
Alguien levantó la persiana bruscamente. La luz del sol le cayó directamente a los ojos.
- Oh, mierda… - murmuró ________ tapándose sus sensibles ojos con el cojín.
Eso se lo hacía su madre cuando tenía diez años. Pero ¿ahora? Ahora que estaba a punto de cumplir los veintidós no la molestaban de buena mañana de esa manera.
Cuando sus ojos se adaptaron, apartó la almohada.
- Buenos días. – dijo Justin con entonación. – date una rápida ducha y arréglate un poco… el desayuno ya está hecho.
__________ lo miró interrogativa. ¿A qué venía tanto afecto por parte de ese hombre frio y arrogante?
- Hoy vendrás conmigo al pueblo. Necesitas ropa de tu tamaño. – dijo observando cómo su jersey aun cubría el pequeño cuerpo de ___________. – Si no quieres, tendrás que pasar con jerséis que te vayan entre siete y diez tallas grandes.
- Claro que quiero. – farfulló _______ destapándose y sentándose en la cama.
Justin observó las piernas perfectamente depiladas. Quería acercarse a ella, besárselas, lamerlas… hasta que _______ se estremeciera murmurando su nombre. El simple pensamiento lo ponía más duro que una piedra. – Pero yo no tengo dinero… - se excusó ________.
- Te lo compro yo. – Dijo Justin dirigiéndose hacia a fuera.
- No puedo aceptar que me compres la ropa…
- Tómatelo como un regalo. Cuando esta misión termine ya no nos tendremos que ver más. Y al menos, un recuerdo de mi te quedará, cada vez que abras el armario. – él se rió. Pero a _________ no le hacía gracia, ¿Por qué?. Simplemente, porque al escuchar a Justin comentar el ‘ya no nos tendremos que ver más’, le puso la piel de gallina por angustia. ¿Y por que sentía eso? Aún no lo sabía. – Bueno ¿Qué?
¿Vas a arreglarte, o no?
La arrogancia volvió en el tono de voz de Justin. Ella se levantó mirándolo mal.
- Voy a ducharme… - dijo girando sobre sus talones descalzos y dirigiéndose hacia el baño.
- Date prisa. – dijo Justin dándole un cachete en el culo y adelantándola hacia el salón.
___________ bufó, frustrada. Si, estaba claro que ahora si quería que esta misión terminara ya… y olvidarse de Justin y toda esa mierda para siempre.
__________ llevaba una sudadera de Justin. Le llegaba por las rodillas, pero le daba igual. Llevaba el único sostén y las únicas braguitas que tenía. Y no llevaba pantalón, ¿para qué? El pelo se lo había arreglado bastante bien, aun que sin espuma ni plancha era algo difícil. Ni maquillaje ni nada… en una casa donde solo vivían dos hombres, no había ni una gota de rímel. Justin la cogió de la mano. _________ sintió una punzada en el pecho.
- Es mejor así. No quiero que suceda algo de nuevo. – le miró la pierna, apenado. _______ sintió alegría al saber que Justin se preocupaba más de lo normal por ella.
Tiró un poco, haciéndola caminar por la calle principal, donde había la mayoría de las tiendas. Entraron en una de jeans. Pasaron a la gran sección femenina y ________ miró alrededor de ella. Justin cogió un par pantalones del estante de arriba. Unos azul oscuro, y otros mucho más claritos.
- ¿Qué talla usas?
- La cuarenta.
- Estás delgada.
- No digas tonterías.
- No las digo, Soy un hombre… y te recuerdo que te ví perfectamente en paños menores. Y estas estupendamente.
__________ se ruborizó. Justin le alcanzó sus tallas de esos dos pantalones.
__________ los desplegó y los observó. De cintura baja y apretados del muslo y pierna.
- Esto es demasiado… para mí. No tengo suficiente…
- Pruébatelos. Estoy seguro de que te quedaran perfectos. – le cogió de los hombros y la metió dentro del probador.
Eso no la había molestado. Al contrario… sonrió.
Estoy comprando ropa para mi, con Justin. Se probó los pantalones más oscuros. Se miró al espejo. Parecía tener las piernas más largas y un mejor culo. Eran lo suficiente bajos para que fuera enseñando algo del bajo vientre. Corrió la cortina de nuevo. Justin la miró, sentado en el banco de enfrente, donde había otros hombres esperando, seguramente, a sus mujeres a que salieran y se decidieran de una puñetera vez.
- ¿Ves? – Justin sonrió, mirándole las piernas – gírate.
Ella cumplió y se giró ligeramente. Justin centró sus ojos en el trasero de ___________.
- Mi madre… - suspiró – venga, perfectos…
Se levantó cogiendo los otros pantalones de dentro y se llevó a _________ hasta el mostrador.
- ¿Nos cobras, guapa? – le dijo Justin a la dependienta.
- Si, si… - ella se lo quedó embobada mirando. _________ la miró mal.
Primero de todo que se abroche otro botón de la camisa. Segundo, ¿tetas de silicona? Y al bobo de Justin se le cae la baba. Tercero… no hay tercero.
Sí que lo había…
__________ estaba celosa, y no quería admitirlo. Pero ¿por qué ver a Justin mirando a otra mujer la ponía verde?
Entraron en una tienda de jerséis, blusas, camisones y lencería. ________ se quedó fascinada viendo todo aquello. Con lo que le gustaban las compras… y Justin le hacia aquel favor… ya se había gastado más de doscientos dólares con los cuatro pares de pantalones y el par de zapatos.
- Esta tienda puede que sea mi favorita. – murmuró Justin con una gran sonrisa.
A _______ también le encantaba probarse lencería. Pero no en ese aspecto… si no, porque le gustaban los conjuntos bonitos, de distintos colores, cómodos y sexys a la vez. Se probó un par de jerséis. Dos hombres que estaban en la sección de ropa interior masculina se quedaron mirando a __________. Justin fijó su fría mirada en ellos. __________ seguía buscando algún otro jersey entre los distintos percheros.
Alzó la mirada y uno de ellos le giñó el ojo.
- Vete a coquetear con otra. – dijo Justin cogiendo a _________ del brazo y llevándola a otra parte de la tienda.
- ¿Por qué hiciste esto? – dijo ________ dejando el par de jerséis que se había probado en el banquillo de en frente los probadores.
- Por que se te comían con la mirada, nena.
- ¿y? Creo que hasta ahora aun estoy soltera y libre. Y puedo dejar que otros hombres me miren todo lo que quieren, incluso que coqueteen. ¿A caso tú no lo has hecho?
Justin agachó la mirada. Pronto se le pasó el enfado a _________. Un conjunto del tanga rosa con los encajes negros y el sujetador a juego, con los bordados del mismo color más oscuro le llamó la atención. Era completamente provocativo. Y completamente su estilo. Hacía meses que no compraba un conjunto así de sexy, y se había enamorado de aquel, precisamente. Sintió impulsos, de al menos probárselo.
Vio la tarjeta. 89.95 dólares. Se puso blanca de golpe. Justin se acercó y le susurró al oído.
- Pruébatelo… si te gusta cómo te queda. – que de eso estoy seguro – yo te lo pago.
________ se giró. Se encontró con la cara de Justin a milímetros de la suya.
- No puedo dejar que me compres algo así… tan caro. – negó con la cabeza – da igual, me compraré otro más normalito. – intentó ir hacia el otro estante, pero Justin la retuvo entre él.
- No… pruébatelo, enserio estaré encantado de comprarte algo así… - sonrió – me gusta que te guste la lencería tan erótica.
________ se sonrojó un poco.
- ¿De verdad me lo permites? – no pudo evitar sonreír, mordiéndose el labio.
Eso agitó a Justin.
- Si, de verdad. – Buscó entre los percheros – adivino que… tu talla es una 95 copa C.
________ entreabrió la boca.
- ¿Cómo lo sabes?
- Por que tus pechos me fascinan. Son perfectos para mí. – y ahora sí que se le subieron verdaderamente los colores. Nunca había estado tan roja.
Justin sacó un conjunto igual que el del maniquí pero con la talla de _______.
- Toma. - ________ lo fue a coger – Ah, ah…
- ¿Qué? – dijo arqueando una ceja.
- Te dije que estaría encantado de comprártelo si te gustaba.
________ asintió.
- Pero con una condición. – y las condiciones de Justin le daban miedo – que cuando volvamos a casa me enseñes lo bien que te queda este precioso conjunto – sonrió, pícaramente.
________ se quedó pensativa. Fue a oponerse pero Justin se le adelantó.
- ¿Qué pasa? No pierdes nada, ya te vi en ropa interior. – sonrió – sales ganando.
________ lo miró. Tenía razón. Al final terminó cogiendo el conjunto.
- Solo unos segundos.
- Solo unos segundos – repitió Justin – con eso me basta.
Ella negó con la cabeza y se metió en el probador. Poco después salió con una sonrisa en los labios. Justin también sonrió.
- Vamos a pasarlo por caja.
________ llevó las cosas hasta la caja y un dependiente los cobró. Pocó después y con seis bolsas en las manos, se volvieron a subir al yate, de nuevo hacía la playa de Justin. Él manejaba el motor.
- Aun no entiendo porque estás haciendo todo esto. – dijo _________ mirando todas las bolsas. Volvía a sentirle mal.
- Quieres dejar ya las preguntas. Si lo he hecho es porque quiero… y no quiero que te pasees por casa con una vieja sudadera mía.
- Mmhh… ¿no te gusta cómo me queda? – dijo ________ riendo.
Justin sonrió y la miró. Ahora que iba mejor, con un jersey ceñido, aquellos jeans y aquellas botas altas de tacón.
- Me gustas con cualquier cosa que te pongas. – Justin se dio cuenta de su fallo.
No le había contestado la pregunta, si no que le había dado información innecesaria.
Por primera vez ________ vio como las mejillas de Justin se teñían de un rosado adorable. Quiso besarlas… sintió gran impulso hacia a él. – quiero decir que sí, que me gusta cómo te queda… pero estas mucho mejor así…
El yate paró en el pequeño puerto de la playa de Justin. Él bajó y llevó las bolsas hasta la casa. Luego volvió y, cogiendo a __________ de la cintura la bajó del yate. Pero una casual piedra que estaba escondida entre la arena de la cala hizo que Justin tropezara, haciendo que ________ lo siguiera. Por primera vez, ambos sintieron la presión de estar un cuerpo encima de lo otro. Justin había vivido mucho, pero aquello lo superaba. Le gustaba el calor del cuerpo de _______, y si era la mitad de bueno que en su puñetero sueño semi pornográfico, se conformaba. Quería perdurar así, de diferente modo – exactamente para él sería perfecto si estuvieran los dos desnudos -.
__________ sentía la dureza de los músculos de Justin. Se acordó del delicioso beso que le dio, ayer en la tarde, cuando le habían disparado en la pierna. Se incorporó para salir de encima de él. La sonrisa le tembló.
- ¿Estás bien? – dijo levantándose y tendiéndole la mano a Justin.
- Si… perfectamente. – sonrió y atrapó la pequeña mano de ________. – Disculpa mi torpeza.
Antes de que ________ pudiera decir nada tiró de ella nuevamente, esta vez, haciendo que _________ cayera a horcajadas sobre él. Ahuecó su cabeza con las manos y la besó. Quería, necesitaba, sentir los labios de ella nuevamente. Metió su lengua, devorándole la boca. ________ gimió, aún así aceptándolo. Pasó sus dedos por entre los cabellos de Justin y se movió encima de él. Justin pensó que moriría en ese mismo instante si ella volvía a hacer ese movimiento de invitación hacia sus caderas.
La cargó hasta a dentro de la casa. ¿Kellen? ¿Dónde estaba Kellen? No importaba, porque Justin no pararía por nada. ¿Por qué deseaba a _______ mucho más que a cualquier otra mujer que hubiera tenido o visto? La tumbó en el sofá y acarició sus muslos por encima del nuevo pantalón. ¿Caricias? Parecía que Justin no hubiera tocado un cuerpo femenino en toda su vida. Necesitaba a ________, necesitaba poseer su cuerpo de todas las maneras posibles. La deseaba desde que Snade le enseñó esa puñetera foto. ________ sintió como el pene de Justin se clavaba en su muslo. Arqueó la espalda, acariciando el pecho de Justin con los suyos.
- Nena harás que estalle… - le susurró colocando su pelo detrás de la oreja – dios, me encantas… - sonrió y le besó la comisura de los labios. - ¿No tenías algo que enseñarme?
_________ sonrió. Justin era tan oportuno… Se escabulló de debajo de él y fue a buscar la bolsa. Justin la observó desaparecer en el lavabo. Observó su erección y se acarició por fuera. El simple roce de su propia mano hizo que sintiera gran placer. Y eso solo era una pequeña muestra de lo que _________ producía en él.
- Buenos días. – dijo Justin con entonación. – date una rápida ducha y arréglate un poco… el desayuno ya está hecho.
__________ lo miró interrogativa. ¿A qué venía tanto afecto por parte de ese hombre frio y arrogante?
- Hoy vendrás conmigo al pueblo. Necesitas ropa de tu tamaño. – dijo observando cómo su jersey aun cubría el pequeño cuerpo de ___________. – Si no quieres, tendrás que pasar con jerséis que te vayan entre siete y diez tallas grandes.
- Claro que quiero. – farfulló _______ destapándose y sentándose en la cama.
Justin observó las piernas perfectamente depiladas. Quería acercarse a ella, besárselas, lamerlas… hasta que _______ se estremeciera murmurando su nombre. El simple pensamiento lo ponía más duro que una piedra. – Pero yo no tengo dinero… - se excusó ________.
- Te lo compro yo. – Dijo Justin dirigiéndose hacia a fuera.
- No puedo aceptar que me compres la ropa…
- Tómatelo como un regalo. Cuando esta misión termine ya no nos tendremos que ver más. Y al menos, un recuerdo de mi te quedará, cada vez que abras el armario. – él se rió. Pero a _________ no le hacía gracia, ¿Por qué?. Simplemente, porque al escuchar a Justin comentar el ‘ya no nos tendremos que ver más’, le puso la piel de gallina por angustia. ¿Y por que sentía eso? Aún no lo sabía. – Bueno ¿Qué?
¿Vas a arreglarte, o no?
La arrogancia volvió en el tono de voz de Justin. Ella se levantó mirándolo mal.
- Voy a ducharme… - dijo girando sobre sus talones descalzos y dirigiéndose hacia el baño.
- Date prisa. – dijo Justin dándole un cachete en el culo y adelantándola hacia el salón.
___________ bufó, frustrada. Si, estaba claro que ahora si quería que esta misión terminara ya… y olvidarse de Justin y toda esa mierda para siempre.
__________ llevaba una sudadera de Justin. Le llegaba por las rodillas, pero le daba igual. Llevaba el único sostén y las únicas braguitas que tenía. Y no llevaba pantalón, ¿para qué? El pelo se lo había arreglado bastante bien, aun que sin espuma ni plancha era algo difícil. Ni maquillaje ni nada… en una casa donde solo vivían dos hombres, no había ni una gota de rímel. Justin la cogió de la mano. _________ sintió una punzada en el pecho.
- Es mejor así. No quiero que suceda algo de nuevo. – le miró la pierna, apenado. _______ sintió alegría al saber que Justin se preocupaba más de lo normal por ella.
Tiró un poco, haciéndola caminar por la calle principal, donde había la mayoría de las tiendas. Entraron en una de jeans. Pasaron a la gran sección femenina y ________ miró alrededor de ella. Justin cogió un par pantalones del estante de arriba. Unos azul oscuro, y otros mucho más claritos.
- ¿Qué talla usas?
- La cuarenta.
- Estás delgada.
- No digas tonterías.
- No las digo, Soy un hombre… y te recuerdo que te ví perfectamente en paños menores. Y estas estupendamente.
__________ se ruborizó. Justin le alcanzó sus tallas de esos dos pantalones.
__________ los desplegó y los observó. De cintura baja y apretados del muslo y pierna.
- Esto es demasiado… para mí. No tengo suficiente…
- Pruébatelos. Estoy seguro de que te quedaran perfectos. – le cogió de los hombros y la metió dentro del probador.
Eso no la había molestado. Al contrario… sonrió.
Estoy comprando ropa para mi, con Justin. Se probó los pantalones más oscuros. Se miró al espejo. Parecía tener las piernas más largas y un mejor culo. Eran lo suficiente bajos para que fuera enseñando algo del bajo vientre. Corrió la cortina de nuevo. Justin la miró, sentado en el banco de enfrente, donde había otros hombres esperando, seguramente, a sus mujeres a que salieran y se decidieran de una puñetera vez.
- ¿Ves? – Justin sonrió, mirándole las piernas – gírate.
Ella cumplió y se giró ligeramente. Justin centró sus ojos en el trasero de ___________.
- Mi madre… - suspiró – venga, perfectos…
Se levantó cogiendo los otros pantalones de dentro y se llevó a _________ hasta el mostrador.
- ¿Nos cobras, guapa? – le dijo Justin a la dependienta.
- Si, si… - ella se lo quedó embobada mirando. _________ la miró mal.
Primero de todo que se abroche otro botón de la camisa. Segundo, ¿tetas de silicona? Y al bobo de Justin se le cae la baba. Tercero… no hay tercero.
Sí que lo había…
__________ estaba celosa, y no quería admitirlo. Pero ¿por qué ver a Justin mirando a otra mujer la ponía verde?
Entraron en una tienda de jerséis, blusas, camisones y lencería. ________ se quedó fascinada viendo todo aquello. Con lo que le gustaban las compras… y Justin le hacia aquel favor… ya se había gastado más de doscientos dólares con los cuatro pares de pantalones y el par de zapatos.
- Esta tienda puede que sea mi favorita. – murmuró Justin con una gran sonrisa.
A _______ también le encantaba probarse lencería. Pero no en ese aspecto… si no, porque le gustaban los conjuntos bonitos, de distintos colores, cómodos y sexys a la vez. Se probó un par de jerséis. Dos hombres que estaban en la sección de ropa interior masculina se quedaron mirando a __________. Justin fijó su fría mirada en ellos. __________ seguía buscando algún otro jersey entre los distintos percheros.
Alzó la mirada y uno de ellos le giñó el ojo.
- Vete a coquetear con otra. – dijo Justin cogiendo a _________ del brazo y llevándola a otra parte de la tienda.
- ¿Por qué hiciste esto? – dijo ________ dejando el par de jerséis que se había probado en el banquillo de en frente los probadores.
- Por que se te comían con la mirada, nena.
- ¿y? Creo que hasta ahora aun estoy soltera y libre. Y puedo dejar que otros hombres me miren todo lo que quieren, incluso que coqueteen. ¿A caso tú no lo has hecho?
Justin agachó la mirada. Pronto se le pasó el enfado a _________. Un conjunto del tanga rosa con los encajes negros y el sujetador a juego, con los bordados del mismo color más oscuro le llamó la atención. Era completamente provocativo. Y completamente su estilo. Hacía meses que no compraba un conjunto así de sexy, y se había enamorado de aquel, precisamente. Sintió impulsos, de al menos probárselo.
Vio la tarjeta. 89.95 dólares. Se puso blanca de golpe. Justin se acercó y le susurró al oído.
- Pruébatelo… si te gusta cómo te queda. – que de eso estoy seguro – yo te lo pago.
________ se giró. Se encontró con la cara de Justin a milímetros de la suya.
- No puedo dejar que me compres algo así… tan caro. – negó con la cabeza – da igual, me compraré otro más normalito. – intentó ir hacia el otro estante, pero Justin la retuvo entre él.
- No… pruébatelo, enserio estaré encantado de comprarte algo así… - sonrió – me gusta que te guste la lencería tan erótica.
________ se sonrojó un poco.
- ¿De verdad me lo permites? – no pudo evitar sonreír, mordiéndose el labio.
Eso agitó a Justin.
- Si, de verdad. – Buscó entre los percheros – adivino que… tu talla es una 95 copa C.
________ entreabrió la boca.
- ¿Cómo lo sabes?
- Por que tus pechos me fascinan. Son perfectos para mí. – y ahora sí que se le subieron verdaderamente los colores. Nunca había estado tan roja.
Justin sacó un conjunto igual que el del maniquí pero con la talla de _______.
- Toma. - ________ lo fue a coger – Ah, ah…
- ¿Qué? – dijo arqueando una ceja.
- Te dije que estaría encantado de comprártelo si te gustaba.
________ asintió.
- Pero con una condición. – y las condiciones de Justin le daban miedo – que cuando volvamos a casa me enseñes lo bien que te queda este precioso conjunto – sonrió, pícaramente.
________ se quedó pensativa. Fue a oponerse pero Justin se le adelantó.
- ¿Qué pasa? No pierdes nada, ya te vi en ropa interior. – sonrió – sales ganando.
________ lo miró. Tenía razón. Al final terminó cogiendo el conjunto.
- Solo unos segundos.
- Solo unos segundos – repitió Justin – con eso me basta.
Ella negó con la cabeza y se metió en el probador. Poco después salió con una sonrisa en los labios. Justin también sonrió.
- Vamos a pasarlo por caja.
________ llevó las cosas hasta la caja y un dependiente los cobró. Pocó después y con seis bolsas en las manos, se volvieron a subir al yate, de nuevo hacía la playa de Justin. Él manejaba el motor.
- Aun no entiendo porque estás haciendo todo esto. – dijo _________ mirando todas las bolsas. Volvía a sentirle mal.
- Quieres dejar ya las preguntas. Si lo he hecho es porque quiero… y no quiero que te pasees por casa con una vieja sudadera mía.
- Mmhh… ¿no te gusta cómo me queda? – dijo ________ riendo.
Justin sonrió y la miró. Ahora que iba mejor, con un jersey ceñido, aquellos jeans y aquellas botas altas de tacón.
- Me gustas con cualquier cosa que te pongas. – Justin se dio cuenta de su fallo.
No le había contestado la pregunta, si no que le había dado información innecesaria.
Por primera vez ________ vio como las mejillas de Justin se teñían de un rosado adorable. Quiso besarlas… sintió gran impulso hacia a él. – quiero decir que sí, que me gusta cómo te queda… pero estas mucho mejor así…
El yate paró en el pequeño puerto de la playa de Justin. Él bajó y llevó las bolsas hasta la casa. Luego volvió y, cogiendo a __________ de la cintura la bajó del yate. Pero una casual piedra que estaba escondida entre la arena de la cala hizo que Justin tropezara, haciendo que ________ lo siguiera. Por primera vez, ambos sintieron la presión de estar un cuerpo encima de lo otro. Justin había vivido mucho, pero aquello lo superaba. Le gustaba el calor del cuerpo de _______, y si era la mitad de bueno que en su puñetero sueño semi pornográfico, se conformaba. Quería perdurar así, de diferente modo – exactamente para él sería perfecto si estuvieran los dos desnudos -.
__________ sentía la dureza de los músculos de Justin. Se acordó del delicioso beso que le dio, ayer en la tarde, cuando le habían disparado en la pierna. Se incorporó para salir de encima de él. La sonrisa le tembló.
- ¿Estás bien? – dijo levantándose y tendiéndole la mano a Justin.
- Si… perfectamente. – sonrió y atrapó la pequeña mano de ________. – Disculpa mi torpeza.
Antes de que ________ pudiera decir nada tiró de ella nuevamente, esta vez, haciendo que _________ cayera a horcajadas sobre él. Ahuecó su cabeza con las manos y la besó. Quería, necesitaba, sentir los labios de ella nuevamente. Metió su lengua, devorándole la boca. ________ gimió, aún así aceptándolo. Pasó sus dedos por entre los cabellos de Justin y se movió encima de él. Justin pensó que moriría en ese mismo instante si ella volvía a hacer ese movimiento de invitación hacia sus caderas.
La cargó hasta a dentro de la casa. ¿Kellen? ¿Dónde estaba Kellen? No importaba, porque Justin no pararía por nada. ¿Por qué deseaba a _______ mucho más que a cualquier otra mujer que hubiera tenido o visto? La tumbó en el sofá y acarició sus muslos por encima del nuevo pantalón. ¿Caricias? Parecía que Justin no hubiera tocado un cuerpo femenino en toda su vida. Necesitaba a ________, necesitaba poseer su cuerpo de todas las maneras posibles. La deseaba desde que Snade le enseñó esa puñetera foto. ________ sintió como el pene de Justin se clavaba en su muslo. Arqueó la espalda, acariciando el pecho de Justin con los suyos.
- Nena harás que estalle… - le susurró colocando su pelo detrás de la oreja – dios, me encantas… - sonrió y le besó la comisura de los labios. - ¿No tenías algo que enseñarme?
_________ sonrió. Justin era tan oportuno… Se escabulló de debajo de él y fue a buscar la bolsa. Justin la observó desaparecer en el lavabo. Observó su erección y se acarició por fuera. El simple roce de su propia mano hizo que sintiera gran placer. Y eso solo era una pequeña muestra de lo que _________ producía en él.
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