendo. __________ cayó, sentada en las baldosas. Las piernas no le respondían. Las lágrimas se camuflaban con el agua que seguía cayendo de la alcachofa de la ducha. La mirada de Justin se cruzó una vez con la de ________. Esa mirada, limpia, segura… la calmó. Sabía que con él, no le pasaría nada. Que estaba a salvo, que la protegería… pero no solo eso. Esa mirada le decía mucho más que aquello. Esa mirada, encerraba tantas cosas que ________ podía confundir con… amor.

Si Justin no paraba mataría al hombre a golpes. Obviamente había perdido la erección que, asquerosamente, antes le había hecho notar a _______. Y Justin se había percatado de lo que aquel hombre había estado a punto de hacer. Por eso lo había pagado… y tan bien, torturando.

- Jodido hijo de pe.rra, como le hubieras llegado a hacer algo… - dijo Justin encima de aquel tipo, sin dejar de golpearlo – te juro que te mato ¡te mato!

El corazón de ________ se aceleró. Las cortinas de la ducha cubrían la horrible imagen de aquella pelea en la que por supuesto, Justin iba por delante. Hasta se habían manchado de sangre, y _______ no quería ver ninguna de aquellas sádicas escenas. Pero esas palabras… a Justin le daba rabia… él no estaba golpeando a aquel hombre por que fuera uno de los compinches de Donovan. Él golpeaba a aquel hombre por que había estado a punto de violar a _______. Y era eso lo que causaba la ira en Justin. Y _________ aun se seguía preguntando ¿Por qué? Si ellos dos… no eran nada… ¿no? Un tiroteo seguido hizo que se sobresaltara. Dobló las piernas y apoyó sus brazos en las rodillas, escondiendo su cara en aquel pequeño espacio que quedaba entre su torso y los muslos. Tenía miedo… miedo de que a Justin le pasara algo. Si a él le pasaba algo, todo lo demás le daría ya igual. Empezó a llorar, rezando por que toda esa mierda terminara lo antes posible. Admitiendo… que por primera vez, estaba completamente enamorada del hombre que la había secuestrado… para protegerla.

Protegeme capitulo 13:















Unas tres copas más tarde y seis cervezas de más, ________ no sabía ni donde se encontraba. Se reía a carcajadas de las tonterías que decía Kellen. Justin estaba de morros. No le gustaba ver a ________ borracha. Ella estaba demasiado pedo, pero no lo suficiente como para no darse cuenta de según qué cosas.

- ¿Justin? – dijo sonriendo y cambiándose de sofá.

- Que. – dijo él mirándola enfadado.

- ¿Por qué te cabreas? – se sentó en horcajadas encima de sus muslos. A Justin parece haberle pasado el enfado.

Su vista se centró en las piernas de ella. Las tenía abiertas, expuestas para él, de par en par. Y pudo saber que no llevaba bragas. Tan solo su jersey. El pene le empezó a latir, deseando apartar las malditas latas de alcohol de la mesa y follarla ahí mismo.
Verla desarreglada, con la piel ruborizada y en esa postura… tan jodidamente sexy, lo ponía duro, durísimo. Y _______ ni siquiera lo había tocado.

- ¿Eh? – remarcó ella besándole el cuello.

- No estoy cabreado.

- ¿Y por qué no hablas?

- No es eso… es que no me parece bien que hayas bebido tanto.

Kellen se rió.

- Dios, la gatita está caliente… - miró a Justin – y como estás tú, romanticón no me jodas que estás…

- No. – dijo Justin antes de que Kellen terminara la oración. – ni te atrevas.

Lo miró amenazante. Pero al contrario, Kellen lo miró burlón, observando la situación.

- ¿Entonces te la has tirado? Joder, mírate, estás más empalmado que nunca.

Justin bufó, sonrojándose.

- No, no me la he tirado.

Kellen hizo una cara, como si no entendiera nada. Y de verdad, no entendía nada.

- No te tengo que dar explicaciones. –Justin cogió a ________, que miraba su erección, sonriendo y con los ojos muy abiertos.

Kellen silbó, viéndolos desaparecer en la habitación donde se alojaba __________.

___________ besó a Justin, en un intento improvisado. Él tuvo que apoyarse en la pared, agarrando con fuerza los muslos descubiertos de ________. Ese beso lo pilló completamente desarmado. Joder, como amaba su boca, su lengua, sus labios. Su erección se clavaba en la feminidad de __________, y ella no hizo mucho para ayudar, al contrario, se frotó contra él, gimiendo, deseándolo…
Pero no puedo abusar de una mujer… borracha.
La tumbó en la cama. El jersey se subió, dejando ver demasiado. Hasta por encima del ombligo. __________ miró tan inocente a Justin… creyó que la cremallera del pantalón iba a petar. Gimió al ver la posición de
________. Rápidamente le bajó el jersey.

- Ven aquí. – dijo ________ tirando de sus manos – quiero que me hagas el amor… - murmuró en el oído de Justin.

- No, dios mío, ________... – escondió su cara entre su melena, olía tan bien… - Por favor, pídeme lo mismo mañana… si, ostia, quiero hacértelo, hacértelo todo, pero cuando despiertes también quiero que recuerdes cada y uno de los detalles.

Justin besó su frente. Se retiró. ________ hizo un puchero gracioso y lo cogió de su jersey, intentando que volviera.

- Pero yo voy a recordarlo… - Viendo que Justin no volvía hacia ella, puso en práctica otra cosa.

__________ se quitó el jersey y se tumbó, recorriendo con sus manos, su propio cuerpo. Las pupilas de Justin se dilataron, disfrutando de esa imagen.

- ________... – gimió pasándose una mano por el pelo, después de frotarse los ojos. Una nube de lujuria volvía a cubrirle la vista. La deseaba, la deseaba con todo su ser. Y nunca había sentido nada tan fuerte. Temía que aquello que Kellen había estado a punto de decir, fuera cierto.

- No me deseas… - afirmó __________.

- Claro que sí. – Justin se tumbó a su lado y le acarició la cara – pero estás borracha y no sabes lo que haces…

- Sé muy bien lo que hago, lo que digo y lo que quiero… y lo que quiero en este momento es que me folles… dios, Justin, quiero que me cojas y me… - un salvaje beso interrumpió sus palabras.

Justin la cogió de las caderas y la apretó contra su cuerpo. __________ gimió al sentir la erección. No tardó en meter la mano en el pantalón. Justin la sintió… toda, tocándolo. Pero eso no aliviaba. Las manos de ________ sin duda, lo hacían disfrutar. Pero él… él quería sentir como la humedad del apretado sexo de ________ lo rodeaba hasta el último centímetro de su duro pene.

Pero no quería que ________ a la mañana siguiente se arrepintiera. Se aguanto las inmensas ganas de arrancarse el pantalón y penetrarla hasta el fondo, hasta hacerla gritar su nombre, como nadie nunca lo había hecho y metió un par de dedos en el coño de ________. Ella se arqueó.

- Justin… - jadeó.

- Dime… - mordió el cuello femenino, impregnado del dulce olor del deseo.

- Yo no quiero… esto… - aun que las manos de Justin… eran perfectas, lo que ella quería era otra cosa.

- No puedo darte lo que quieres… - la mano de Justin se empapó. Hasta a él le sorprendió que __________ estuviera tan excitada. Lo que llegaba a hacer el alcohol.Un tercer dedo fue a parar en esa obertura. – Pero si mañana… si mañana me lo pides, no dudes en que te daré eso y más…

________ arqueó la espalda contra el tórax de Justin.

- Sigue hablando… - le pidió ella.

Justin sonrió.

- ¿Qué quieres que te diga?

- ¿Qué es lo que me vas a dar? – murmuró, moviendo las caderas, al ritmo de la mano de Justin. Agarró su pene, liberándolo del bóxer. Justin gimió. – Dímelo…

- Todo lo que desees… hasta la última imagen de tus fantasías.

__________ lo besó. A pesar de estar borracha, sentía muchísimas cosas a la vez.
Dios, ese hombre… la enloquecía. Justin la alzó con un fuerte brazo, poniendo en
bandeja sus pechos. Envolvió uno de los durísimos pezones con su lengua.
__________ gimió, agarrando a Justin del pelo, intentando que se acercara más a ella, si eso era posible. Unir sus cuerpos en uno solo, aun que para eso… aun faltaba romper una barrera.

- Joder, maldito sea… ¿Qué es lo que te hicieron tus ex novios para que tuvieras tanto miedo al sexo? – murmuró a su oreja. A Justin le vino a la cabeza… ‘los borrachos siempre dicen la verdad’. – Dime, cuéntame tu pasado.

________ no podía hablar en esos instantes. Así que Justin la hizo estallar rápidamente. Los dedos hasta le goteaban. _________ se tumbó en la cama, a su lado, satisfecha.

Justin se apoyó en su mano, arqueando el brazo y la miró, apartándole los cabellos de la cara.

- Di…

__________ lo miró.

- Justin, yo… - suspiró y los ojos se le humedecieron. A Justin se le encogió el corazón. – Yo soy vi…
- ¡JUSTIN! – La voz de Kellen los sobresaltó a los dos.

Protegeme capitulo 12:









Entraron de nuevo al chalet de Justin. Él se quitó el jersey de licra, dejando ver sus músculos, tensados.

- Son las tres de la mañana, deberíamos estar durmiendo. – dijo Justin fastidiado – como te vuelvas a intentar escaparte, te tendré que castigar – dijo con un tono más pícaro.

_______ arqueó las cejas. Preparándose un vaso de leche caliente, porque había perdido el sueño, lo miró descarada.
 Aun que no estuviera excitado, los pantalones de licra negro se apegaban a los fuertes muslos de Justin… a los ejercitados gemelos… y a su potente masculinidad.

- ¿Castigarme, tu a mi? – dijo ella riéndose – te queda bien este traje negro. – murmuró sonriente. Justin le devolvió la sonrisa.

- Te pone. – le masculló, sin ningún escrúpulo.

- Yo no he dicho eso.

- Lo digo yo. – Justin se sentó en el sofá.

_______ cogió el vaso de leche de dentro del microondas. No quiso seguir discutiendo.

- Auch. – se quemó y dejó el vaso en la encimera. Fue a sentarse al lado de Justin, a mirar de nuevo el televisor, hasta que se enfriara un poco. Pero él la cogió y la hizo sentarse a horcajadas encima de él.

Le dio un rápido beso a la boca.

- A mí sí me pone está ________ enfadada.

- ¿Estás muy necesitado, verdad? – masculló alzando las cejas. Intentó levantarse pero Justin la apretó más hacia a él.

- ¿Qué fue lo de antes?

- ¿El qué?

- Que te fueses de esa manera. – la miró a los ojos – no me digas que no quieres que te folle, cuando escuché que anteayer te masturbabas después de que intentara saborear tu dulce co…

- ¿Puedes ser algo más fino? – dijo _______ más sonrojada que nunca.

- Eres adorable cuando te sonrojas.

_______ bufó. Ese hombre la sacaba de quicio.

- ¿Entonces? – reprendió Justin.

- Digamos que mis anteriores experiencias no fueron muy buenas. – mintió y fue sincera a la vez.

- Pero conmigo sería distinto.

- ¿Cómo puedo saberlo?

- Probándolo.

- ¿Tantas ganas tienes de acostarte conmigo? – puso los ojos en blanco –

Ahora, va en serio Justin… eres un hombre que podría conseguir a cualquier mujer… ¿Por qué yo? ¿Por qué te rechazo y eso te pica?

- No. Por el simple hecho de que eres especial.

Justin tumbó a ________ en la cama de la habitación de invitados, donde se había instalado ella. La besó con tanta fuerza que se quedó hasta sin aliento. Hambriento, parecía hasta desesperado. Deseaba tanto a ________... Si, era especial… diferente.
No una cualquiera. Tenía su dulzura, su inocencia, discutía con él. Su carácter lo volvía loco y su manera de ser le encantaba, por no decir otra cosa.
________ arqueó el cuerpo, topando con el abdomen de Justin. Error… eso era una invitación como una casa.

- Si no quieres que te penetre, al menos… vayamos paso a paso. – le murmuró en el oído – solo pude probarte en un escaso minuto, ahora vas a dejar que te lo haga bien, quiero que te corras en mi boca.

________ se excitó tanto con sus palabras que hasta llegó a gemir. Justin le quitó las botas los vaqueros y el jersey, dejándola en un nuevo conjunto. La observó. Le era suficiente con eso. _______ se aguantó las ganas de cubrirse, la mirada de Justin la avergonzaba.
¿Qué pasa por esa cabeza cuando me miras? Cuanto me gustaría saberlo…
Justin se inclinó y le quitó el sujetador, desabrochándolo por el encaje de delante. Gimió al ver los pechos de la joven.

- Eres tan… - metió uno de sus caramelos en la boca y lo succionó con fuerza, haciendo que _______ jadeara de placer y dolor a la vez.

- ¿Tan… qué? – dijo arqueándose ante él.

- Tan… perfecta… - la miró – dios, no es bueno tener una mujer como tu metida en mi casa…

La volvió a besar. Y siguió bajando y bajando por su cuerpo. ________ estaba nerviosa… pero la excitación podía con todo. Deseaba tanto a Justin… era un hombre testarudo y odiable cuando quería… pero le encantaba. Una oleada de aire le vino de repente. Justin le había quitado las bragas. Sintió como él le levantaba las piernas y las ponía apoyadas en sus hombros, acariciando su ancha espalda. ________ se estremeció.

- Aún no he hecho nada y ya te estás retorciendo de gusto… - dijo Justin mirándola entre sus piernas. – Tranquilízate… yo no voy a tratarte como los cretinos de tus ex novios… la primera en disfrutar serás tú.

Sintió como la boca de Justin empezaba a besar su monte de Venus. Dios mio, no iba a poder aguantar nada con este hombre practicándole sexo oral. Sintió como Justin gemía.

- Hueles tan bien… - se hundió en ella. _______ casi grita de la sorpresa. La lengua de Justin empezó a juguetear con su clítoris, sus dientes le rozaban la carne más sensible que tenía en el cuerpo. Sus labios, eran una tortura; su boca, el cielo. – Dios, y sabes tan bien…

Sintió como los dedos de Justin se clavaban en sus muslos, la apretaban más contra su cara. Justin la quería devorar.

- ¡Justiiiin! – gimió arqueándose entera. El cuerpo le empezó a convulsionar - ¡Dios mío, no pares!
La lengua de Justin la seguía torturando, frotándola de arriba abajo. La fricción era más que magnifica, en ese estado… ________ era tan vulnerable… tanto que si Justin la hubiera penetrado con su enorme arma no se hubiera opuesto. Justin se separó a milímetros. Ella echó en falta el contacto de su lengua.

- ¿Puedes aguantarte? – ________ hizo fuerza en las piernas. – Así… muy bien.

Ahora supo el por qué. Justin aprovechó la mano izquierda para ayudar a su propia boca. ________ se sentía completamente llena, no iba a aguantar mucho más. Sentía como Justin gemía contra su húmeda vagina. Eso no hizo más que excitarla. Volvió a combulsionarse, más fuerte.

- Ahh… sigue… ¡sigue! – gimió. ________ sintió como Justin sonreía. Él le metió más los dedos. Ella volvió a tener espasmos, estaba a punto.

- Joder, tu coño es tan apretado… - murmuró tan cerca de su humedad que _______ estuvo a punto de estallar. - ¿estás a punto de correrte?

- ¡Sí! – gimió ________ con los ojos cerrados, cogiéndose de las sabanas. –Dios mío, no te pares ¡Juustiin!

Justin no dudó en seguir. Hundió de nuevo su boca en el dulce sexo de _________, mientras la penetraba con los dedos.
¿Pero dónde está la otra mano?
Justin volvió a gemir contra su sexo. Dios, ahora lo entendía. No lo podía ver, pero el imaginarse a Justin masturbándose a la vez que se lo hacía a ella… era súper excitante. Se corrió en su boca. La garganta le ardía, y se dio cuenta de que era por los gemidos tan altos que soltaba. Justin aceptó gratamente su orgasmo, lo tragó como si fuera el elixir más deseado. _________ se derrumbó, sin enterarse siquiera de que Justin se había corrido también. Se incorporó en la cama y cerró los ojos con la respiración muy agitada. Justin se tumbó a su lado, rodeando su cintura con un brazo. Le besó el hombro, el cuello.
_________ sonrió al sentir los labios de Justin de nuevo contra su piel. ¿Por qué sentía tantas emociones si ni siquiera eran pareja? No encontraba respuesta a tantas preguntas… aun que muy en el fondo, se temía lo que estaba pasando.

Las caricias, los susurros y los besos de Justin, fueron más allá de solo sexo. Al menos para ella… le entraban, le provocaban dolor de corazón y de cabeza de lo confusa que estaba. Y al fin, se durmió.

Pensando en que… la leche que antes quemaba, volvía a estar fría.

Tantas horas de insomnio, hicieron que _________ durmiera durante veinte horas seguidas. Todo un lirón, pensaba Justin. Pero le daba igual… era preciosa cuando dormía.
¿Preciosa? ¿Perfecta? ¿Cuando le he dicho yo eso a una mujer?
Pero __________ no era una de esas mujeres con las que se había acostado. Le había practicado sexo oral, nada más… y eso ya significaba mucho para él. ¿Por qué?

Alguien abrió la puerta.

- Hombre, amigo… - dijo Justin sorprendido – Ayer no viniste hasta las once, te volviste a ir para ocuparte del cadáver de Jasmine… y vuelves hoy a las diez de la noche.

- Calla, calla… - Kellen se tiró al sofá – estoy rendido… si tú supieras el peso que nos he quitado de encima.

- A ver, cuéntame. – Justin se sirvió algo de Jack Daniels y le sirvió una copa a Kellen, el cual la aceptó con mucho gusto.

- Aquí el otro día eliminamos a uno de los secuaces de Donovan.

- Ajá. – dijo dando un trago.

- Bueno… ayer mientras me llevaba a Jasmine se me apareció un hijo de puta de esos…

Justin abrió los ojos mientras bebía.

- Lo dejé como un colador con mi querida AK 47 y lo metí junto con su jefa o compañera, o lo que fueran de la zorra de Jasmine. – suspiró y dio un lago trago de Jack– Total, que cuando llegué a la oficina de Snade, me dijo que sus agentes habían metido en la cárcel a dos de ellos, y que habían matado a uno. – sonrió y miró a Justin con esos ojos azulísimos, de un potente y apuesto alemán. – Echa cuentas.
Justin contó.

- Joder, solo quedan dos. Nos hemos cargado a tres.

- Más los que han metido en una cárcel de Rusia para cadena perpetua.

- Toma ya. – Justin sonrió y chocó la mano con Kellen. Realmente le había quitado un peso de encima.

¿Pero que pasaría cuando se cargaran a esos dos que quedaban? Como dijo ________... volvería a su vida normal… y se olvidaría de todo.

En ese momento la vio salir. Con los ojos aún endormiscados, bostezando, un pelo de lo más gracioso y desarreglado… y su jersey. Sonrió al ver las preciosas piernas que había podido disfrutar, que había podido besar. El frágil cuerpo, pero perfecto… los pechos, que por lo que marcaban, no llevaba sujetador. Y esa carita de ángel. Puede que no fuera la mujer más atractiva del mundo. Pero para Justin, si lo era.

Protegeme capitulo 11:









A _______ le temblaron las piernas. Cayó de rodillas. Dejó resbalar la pistola por su mano, hasta el parqué del suelo. Justin la miró, sorprendido. Luego miró a Jasmine. Le tomó el pulso, que cada vez iba a menos. Estaba muerta.

- Dios mío… - ________ empezó a llorar. – he matado a una mujer…
La voz le temblaba y la respiración se le empezó a entrecortar. A Justin parecía que ese estado no le sor
prendía. Él había matado demasiado. Y parecía que, para ________ era la primera vez. Justin se arrodilló a su lado.

- Shh… tranquila… - le frotó los brazos y la abrazó. – Eeehh, lo tenía merecido.

- ¿Por… qué… no te… sol… taste… de su bra… zo? ¡Es u… na mu… jer! Eres… mu… cho más… fu… erte… - dijo sollozando. Casi no se le entendía, pero Justin sacó conclusiones de sus palabras sueltas.

- No sabes lo entrenada que está Jasmine. Además, estaba desarmado, si me libraba de su brazo, me dispararía igualmente. - ________ lo abrazó fuerte.

- Nunca… más… - murmuró contra su hombro.

- ¿Nunca más qué? – dijo besándole la frente.

- Nunca más me des este susto… - le cogió la mano y se la puso sobre un pecho. El corazón le iba a mil. Después de unas decimas de segundo más tarde, Justin se dio cuenta de lo que estaba tocando. Y no tardó en reaccionar. Le acarició la teta.

Su respiración se agitó. Aún en una situación así, a Justin hubiera gustado tranquilizar a ________ a base de caricias, besos… y mucho más. Sintió como el pezón se le erectaba entre sus dedos. ________ se apartó. Aun con la respiración más parada.
Tenía las mejillas húmedas, los ojos color _____ inundados en una capa de lágrimas y… y a pesar de ello, un precioso rubor le cubría la cara.

- Justin… - murmuró. Quería levantarse pero sus piernas aún no le respondían. Él la miró apenado.

- No te creas nada de lo que Jasmine ha dicho.

- No lo he hecho… yo no pienso eso de ti.

El corazón de Justin se aceleró. ¿Por qué mier.da siento esto? _______ no era una de esas chicas malas… ________ no era una cualquiera. _________ era dulce. Pero… ¿y si volvía a suceder lo de Milena? Estaba claro que ella no pertenecía a una mafia rusa.
Pero… ¿y si se volvía a enamorar? No… no, joder. Justin Bieber nunca había estado enamorado. Nunca. Y Nunca lo estaría. Milena solo había profundizado algo más. Unos cuantos te amo sin sentido… que no significaban nada, ni para él, ni para ella. Miró a ________. No se parecía nada a Milena… ella era diferente. Era… Especial.

Después de tres manzanillas, _______ se sentó al lado de Justin, a ver un poco la televisión. Kellen había vuelto hacia una hora… se había quedado en el pueblo y no había vuelto hasta las once. Él se ocupó del cuerpo de Jasmine, después de contarle todo lo que había sucedido. Justin y ________ volvían a estar solos. Ella ahora más calmada.
Apoyó su cabeza en el hombro de él.

- ¿Te importa? – murmuró, mirándolo.

- Claro que no. – sonrió.

Justin sonreía poco. Ella ya había dicho que no demostraba mucho sus sentimientos. Pero cuando lo hacía sinceramente, era guapísimo. Ella suspiró profundamente.

- Espero que esto no te traume de por vida.

- Eso espero yo también. - ________ sonrió – supongo que cuando vuelva a mi vida, ya me olvidare de todo.

A Justin se le congeló el corazón. Cuando vuelva a su vida… se olvidará de todo. Incluso de mí. Esas semanas que tenían que compartir… al fin y al cabo no significarían nada. Cuando ________ estuviera fuera de peligro, fuera del alcance de los secuaces de Donovan, ella podría volver a su casa. ¿Por qué coño me siento mal? Oh, Justin… ese hombre se podría tragar su orgullo de vez en cuando y ver un mirar un poco más, en su interior… para saber realmente y poder aclarar sus sentimientos, de una vez por todas. Él no creía en el amor, tampoco en la mujer perfecta para él, después de lo que pasó con Milena. Pero a veces… todo eso lo tienes en frente. O quizás sentado al lado, con la cabeza apoyada en tu propio hombro.

________ se despertó. Las luces estaban apagadas. Estaba al lado de Justin, y él dormía. Se separó un poco y lo observó. Solo la luz del televisor iluminaba para poder ver. Las facciones de su cara estaban relajadas. Su respiración era pausada y de su boca se escapaba algún que otro suave ronquido. El pecho subía y bajaba tranquilamente. ________ recapacitó. ¿Cómo había llegado a conocer un hombre tan guapo? Por que la habían secuestrado, porque unos tíos la perseguían para matarla… solo porque Alex le había ido detrás todo este tiempo y se la había llevado a su casa… porque él estaba obsesionado con ella. Y ahora se encontraba allí… en un lugar al que no pertenecía. No, no pertenecía… Se levantó lentamente sin despertar a Justin. Se dirigió hacia su habitación y se puso una ropa que… que el mismo Justin le había comprado ayer por la mañana. Se miró en el espejo. Los vaqueros apretados que Justin le había hecho comprar… le hacían un culo grande. ¿Por qué se los había quedado?

Solo porque a él le gustaban. ¿Por qué tenía tan en cuenta la opinión de Justin?… Si él ni siquiera es nada mío. Se puso las botas y un jersey suelto que enseñaba un hombro. La verdad es que no era ropa apropiada para una huida, pero… pero no había nada más, aparte de más ropa de poca diferencia y el… el estupendo albornoz de Justin.

Encendió una lámpara, iluminaba poco, pero lo suficiente como para ver el llavero. Vio las llaves de un Jeep. Ese coche le iría de puta madre para conducir hasta la ciudad. Las cogió. Lo siento, Justin. No echará de menos tal coche… tampoco me he llevado el Lamborghini. Salió del precioso chalet de Justin sin hacer ruido y se dirigió hacia el apartamento donde estaba el Jeep, junto con un 4x4.

Antes de que pudiera abrir la puerta del coche, alguien la cogió por el cuello y apretó algo contra su cabeza.

Se le heló hasta la última gota de sangre.

- Como te muevas te vuelo la cabeza, hermosura. – dijo el hombre.

Tenía un cuerpo fuerte. ________ lo pudo ver reflectado en el vidrio del 4x4. Llevaba un pasamontañas e iba con un traje de licra negro. ¿Por qué todos los putos espías tenían que estar tan buenos? Pudo ver la penetrante mirada… de ese supuesto secuaz de Donovan. Sintió como aquel hombre le metía mano.

- Eh, ¿Qué mierda haces?

- Cállate, si no veras tu vida pasar en unos pocos segundos. – el asesino se apartó algo el pasamontañas y rozó el cuello de _______ con los labios, mientras que ella sentía su fuerte brazo apretarle los pechos. No pudo evitar gemir cuando sintió que le apretaba uno de los pechos. Metió la mano dentro del jersey… cuando ________ sintió el sueve tacto de los guantes negros sobre su pezón excitado, no pudo más.

Le dio una patada en la espinilla. Para algo me habrán servido las clases de autodefensa. Y seguido… Un rodillazo en sus cataplines. El hombre gimió.

- Joder, ________. – esta voz si la reconoció, mientras él se retorcía de dolor.
_______ le quitó el pasamontañas.

- ¿Estás loco o qué? – dijo histérica - ¿Es que quieres matarme de un susto? De veras pensé que querían matarme.

- Es que quieran matarte. – dijo Justin – por eso quise darte un susto… ¿Por qué quieres escaparte?

- ¿Por qué me has tocado? – dijo ______ casi sin aliento. Estaba excitada… Justin era único tocándola, debería haber sabido que era él.

- Te pregunté yo primero – dijo Justin serio. La miró – vas demasiado provocativa, de veras, si yo hubiera sido un secuaz de Donovan… te hubiera follado sin piedad. – se relamió, riéndose.

- Ja-ja… como ayudan tus comentarios. – dijo ________, sarcástica. – es que… es que siento que molesto. – dijo mirando hacia el suelo – este no es mi sitio.

Justin la miró preocupado.

- ¿Y crees que muerta, sería mejor?

_______ negó con la cabeza.

- Entonces deja que te proteja. – Justin le dedicó una sonrisa tierna – Vivo para esto, no eres una molestia, de veras. – le acarició la mejilla.

_______ sintió que esa caricia significaba algo más. Ya no era todo… picante. Ese tono, era tierno, cariñoso… quizás… ¿con amor? Oh, no por dios… Justin no hacía nada por amor… ¿O sí?. Ella sonrió. Volvió a mirar a Justin. Estaba tan sexy con ese traje de licra, negro, arrapado.

- ¿Te duele? – dijo mirando el paquete de Justin.

- Claro. – dijo él ofendido - ¿Dónde has aprendido a dar tales patadas?

- Clases de defensa.

- Quizás sí que no tendré que ocuparme de ti.

________ negó con la cabeza. Casi por primera vez estaba hablando con Justin, tan normal… Sonrió. Y no pensó con la cabeza, para entonces. Pensó con el corazón.

- Te necesito. – sonrió, los ojos le brillaron – Protégeme.
 

Protegeme. Capitulo: 10










_______ arqueó su cuerpo ante Justin al sentir la primera fricción que hizo. Y eso que aun había ropa entre medio. Poca, pero la había. 
Deseo saber cómo se siente a carne viva.Justin apartó las copas del sujetador. _________ tenía vergüenza. Era la primera vez que se exponía con tan poca ropa delante de un hombre. Y Justin en tan solo cinco días la tenía maullando como una gata en celo. Deseosa
, llena de lujuria… destrozando los tabúes. ¿Tabúes? Eso era… lo que iba a pasar entre ellos, no tenía que pasar.
Pero… oh dios mío.
La lengua de Justin empezó a acariciar sus endurecidos pezones, sus dientes los tensaban aun más y la suavidad de sus labios eran como el más caro de los camisones de seda que se hubiera puesto _________. Sintió como Justin apartaba el hilo del tanga, como lo hacía a un lado y pasaba un dedo por el punto más prohibido del cuerpo de _________. Justin fue el que gimió ahora.
Sentirla tan mojada, sentir su suave carne que resbala en mis manos… sentir como se estremece. Esto es lo más excitante que he vivido nunca, ostia. Quiero oír como grita mi nombre hasta caer rendida en el mayor orgasmo de su vida.

- Justin… - murmuró ella, ahora con los ojos entrecerrados.

- Shh… - dijo inclinándose en su cuello de nuevo – no sabes lo hermosa que te ves, _______... – dijo su nombre con tanta sensualidad en su tono de voz que se le puso la piel de gallina – te voy a dar placer… mucho… - le mordió el cuello – así que relájate y disfruta…

En ese preciso instante Justin introdujo un dedo en el interior de _________. Le dolió un poco, pero no le dio importancia. Ella volvió a sentir un gemido de Justin… y como su pene se clavaba en su muslo, mientras la tocaba. La mano de Justin empezó a moverse, adentro, a fuera, en círculos… tan hábil que _________ sintió que no aguantaría mucho. Un segundo dedo fue a parar en el interior de su vagina. Gimió.
Justin se relamió los labios, como si pudiera saborear los jadeos de _________.
Adoraba verla con esa expresión de ‘quiero más, y solo tú puedes dármelo’.
Y solo yo puedo dártelo, nena… y no dudes en que lo voy a hacer.

- Dios mío… - gimió – es demasiado bueno…

Justin se dio cuenta de que sin querer había aumentado la velocidad de los movimientos de su mano. Y _________ sentía tanto placer que empezó a contraerse. Ahora Justin si pensó que moriría. Sentía las paredes de la vagina de _________ apretar sus dedos.
Como deberá sentirse cuando me meta ahí dentro… será el infierno en directo. Los pantalones de Justin parecía que se iban a romper. No podía más… si _________ se corría, el también lo haría, sin que ella lo hubiera tocado, siquiera.

Dejó de tocar a __________. Ella hizo una mueca en señal de desacuerdo. Justin se rió.

- Tranquila, tengo mucho más para ti… - dijo como el ronroneo de un gato.

Dios… que hombre. Observó a Justin, estaba de rodillas, delante de ella… sin camisa… y se estaba desabrochando el pantalón. ¡¿Qué?! ¡Se estaba desabrochando el pantalón! Esto había ido demasiado lejos… Pero antes de que ___________ pudiera decir nada,
Justin ya se los había quitado. Y no llevaba bóxers. _________ entreabrió la boca.

- Cierra esa boquita, que soy capaz de cometer una locura con lo duro que me tienes… - se inclinó y la beso, tan desesperadamente que hasta él se quedó sin aliento.

________ tenía el punto de vista de Justin de que era un hombre frio… sádico. Pero ahora, le parecía todo lo contrario. Era cariñoso, había buscado su placer y su cuerpo emanaba un calor sorprendente… pero para sorprendente lo que tenía algo más abajo del ombligo. Que no hubiera hecho el amor con ninguno de sus ex novios, no significaba que no supiera como era la anatomía del sexo opuesto… y mucho menos que no hubiera llegado a masturbar a alguno de ellos. Pero nunca había llegado a ver… semejante cosa. ¿y Justin tenía la intención de meter eso dentro de ella? ¡Ja!... la tenía caliente, si… pero no lo dejaría… no.

Dios ¿Qué me hace esta mujer?
Justin la observó, de nuevo, desnuda, en el sofá de su propia casa. Ella lo miraba, de arriba abajo… y las simples miradas de inocencia lo provocaban muchísimo. ¿Qué es lo que le atraía tantísimo de _________? Parecía un jodido desesperado por follar…

Ella era atractiva… mucho, pero… no había para tanto ¿o sí?... Quería – necesitaba – poseerla ya… y nunca había rogado por follar el cuerpo de una mujer, pero por hacerlo con ella, estaría más que dispuesto. Meterle los dedos había sido fantástico… imaginar cómo sería cuando metiera su duro pene…

Justin separó las piernas de _________. Ella lo miró sería. El calentón se le había bajado al cero. Bueno… ver a Justin así… a ese dios griego, más caliente que la propia lava era una tentación demasiado grande… que la excitaba sobremaneramente. Pero no quería… no. No había perdido la virginidad con hombres con los que había estado durante años, ¿y la perdería con un hombre al que conocía a penas hacía cinco días? Ni hablar. Que Justin siguiera soñando… con ella.

- ¿Qué te pasa? – gruñó Justin, ya con las pupilas dilatadas del deseo.

_________ se levantó y Justin observó maravillado su trasero desnudo. Se sentía culpable… al menos el cincuenta por ciento… si ella no quería acostarse con Justin, ya ni siquiera tendría que haber aceptado el trato de Justin. No, cincuenta por ciento culpable no… totalmente culpable. Justin era un hombre… como todos. Y quería mojar, y mojar, y mojar… Estaba comprobado que más de la mitad del cerebro masculino solo piensa en sexo. Así que no estaba nada dispuesta a perder su pureza con aquel – sexy, afrodisiaco y guapísimo – agente de no se qué agencia secreta. Daba igual lo bueno que estuviera, y lo mucho que la haría disfrutar… ella se reservaba para el hombre de su vida, y Justin, no era ni mucho menos el hombre de su vida. – aun que si de sus sueños, literalmente. –

Se enrolló el albornoz en el cuerpo. Justin estaba alucinando.

- ¿Qué haces? - preguntó ahora.

- No quiero hacer el amor contigo. – le dijo seria.

Justin se echó a reír.

- Cariño, te mueres de ganas por que te eche un buen polvo.

Si, lo hacía. Pero era lo que había… y no iba a caer. Había aprendido a vivir esquivando el chocolate y las bollerías para mantener una dieta. También aprendería a vivir unas semanas esquivando a Justin.

_______ alzó la barbilla y se dio la vuelta, dirigiéndose a su habitación. Justin se colocó sus pantalones a toda prisa, aun que le costó… abrochárselos. La detuvo cogiéndola por el hombro.

- ¿Qué te pasa? ¿No lo dirás en serio? No puedes dejarme así.

_______ centró su mirada en el paquete de Justin. La verdad es que le hubiera gustado aliviarlo… No dijo nada, solo volvió la vista a sus ojos de nuevo.

- Venga, ______... estas de broma.

- No, no lo estoy. – se giró y siguió andando – esto… no tendría que haber sucedido, ni de un buen principio tendría que haberme mostrado en ropa interior delante de ti.

Justin bufó.

- Serás calientapollas, ¿haces esto con todos o qué? - ________ se giró arqueando las cejas.

- ¿Cómo dices?

- Nada, déjalo. – Justin se giró para recoger su jersey.

- ¿Yo una calientapollas? – dijo _______ siguiéndolo ahora ella. – Eres un completo idiota. Estás tan acostumbrado a que las mujeres caigan rendidas a tus pies, que, que una te rechace te jode más que nada.

Justin abrió los ojos, mirándola.

- Oh, aparte de calientapollas eres una lagarta ida de la lengua. – arqueó la boca, en lo que a ________ le pareció una irónica sonrisa.

Ella no pudo contenerse más. Puede que fuera inocente en según qué aspectos, pero no dejaba que le pisaran de esa forma su orgullo… y mucho menos que la insultase semejante tipo.

- ¿Y tú? ¿Te has visto? Por favor, a parte de una perfecta farmacia llena de asteroides, te he considerado como un putón que las veinticuatro horas se las pasa follando.

- ¿Asteroides? Nena, mi cuerpo es más natural que cualquier cosa… - se acarició el torso – se que te parecerá extraño que esté tan bueno, pero es así. – le guiñó un ojo – Y bueno, me da igual lo que tu creas. Al menos, si me las paso follando, hago disfrutar a la mujer, y lo que es más importante… la llevo hasta EL FINAL. – le dio énfasis a estas últimas palabras. A ________ le recorrió un escalofrío por la espalda.
Si ella era orgullosa, Justin la superaba.

- Creído.

- Zorra.

Parecía que aquello no iba a terminar. Pero ________ estaba claro que no iba a dejarlo allí.

- Bueno, una zorra que por lo visto te pone como una moto ¿no? Y por si fuera poco, la primera en dejarte con las ganas. Pues vete acostumbrando por qué no tendrás la virtud de meterte en la cama conmigo.

- Tampoco lo necesito.

- ¿Ah no? - ________ le acarició la entrepierna, tan sensualmente que hasta ella misma se sorprendió. Justin no pudo evitar gemir - ¿y esto que es?

- Oye, no te eleves tanto, tengo a una cola de mujeres que se pelearían por una buena cardada conmigo.

________ se rió a carcajadas.

- ¿Tanto te crees? – le espetó – Pues venga, ve haciendo que entren… me da igual. A ver si encuentras a alguna que te sacie.

Se giró y se metió en su habitación, dejando a Justin con la palabra en la boca. Él bufó de nuevo. La última caricia de _________ no había ayudado nada. La hubiera cogido en ese mismo instante, le hubiera arrancado el albornoz y se la hubiera metido hasta el fondo… hasta que se corriera, gritando su nombre, queriendo más. Lo había puesto muchísimo… enfadada. Aun que pareciera extraño, Justin había pensado que era un encanto, cuando _________ discutía. Sonrió poniéndose el jersey.
¿Qué no conseguiré meterme en la cama con ella? Eso ya lo veremos.

Se sentó en el sofá y encendió la tele. En ese preciso instante, llamaron a la puerta.

________ estuvo pensativa. Creyó que se había pasado, con Justin. Ella lo había provocado, había dejado que la masturbara… y luego ella no había hecho nada para calmar a Justin. Al contrario, había dado pie a una estúpida discusión. Justin hacía mucho por ella… la estaba protegiendo, le había comprado lo necesario… hasta caprichos que ni ella misma se podría permitir. Debía disculparse. Tragarse su propio orgullo, le costaría lo suyo. Pero sentirse mal… por aquel hombre, era mucho peor.

Jasmine entró en la casa de Justin. Unas botas de charol, de tacón de aguja que cubrían hasta medio muslo. Una minifalda del mismo color… y del mismo tacto: a plástico. Que se le pegaba en la carne del deslumbrante culo. Y un top, también negro. Dejaba ver el ombligo, adornado con un piercing. El pelo negro le caía hasta por encima del pecho, rizado . Los ojos profundamente negros se clavaron en Justin, mientras se sentaba en una silla. Tan natural, tan tranquila. Tan cabrona. ¿Por qué se había presentado así, tan simple? Si Justin ya sabía que ella lo quería matar.

________ salió, aun enrollada en un albornoz. Se apoyó en el marco de la puerta que daba al salón. ¿Una mujer? Oh,Justin no ha tardado en buscarse una… ¿una puta? Eso parecía. Se los quedó mirando. Ahora si que no estaba dispuesta a disculparse… Justin era un ninfómano o algo por el estilo. No había pasado ni quince minutos en que ella se situaba debajo de ese –fornido y excitante – cuerpo y ya estaba con otra mujer en casa.
¿Pero qué digo? Justin y yo no somos nada, él puede hacer lo que le dé la gana…

- ¿Qué quieres? – dijo Justin sentándose frente suyo.

- Vaya recibimiento, chico… - sonrió ella, cruzando las piernas – Me esperaba almenos un hola cariño.

- No te mereces tal bienvenida. – Justin arqueó la boca. – Snade habló con mi amigo.

- Mmh… ¿Chaz? Como me pone ese espía… no olvidare la noche que pasé con él… igual a la que pasé contigo. ¿Todos los Bieber y los Somers tenéis que ser igual de buenos en ese aspecto? Y porque Christian está casado con esa… estúpida de la oficina… si no estoy segura…

- Deja ya a mis amigos, zo…

- Ah, ah… - Jasmine negó con la cabeza – no te atrevas a insultarme. No serías al primero al que le corto los huevos por llamarme zorra.
Justin se aclaró la garganta.

- Yo no soy tan vulnerable como los otros hombres a los que has matado. – Fue a buscar una cerveza y le dio un largo trago. Jasmine se rió – No te rías. Además, a lo que íbamos… Que basta ya de hacerte la mosquita muerta, Jasmine. Snade le dijo a Chaz que eres una infiltrada de la mafia rusa.

- ¿Mosquita muerta? – se burló ella – Si.. no niego que soy de la mafia de Alexander. ¿Pero sabes por qué?

- Si, lo sé. Pero yo no tuve la culpa de la muerte de Milena.

- Mi hermana no merecía morir.

- Lo sé. Pero yo no la maté.

- Que tú no la mataras, no quiere decir que no tuvieras nada que ver. Porque fue gracias a ti… que ahora ella, su cadáver, se encuentra quien sabe dónde, ya desintegrado.

A _______ le dieron ganas de vomitar. Vale, esa tía no era una prostituta de Justin… era otra payasa de este rollo de la mafia y los espías. ¿Pero quién era esa Milena? Los ojos de Justin interpretaban tristeza, y a ella le sorprendió… verlo mal. Justin casi nunca expresaba sus sentimientos.

- Yo la amaba, no le hubiera hecho daño.

¿Justin? ¿Amar? Sin saber por qué, a _______ le subió un calor muy incomodo por el cuerpo. Le entró dolor de cabeza.

- ¡No mientas! – dijo Jasmine perdiendo el control, con lagrimas en los ojos - ¡Tu no amabas a mi hermana! Solo te la quisiste tirar, como a todas… luego descubriste que ella no era una víctima… y fue cuando quisiste quitarla de tu camino.

- ¡No fue así! – Justin dio un puñetazo en la mesa que sobresaltó a las dos mujeres. Los ojos de Justin se llenaron de furia - ¡Yo amaba a Milena! ¡Snade y sus policías la mataron! Yo no tuve nada que ver…

- Ella te quería. – dijo Jasmine – la decepcionaste.

- ¡Joder, Jasmine! – Justin se frotó los ojos. ¿Está a punto de llorar? – Basta ya.Hace dos años que pasó, y fue doloroso para los dos ¿Si? Yo… yo no sabía que tú eras su hermana. Y de nuevo, yo no la maté.

Jasmine negó con la cabeza. Sus ojos negrisimos se inundaron en lágrimas. Sacó su Glock del 28 y la cargó.

- ¿Preciosa, eh? – dijo acariciando la pistola – perfecta para una mujer.

Se la acercó a la cabeza.

- Jasmine, no hagas ninguna locura. – Justin se acercó y le cogió la mano. Ella forzó.

- Déjame. Ya no quiero seguir así. Mi hermana ya no está, mis padres están muertos. No me queda nada.

Si algo sabía ________ era de psicología. Además de ser fisioterapeuta, se había sacado la carrera social.

- No… - murmuró. Ahora los dos prestaron atención a la mujer envuelta en un albornoz. Con una mirada triste. – siempre hay algún motivo por el que seguir viviendo.

- _______, haz el favor de meterte dentro de tu habitación. – dijo Justin, ordenando.

- Déjame, se lo que hago.

Jasmine la miró, asombrada. Esos ojos húmedos y negros se clavaron en la chica morena que se acercó a ella. Le acarició la mano.

- Se por todo lo que has pasado, yo he vivido y he tratado con situaciones semejantes. - ________ le dedicó una sonrisa. – Baja el arma… no hagas tonterías de las que luego puedes arrepentirte aún más.

Jasmine no entró en razón. Preparó el gatillo. Justin intentó quitarle la Glock del 28, pero solo consiguió que apretara el gatillo y que una lámpara cercana petara en mil pedazos.

- ¿Quién eres? – murmuró la morena - ¿otra muñeca de Justin? Luego dicen que fue Alexander el loco que coleccionaba mujeres. Pero Justin las enamora, las hace sufrir. – le lanzó una mirada fulminante a él. –

- No, no te equivoques… - la intentó calmar ______ - no conozco suficiente a Justin como para juzgar, pero sé que él no haría tal cosa.

- Cariño, temo que pases lo mismo que mi hermana… ¿eres la del caso de Donovan, cierto? – Suspiró preparando la pistola de nuevo. Golpeó a Justin y giró sobre ellos, poniéndole un brazo en el cuello. Apretó la pistola contra la cabeza de él. – Justin se tira todo ser que respire. Luego las deja destrozadas. Ya me darás las gracias en otra vida. Antes de irme, voy a vengarme… - Apretó el gatillo, apunto de atravesar el cráneo de Justin con la bala de la Glock del 28.

- ¡No! - ________ se puso tensa. – Jasmine, no lo mates, por favor.

________ sintió como debajo de la mesa había algo pegado con cinta aislante. No se demoró en quitarlo. Perfecto. Una calibre del 45. No sabía manejar armas pero aquella estaba cargada y preparada. Se la escondió bajo el albornoz. Se levantó y se puso al lado de Jasmine. No pudo evitar llorar de los nervios. Si pasaba algo, si le pasaba algo a Justin, le cogería un ataque de corazón. En esos 5 días habían pasado más cosas que en todos sus veintidós años de vida.

- Por favor… - Jasmine la miró.

- Debo hacerlo.

- Lo que debes hacer… - dijo ______ aun con su tono pausado - ¡es meterte en un loquero! – sacó la pistola y apretó el gatillo, sin pensárselo, disparó a Jasmine.

El brazo que rodeaba el cuello de Justin se aflojó. Y el cuerpo de la hermosa mujer cayó, pesado al suelo.
Pero… oh dios mío.
La lengua de Justin empezó a acariciar sus endurecidos pezones, sus dientes los tensaban aun más y la suavidad de sus labios eran como el más caro de los camisones de seda que se hubiera puesto _________. Sintió como Justin apartaba el hilo del tanga, como lo hacía a un lado y pasaba un dedo por el punto más prohibido del cuerpo de _________. Justin fue el que gimió ahora.
Sentirla tan mojada, sentir su suave carne que resbala en mis manos… sentir como se estremece. Esto es lo más excitante que he vivido nunca, ostia. Quiero oír como grita mi nombre hasta caer rendida en el mayor orgasmo de su vida.
- Justin… - murmuró ella, ahora con los ojos entrecerrados.
- Shh… - dijo inclinándose en su cuello de nuevo – no sabes lo hermosa que te ves, _______... – dijo su nombre con tanta sensualidad en su tono de voz que se le puso la piel de gallina – te voy a dar placer… mucho… - le mordió el cuello – así que relájate y disfruta…
En ese preciso instante Justin introdujo un dedo en el interior de _________. Le dolió un poco, pero no le dio importancia. Ella volvió a sentir un gemido de Justin… y como su pene se clavaba en su muslo, mientras la tocaba. La mano de Justin empezó a moverse, adentro, a fuera, en círculos… tan hábil que _________ sintió que no aguantaría mucho. Un segundo dedo fue a parar en el interior de su vagina. Gimió.
Justin se relamió los labios, como si pudiera saborear los jadeos de _________.
Adoraba verla con esa expresión de ‘quiero más, y solo tú puedes dármelo’.
Y solo yo puedo dártelo, nena… y no dudes en que lo voy a hacer.
- Dios mío… - gimió – es demasiado bueno…
Justin se dio cuenta de que sin querer había aumentado la velocidad de los movimientos de su mano. Y _________ sentía tanto placer que empezó a contraerse. Ahora Justin si pensó que moriría. Sentía las paredes de la vagina de _________ apretar sus dedos.
Como deberá sentirse cuando me meta ahí dentro… será el infierno en directo. Los pantalones de Justin parecía que se iban a romper. No podía más… si _________ se corría, el también lo haría, sin que ella lo hubiera tocado, siquiera.
Dejó de tocar a __________. Ella hizo una mueca en señal de desacuerdo. Justin se rió.
- Tranquila, tengo mucho más para ti… - dijo como el ronroneo de un gato.
Dios… que hombre. Observó a Justin, estaba de rodillas, delante de ella… sin camisa… y se estaba desabrochando el pantalón. ¡¿Qué?! ¡Se estaba desabrochando el pantalón! Esto había ido demasiado lejos… Pero antes de que ___________ pudiera decir nada,
Justin ya se los había quitado. Y no llevaba bóxers. _________ entreabrió la boca.
- Cierra esa boquita, que soy capaz de cometer una locura con lo duro que me tienes… - se inclinó y la beso, tan desesperadamente que hasta él se quedó sin aliento.
________ tenía el punto de vista de Justin de que era un hombre frio… sádico. Pero ahora, le parecía todo lo contrario. Era cariñoso, había buscado su placer y su cuerpo emanaba un calor sorprendente… pero para sorprendente lo que tenía algo más abajo del ombligo. Que no hubiera hecho el amor con ninguno de sus ex novios, no significaba que no supiera como era la anatomía del sexo opuesto… y mucho menos que no hubiera llegado a masturbar a alguno de ellos. Pero nunca había llegado a ver… semejante cosa. ¿y Justin tenía la intención de meter eso dentro de ella? ¡Ja!... la tenía caliente, si… pero no lo dejaría… no.
Dios ¿Qué me hace esta mujer?
Justin la observó, de nuevo, desnuda, en el sofá de su propia casa. Ella lo miraba, de arriba abajo… y las simples miradas de inocencia lo provocaban muchísimo. ¿Qué es lo que le atraía tantísimo de _________? Parecía un jodido desesperado por follar…
Ella era atractiva… mucho, pero… no había para tanto ¿o sí?... Quería – necesitaba – poseerla ya… y nunca había rogado por follar el cuerpo de una mujer, pero por hacerlo con ella, estaría más que dispuesto. Meterle los dedos había sido fantástico… imaginar cómo sería cuando metiera su duro pene…
Justin separó las piernas de _________. Ella lo miró sería. El calentón se le había bajado al cero. Bueno… ver a Justin así… a ese dios griego, más caliente que la propia lava era una tentación demasiado grande… que la excitaba sobremaneramente. Pero no quería… no. No había perdido la virginidad con hombres con los que había estado durante años, ¿y la perdería con un hombre al que conocía a penas hacía cinco días? Ni hablar. Que Justin siguiera soñando… con ella.
- ¿Qué te pasa? – gruñó Justin, ya con las pupilas dilatadas del deseo.
_________ se levantó y Justin observó maravillado su trasero desnudo. Se sentía culpable… al menos el cincuenta por ciento… si ella no quería acostarse con Justin, ya ni siquiera tendría que haber aceptado el trato de Justin. No, cincuenta por ciento culpable no… totalmente culpable. Justin era un hombre… como todos. Y quería mojar, y mojar, y mojar… Estaba comprobado que más de la mitad del cerebro masculino solo piensa en sexo. Así que no estaba nada dispuesta a perder su pureza con aquel – sexy, afrodisiaco y guapísimo – agente de no se qué agencia secreta. Daba igual lo bueno que estuviera, y lo mucho que la haría disfrutar… ella se reservaba para el hombre de su vida, y Justin, no era ni mucho menos el hombre de su vida. – aun que si de sus sueños, literalmente. –
Se enrolló el albornoz en el cuerpo. Justin estaba alucinando.
- ¿Qué haces? - preguntó ahora.
- No quiero hacer el amor contigo. – le dijo seria.
Justin se echó a reír.
- Cariño, te mueres de ganas por que te eche un buen polvo.
Si, lo hacía. Pero era lo que había… y no iba a caer. Había aprendido a vivir esquivando el chocolate y las bollerías para mantener una dieta. También aprendería a vivir unas semanas esquivando a Justin.
_______ alzó la barbilla y se dio la vuelta, dirigiéndose a su habitación. Justin se colocó sus pantalones a toda prisa, aun que le costó… abrochárselos. La detuvo cogiéndola por el hombro.
- ¿Qué te pasa? ¿No lo dirás en serio? No puedes dejarme así.
_______ centró su mirada en el paquete de Justin. La verdad es que le hubiera gustado aliviarlo… No dijo nada, solo volvió la vista a sus ojos de nuevo.
- Venga, ______... estas de broma.
- No, no lo estoy. – se giró y siguió andando – esto… no tendría que haber sucedido, ni de un buen principio tendría que haberme mostrado en ropa interior delante de ti.
Justin bufó.
- Serás calientapollas, ¿haces esto con todos o qué? - ________ se giró arqueando las cejas.
- ¿Cómo dices?
- Nada, déjalo. – Justin se giró para recoger su jersey.
- ¿Yo una calientapollas? – dijo _______ siguiéndolo ahora ella. – Eres un completo idiota. Estás tan acostumbrado a que las mujeres caigan rendidas a tus pies, que, que una te rechace te jode más que nada.
Justin abrió los ojos, mirándola.
- Oh, aparte de calientapollas eres una lagarta ida de la lengua. – arqueó la boca, en lo que a ________ le pareció una irónica sonrisa.
Ella no pudo contenerse más. Puede que fuera inocente en según qué aspectos, pero no dejaba que le pisaran de esa forma su orgullo… y mucho menos que la insultase semejante tipo.
- ¿Y tú? ¿Te has visto? Por favor, a parte de una perfecta farmacia llena de asteroides, te he considerado como un putón que las veinticuatro horas se las pasa follando.
- ¿Asteroides? Nena, mi cuerpo es más natural que cualquier cosa… - se acarició el torso – se que te parecerá extraño que esté tan bueno, pero es así. – le guiñó un ojo – Y bueno, me da igual lo que tu creas. Al menos, si me las paso follando, hago disfrutar a la mujer, y lo que es más importante… la llevo hasta EL FINAL. – le dio énfasis a estas últimas palabras. A ________ le recorrió un escalofrío por la espalda.
Si ella era orgullosa, Justin la superaba.
- Creído.
- Zorra.
Parecía que aquello no iba a terminar. Pero ________ estaba claro que no iba a dejarlo allí.
- Bueno, una zorra que por lo visto te pone como una moto ¿no? Y por si fuera poco, la primera en dejarte con las ganas. Pues vete acostumbrando por qué no tendrás la virtud de meterte en la cama conmigo.
- Tampoco lo necesito.
- ¿Ah no? - ________ le acarició la entrepierna, tan sensualmente que hasta ella misma se sorprendió. Justin no pudo evitar gemir - ¿y esto que es?
- Oye, no te eleves tanto, tengo a una cola de mujeres que se pelearían por una buena cardada conmigo.
________ se rió a carcajadas.
- ¿Tanto te crees? – le espetó – Pues venga, ve haciendo que entren… me da igual. A ver si encuentras a alguna que te sacie.
Se giró y se metió en su habitación, dejando a Justin con la palabra en la boca. Él bufó de nuevo. La última caricia de _________ no había ayudado nada. La hubiera cogido en ese mismo instante, le hubiera arrancado el albornoz y se la hubiera metido hasta el fondo… hasta que se corriera, gritando su nombre, queriendo más. Lo había puesto muchísimo… enfadada. Aun que pareciera extraño, Justin había pensado que era un encanto, cuando _________ discutía. Sonrió poniéndose el jersey.
¿Qué no conseguiré meterme en la cama con ella? Eso ya lo veremos.
Se sentó en el sofá y encendió la tele. En ese preciso instante, llamaron a la puerta.
________ estuvo pensativa. Creyó que se había pasado, con Justin. Ella lo había provocado, había dejado que la masturbara… y luego ella no había hecho nada para calmar a Justin. Al contrario, había dado pie a una estúpida discusión. Justin hacía mucho por ella… la estaba protegiendo, le había comprado lo necesario… hasta caprichos que ni ella misma se podría permitir. Debía disculparse. Tragarse su propio orgullo, le costaría lo suyo. Pero sentirse mal… por aquel hombre, era mucho peor.
Jasmine entró en la casa de Justin. Unas botas de charol, de tacón de aguja que cubrían hasta medio muslo. Una minifalda del mismo color… y del mismo tacto: a plástico. Que se le pegaba en la carne del deslumbrante culo. Y un top, también negro. Dejaba ver el ombligo, adornado con un piercing. El pelo negro le caía hasta por encima del pecho, rizado . Los ojos profundamente negros se clavaron en Justin, mientras se sentaba en una silla. Tan natural, tan tranquila. Tan cabrona. ¿Por qué se había presentado así, tan simple? Si Justin ya sabía que ella lo quería matar.
________ salió, aun enrollada en un albornoz. Se apoyó en el marco de la puerta que daba al salón. ¿Una mujer? Oh,Justin no ha tardado en buscarse una… ¿una puta? Eso parecía. Se los quedó mirando. Ahora si que no estaba dispuesta a disculparse… Justin era un ninfómano o algo por el estilo. No había pasado ni quince minutos en que ella se situaba debajo de ese –fornido y excitante – cuerpo y ya estaba con otra mujer en casa.
¿Pero qué digo? Justin y yo no somos nada, él puede hacer lo que le dé la gana…
- ¿Qué quieres? – dijo Justin sentándose frente suyo.
- Vaya recibimiento, chico… - sonrió ella, cruzando las piernas – Me esperaba almenos un hola cariño.
- No te mereces tal bienvenida. – Justin arqueó la boca. – Snade habló con mi amigo.
- Mmh… ¿Chaz? Como me pone ese espía… no olvidare la noche que pasé con él… igual a la que pasé contigo. ¿Todos los Bieber y los Somers tenéis que ser igual de buenos en ese aspecto? Y porque Christian está casado con esa… estúpida de la oficina… si no estoy segura…
- Deja ya a mis amigos, zo…
- Ah, ah… - Jasmine negó con la cabeza – no te atrevas a insultarme. No serías al primero al que le corto los huevos por llamarme zorra.
Justin se aclaró la garganta.
- Yo no soy tan vulnerable como los otros hombres a los que has matado. – Fue a buscar una cerveza y le dio un largo trago. Jasmine se rió – No te rías. Además, a lo que íbamos… Que basta ya de hacerte la mosquita muerta, Jasmine. Snade le dijo a Chaz que eres una infiltrada de la mafia rusa.
- ¿Mosquita muerta? – se burló ella – Si.. no niego que soy de la mafia de Alexander. ¿Pero sabes por qué?
- Si, lo sé. Pero yo no tuve la culpa de la muerte de Milena.
- Mi hermana no merecía morir.
- Lo sé. Pero yo no la maté.
- Que tú no la mataras, no quiere decir que no tuvieras nada que ver. Porque fue gracias a ti… que ahora ella, su cadáver, se encuentra quien sabe dónde, ya desintegrado.
A _______ le dieron ganas de vomitar. Vale, esa tía no era una prostituta de Justin… era otra payasa de este rollo de la mafia y los espías. ¿Pero quién era esa Milena? Los ojos de Justin interpretaban tristeza, y a ella le sorprendió… verlo mal. Justin casi nunca expresaba sus sentimientos.
- Yo la amaba, no le hubiera hecho daño.
¿Justin? ¿Amar? Sin saber por qué, a _______ le subió un calor muy incomodo por el cuerpo. Le entró dolor de cabeza.
- ¡No mientas! – dijo Jasmine perdiendo el control, con lagrimas en los ojos - ¡Tu no amabas a mi hermana! Solo te la quisiste tirar, como a todas… luego descubriste que ella no era una víctima… y fue cuando quisiste quitarla de tu camino.
- ¡No fue así! – Justin dio un puñetazo en la mesa que sobresaltó a las dos mujeres. Los ojos de Justin se llenaron de furia - ¡Yo amaba a Milena! ¡Snade y sus policías la mataron! Yo no tuve nada que ver…
- Ella te quería. – dijo Jasmine – la decepcionaste.
- ¡Joder, Jasmine! – Justin se frotó los ojos. ¿Está a punto de llorar? – Basta ya.Hace dos años que pasó, y fue doloroso para los dos ¿Si? Yo… yo no sabía que tú eras su hermana. Y de nuevo, yo no la maté.
Jasmine negó con la cabeza. Sus ojos negrisimos se inundaron en lágrimas. Sacó su Glock del 28 y la cargó.
- ¿Preciosa, eh? – dijo acariciando la pistola – perfecta para una mujer.
Se la acercó a la cabeza.
- Jasmine, no hagas ninguna locura. – Justin se acercó y le cogió la mano. Ella forzó.
- Déjame. Ya no quiero seguir así. Mi hermana ya no está, mis padres están muertos. No me queda nada.
Si algo sabía ________ era de psicología. Además de ser fisioterapeuta, se había sacado la carrera social.
- No… - murmuró. Ahora los dos prestaron atención a la mujer envuelta en un albornoz. Con una mirada triste. – siempre hay algún motivo por el que seguir viviendo.
- _______, haz el favor de meterte dentro de tu habitación. – dijo Justin, ordenando.
- Déjame, se lo que hago.
Jasmine la miró, asombrada. Esos ojos húmedos y negros se clavaron en la chica morena que se acercó a ella. Le acarició la mano.
- Se por todo lo que has pasado, yo he vivido y he tratado con situaciones semejantes. - ________ le dedicó una sonrisa. – Baja el arma… no hagas tonterías de las que luego puedes arrepentirte aún más.
Jasmine no entró en razón. Preparó el gatillo. Justin intentó quitarle la Glock del 28, pero solo consiguió que apretara el gatillo y que una lámpara cercana petara en mil pedazos.
- ¿Quién eres? – murmuró la morena - ¿otra muñeca de Justin? Luego dicen que fue Alexander el loco que coleccionaba mujeres. Pero Justin las enamora, las hace sufrir. – le lanzó una mirada fulminante a él. –
- No, no te equivoques… - la intentó calmar ______ - no conozco suficiente a Justin como para juzgar, pero sé que él no haría tal cosa.
- Cariño, temo que pases lo mismo que mi hermana… ¿eres la del caso de Donovan, cierto? – Suspiró preparando la pistola de nuevo. Golpeó a Justin y giró sobre ellos, poniéndole un brazo en el cuello. Apretó la pistola contra la cabeza de él. – Justin se tira todo ser que respire. Luego las deja destrozadas. Ya me darás las gracias en otra vida. Antes de irme, voy a vengarme… - Apretó el gatillo, apunto de atravesar el cráneo de Justin con la bala de la Glock del 28.
- ¡No! - ________ se puso tensa. – Jasmine, no lo mates, por favor.
________ sintió como debajo de la mesa había algo pegado con cinta aislante. No se demoró en quitarlo. Perfecto. Una calibre del 45. No sabía manejar armas pero aquella estaba cargada y preparada. Se la escondió bajo el albornoz. Se levantó y se puso al lado de Jasmine. No pudo evitar llorar de los nervios. Si pasaba algo, si le pasaba algo a Justin, le cogería un ataque de corazón. En esos 5 días habían pasado más cosas que en todos sus veintidós años de vida.
- Por favor… - Jasmine la miró.
- Debo hacerlo.
- Lo que debes hacer… - dijo ______ aun con su tono pausado - ¡es meterte en un loquero! – sacó la pistola y apretó el gatillo, sin pensárselo, disparó a Jasmine.
El brazo que rodeaba el cuello de Justin se aflojó. Y el cuerpo de la hermosa mujer cayó, pesado al suelo.