
El Lamborgini de color negro aparcó delante de la clínica.Justin se quitó las gafas y miró por la ventanilla. Jugueteó con la foto en sus dedos. Volvió a mirar a la mujer que había en ella. Preciosa. Justin se acomodó en el asiento de su auto. Un top negro, unas gafas Ray Ban y unos jeans que dejaban a la vista unos buenos muslos. Sandalias de tacón alto y el castaño pelo suelto.
S
onrió, era lo suficiente explosiva para que los hombres se tuvieran que girar para volver a verla. Algo distrajo su atención. Eran las siete y media de la mañana, y alguien abría la clínica.
La vio, de espaldas metiendo la llave en el cerrojo del portal. Llevaba un blusa de media manga y una minifalda que llegaba por media cintura. De nuevo las provocativas sandalias negras de tacón. Entró y dejó la puerta abierta.
- Bueno, vamos a ver qué aplicada es en su trabajo.– Justin intentó asomarse, vio a _______ terminando unos arreglos en la oficina principal. Se relamió al verla agachada. Hermoso trasero. Alguien entró por la puerta.
- Buenos días, preciosa. Ella se giró y se levantó, analizando quien era. Sonrió.
- Hola, Alex. – observó que llevaba algo en las manos - ¿Y eso? – alzó una ceja.
- Es para ti. – le alcanzó un ramo de flores enorme.
- No hace falta que me regales nada… - dijo ella fingiendo una sonrisa.
Justin no dejó de observarlos. Sacó un par de fotos con la cámara que le había prestado Snade.
- Así que es cierto que estas con ese criminal, muñeca… - sonrió – la sorpresa que te vas a llevar cuando te diga que es un coleccionador de mujeres muertas, y que para eso te busca.
Se volvió a acomodar en el asiento y siguió observándolos.
- Espero que hoy aceptes la cena… - dijo Alexander acercándose a ella. La intentó besar, pero ________ lo rechazó.
- Alex, solo eres un cliente más. Entiende que no me gustas.
Justin soltó una leve carcajada.
- Buena chica. Sigue rechazándolo. – sonrió. Una sonrisa limpia y blanca, que haría estremecer a cualquier mujer en solo verla. Cogió su calibre del 38 y lo colocó en su cinturón, camuflado.
Alexander la miró apenado.
- ¿Qué es lo que no te gusta de mí? – dijo abriendo los brazos.
- A ver… - ________ puso los enormes ojos color escarlata , en blanco. – que sí, que eres muy atractivo y que tendrás a muchas mujeres detrás. Pero a mí, no-me-gustas.-comento en silabas la morena-
Alex se le abalanzo. Las alarmas de Justin se despertaron y se dispuso a salir. Pero lo único que hizo Alex fue besarla. _______ lo forzó a dejarla.
- Piénsalo ¿si? – se giró, dejándola perpleja.
_______ negó con la cabeza y se metió en la clínica masajista de nuevo.
- Bien… - Justin miró el reloj. Las ocho.
Sintió que alguien entraba en la clínica. Se fijó en quien era. Una mujer, más o menos de la edad de _________. Rubia, pelo recogido. Iba con una falda apretada negra, dejando ver las piernas. Una blusa blanca, escotada que daba bastante a la imaginación. Justin volvió a sonreír.
- Vaya con la secretaria, tampoco se queda atrás. – abrió la puerta del coche y salió, cerrando con el mando inalámbrico el precioso Lamborgini.
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es todo por hoy... Bye las adoro...
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