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sábado, 22 de septiembre de 2012

Protegeme. Capitulo: 09


Pronto __________ apareció delante de Justin. Iba con su albornoz. Justin tubo un escalofrío al pensar que mañana después de ducharse también se pondría aquel albornoz. Hacia un milenio que no tenía un escalofrío. Cada vez le sorprendía más lo que _________ provocaba en él. La observó serio. ¿A que esperaba? Aun que ya había visto gran parte de ella, se moría de ganas de verla… con aquella lencerí...
a.
________ tiró del cinturón y dejó caer el albornoz. Justin tragó saliva. Ese jodido sujetador y ese jodido tanga le quedaban mejor de lo que había podido imaginar.

- Gí…gírate. – le dijo, sin poder articular casi nada.

Ella se colocó bien el pelo, haciéndose de rogar y se giró. Eso aun excitó más a Justin.
Se levantó, observando su espalda, las curvas de su cintura, el perfecto trasero desnudo, solo adornado por ese pequeño hilo que se escondía por un sitio completamente envidiable. Le rodeó la cintura con un brazo y la apretó contra él.
__________ apoyó su cabeza en el hombro de Justin. Justin besó su cuello, totalmente expuesto para él. Acarició con su mano el vientre de ________, hasta subir hasta uno de sus pechos.
Esto está mal… Justin es el diablo en persona…
se arqueó al sentir como los dedos de Justin acariciaban uno de los pezones. Gimió.

- Eso es… siente lo que te doy… -
como esto sea otro jodido sueño no voy a poder aguantar otro despertar de ese modo. Pero tanto Justin como ________ sabían que eso era totalmente real.

Justin se separó un poco.

- Joder, que calor hace aquí. – se quitó la camiseta y pronto volvió a ponerse, ahora, en frente de ________. La besó de nuevo como antes y la tumbó en el sofá. – no sabes lo duro que me tienes, ________... – bajó su mano hasta el mojado tanga y la metió dentro.

_________ se tensó.

- No, cariño… - acarició sus labios con el pulgar – relájate… te va a gustar…

Y eso lo dijo mientras empezaba a tocar el punto más sensible y placentero que ________ tenía.Ver más
 
 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Protegeme. Capitulo:08

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Alguien levantó la persiana bruscamente. La luz del sol le cayó directamente a los ojos.

- Oh, mierda… - murmuró ________ tapándose sus sensibles ojos con el cojín.

Eso se lo hacía su madre cuando tenía diez años. Pero ¿ahora? Ahora que estaba a punto de cumplir los veintidós no la molestaban de buena mañana de esa manera.
Cuando sus ojos se adaptaron, apartó la almohada.

- Buenos días. – dijo Justin con entonación. – date una rápida ducha y arréglate un poco… el desayuno ya está hecho.

__________ lo miró interrogativa. ¿A qué venía tanto afecto por parte de ese hombre frio y arrogante?

- Hoy vendrás conmigo al pueblo. Necesitas ropa de tu tamaño. – dijo observando cómo su jersey aun cubría el pequeño cuerpo de ___________. – Si no quieres, tendrás que pasar con jerséis que te vayan entre siete y diez tallas grandes.

- Claro que quiero. – farfulló _______ destapándose y sentándose en la cama.
Justin observó las piernas perfectamente depiladas. Quería acercarse a ella, besárselas, lamerlas… hasta que _______ se estremeciera murmurando su nombre. El simple pensamiento lo ponía más duro que una piedra. – Pero yo no tengo dinero… - se excusó ________.

- Te lo compro yo. – Dijo Justin dirigiéndose hacia a fuera.

- No puedo aceptar que me compres la ropa…

- Tómatelo como un regalo. Cuando esta misión termine ya no nos tendremos que ver más. Y al menos, un recuerdo de mi te quedará, cada vez que abras el armario. – él se rió. Pero a _________ no le hacía gracia, ¿Por qué?. Simplemente, porque al escuchar a Justin comentar el ‘ya no nos tendremos que ver más’, le puso la piel de gallina por angustia. ¿Y por que sentía eso? Aún no lo sabía. – Bueno ¿Qué?
¿Vas a arreglarte, o no?

La arrogancia volvió en el tono de voz de Justin. Ella se levantó mirándolo mal.

- Voy a ducharme… - dijo girando sobre sus talones descalzos y dirigiéndose hacia el baño.

- Date prisa. – dijo Justin dándole un cachete en el culo y adelantándola hacia el salón.

___________ bufó, frustrada. Si, estaba claro que ahora si quería que esta misión terminara ya… y olvidarse de Justin y toda esa mierda para siempre.

__________ llevaba una sudadera de Justin. Le llegaba por las rodillas, pero le daba igual. Llevaba el único sostén y las únicas braguitas que tenía. Y no llevaba pantalón, ¿para qué? El pelo se lo había arreglado bastante bien, aun que sin espuma ni plancha era algo difícil. Ni maquillaje ni nada… en una casa donde solo vivían dos hombres, no había ni una gota de rímel. Justin la cogió de la mano. _________ sintió una punzada en el pecho.

- Es mejor así. No quiero que suceda algo de nuevo. – le miró la pierna, apenado. _______ sintió alegría al saber que Justin se preocupaba más de lo normal por ella.

Tiró un poco, haciéndola caminar por la calle principal, donde había la mayoría de las tiendas. Entraron en una de jeans. Pasaron a la gran sección femenina y ________ miró alrededor de ella. Justin cogió un par pantalones del estante de arriba. Unos azul oscuro, y otros mucho más claritos.

- ¿Qué talla usas?

- La cuarenta.

- Estás delgada.

- No digas tonterías.

- No las digo, Soy un hombre… y te recuerdo que te ví perfectamente en paños menores. Y estas estupendamente.

__________ se ruborizó. Justin le alcanzó sus tallas de esos dos pantalones.
__________ los desplegó y los observó. De cintura baja y apretados del muslo y pierna.

- Esto es demasiado… para mí. No tengo suficiente…

- Pruébatelos. Estoy seguro de que te quedaran perfectos. – le cogió de los hombros y la metió dentro del probador.

Eso no la había molestado. Al contrario… sonrió.
Estoy comprando ropa para mi, con Justin. Se probó los pantalones más oscuros. Se miró al espejo. Parecía tener las piernas más largas y un mejor culo. Eran lo suficiente bajos para que fuera enseñando algo del bajo vientre. Corrió la cortina de nuevo. Justin la miró, sentado en el banco de enfrente, donde había otros hombres esperando, seguramente, a sus mujeres a que salieran y se decidieran de una puñetera vez.

- ¿Ves? – Justin sonrió, mirándole las piernas – gírate.

Ella cumplió y se giró ligeramente. Justin centró sus ojos en el trasero de ___________.

- Mi madre… - suspiró – venga, perfectos…

Se levantó cogiendo los otros pantalones de dentro y se llevó a _________ hasta el mostrador.

- ¿Nos cobras, guapa? – le dijo Justin a la dependienta.

- Si, si… - ella se lo quedó embobada mirando. _________ la miró mal.

Primero de todo que se abroche otro botón de la camisa. Segundo, ¿tetas de silicona? Y al bobo de Justin se le cae la baba. Tercero… no hay tercero.

Sí que lo había…
__________ estaba celosa, y no quería admitirlo. Pero ¿por qué ver a Justin mirando a otra mujer la ponía verde?

Entraron en una tienda de jerséis, blusas, camisones y lencería. ________ se quedó fascinada viendo todo aquello. Con lo que le gustaban las compras… y Justin le hacia aquel favor… ya se había gastado más de doscientos dólares con los cuatro pares de pantalones y el par de zapatos.

- Esta tienda puede que sea mi favorita. – murmuró Justin con una gran sonrisa.

A _______ también le encantaba probarse lencería. Pero no en ese aspecto… si no, porque le gustaban los conjuntos bonitos, de distintos colores, cómodos y sexys a la vez. Se probó un par de jerséis. Dos hombres que estaban en la sección de ropa interior masculina se quedaron mirando a __________. Justin fijó su fría mirada en ellos. __________ seguía buscando algún otro jersey entre los distintos percheros.
Alzó la mirada y uno de ellos le giñó el ojo.

- Vete a coquetear con otra. – dijo Justin cogiendo a _________ del brazo y llevándola a otra parte de la tienda.

- ¿Por qué hiciste esto? – dijo ________ dejando el par de jerséis que se había probado en el banquillo de en frente los probadores.

- Por que se te comían con la mirada, nena.

- ¿y? Creo que hasta ahora aun estoy soltera y libre. Y puedo dejar que otros hombres me miren todo lo que quieren, incluso que coqueteen. ¿A caso tú no lo has hecho?

Justin agachó la mirada. Pronto se le pasó el enfado a _________. Un conjunto del tanga rosa con los encajes negros y el sujetador a juego, con los bordados del mismo color más oscuro le llamó la atención. Era completamente provocativo. Y completamente su estilo. Hacía meses que no compraba un conjunto así de sexy, y se había enamorado de aquel, precisamente. Sintió impulsos, de al menos probárselo.
Vio la tarjeta. 89.95 dólares. Se puso blanca de golpe. Justin se acercó y le susurró al oído.

- Pruébatelo… si te gusta cómo te queda. – que de eso estoy seguro – yo te lo pago.

________ se giró. Se encontró con la cara de Justin a milímetros de la suya.

- No puedo dejar que me compres algo así… tan caro. – negó con la cabeza – da igual, me compraré otro más normalito. – intentó ir hacia el otro estante, pero Justin la retuvo entre él.

- No… pruébatelo, enserio estaré encantado de comprarte algo así… - sonrió – me gusta que te guste la lencería tan erótica.

________ se sonrojó un poco.

- ¿De verdad me lo permites? – no pudo evitar sonreír, mordiéndose el labio.
Eso agitó a Justin.

- Si, de verdad. – Buscó entre los percheros – adivino que… tu talla es una 95 copa C.

________ entreabrió la boca.

- ¿Cómo lo sabes?

- Por que tus pechos me fascinan. Son perfectos para mí. – y ahora sí que se le subieron verdaderamente los colores. Nunca había estado tan roja.

Justin sacó un conjunto igual que el del maniquí pero con la talla de _______.

- Toma. - ________ lo fue a coger – Ah, ah…

- ¿Qué? – dijo arqueando una ceja.

- Te dije que estaría encantado de comprártelo si te gustaba.

________ asintió.

- Pero con una condición. – y las condiciones de Justin le daban miedo – que cuando volvamos a casa me enseñes lo bien que te queda este precioso conjunto – sonrió, pícaramente.

________ se quedó pensativa. Fue a oponerse pero Justin se le adelantó.

- ¿Qué pasa? No pierdes nada, ya te vi en ropa interior. – sonrió – sales ganando.

________ lo miró. Tenía razón. Al final terminó cogiendo el conjunto.

- Solo unos segundos.

- Solo unos segundos – repitió Justin – con eso me basta.

Ella negó con la cabeza y se metió en el probador. Poco después salió con una sonrisa en los labios. Justin también sonrió.

- Vamos a pasarlo por caja.

________ llevó las cosas hasta la caja y un dependiente los cobró. Pocó después y con seis bolsas en las manos, se volvieron a subir al yate, de nuevo hacía la playa de Justin. Él manejaba el motor.

- Aun no entiendo porque estás haciendo todo esto. – dijo _________ mirando todas las bolsas. Volvía a sentirle mal.

- Quieres dejar ya las preguntas. Si lo he hecho es porque quiero… y no quiero que te pasees por casa con una vieja sudadera mía.

- Mmhh… ¿no te gusta cómo me queda? – dijo ________ riendo.

Justin sonrió y la miró. Ahora que iba mejor, con un jersey ceñido, aquellos jeans y aquellas botas altas de tacón.

- Me gustas con cualquier cosa que te pongas. – Justin se dio cuenta de su fallo.
No le había contestado la pregunta, si no que le había dado información innecesaria.
Por primera vez ________ vio como las mejillas de Justin se teñían de un rosado adorable. Quiso besarlas… sintió gran impulso hacia a él. – quiero decir que sí, que me gusta cómo te queda… pero estas mucho mejor así…

El yate paró en el pequeño puerto de la playa de Justin. Él bajó y llevó las bolsas hasta la casa. Luego volvió y, cogiendo a __________ de la cintura la bajó del yate. Pero una casual piedra que estaba escondida entre la arena de la cala hizo que Justin tropezara, haciendo que ________ lo siguiera. Por primera vez, ambos sintieron la presión de estar un cuerpo encima de lo otro. Justin había vivido mucho, pero aquello lo superaba. Le gustaba el calor del cuerpo de _______, y si era la mitad de bueno que en su puñetero sueño semi pornográfico, se conformaba. Quería perdurar así, de diferente modo – exactamente para él sería perfecto si estuvieran los dos desnudos -.
__________ sentía la dureza de los músculos de Justin. Se acordó del delicioso beso que le dio, ayer en la tarde, cuando le habían disparado en la pierna. Se incorporó para salir de encima de él. La sonrisa le tembló.

- ¿Estás bien? – dijo levantándose y tendiéndole la mano a Justin.

- Si… perfectamente. – sonrió y atrapó la pequeña mano de ________. – Disculpa mi torpeza.

Antes de que ________ pudiera decir nada tiró de ella nuevamente, esta vez, haciendo que _________ cayera a horcajadas sobre él. Ahuecó su cabeza con las manos y la besó. Quería, necesitaba, sentir los labios de ella nuevamente. Metió su lengua, devorándole la boca. ________ gimió, aún así aceptándolo. Pasó sus dedos por entre los cabellos de Justin y se movió encima de él. Justin pensó que moriría en ese mismo instante si ella volvía a hacer ese movimiento de invitación hacia sus caderas.
La cargó hasta a dentro de la casa. ¿Kellen? ¿Dónde estaba Kellen? No importaba, porque Justin no pararía por nada. ¿Por qué deseaba a _______ mucho más que a cualquier otra mujer que hubiera tenido o visto? La tumbó en el sofá y acarició sus muslos por encima del nuevo pantalón. ¿Caricias? Parecía que Justin no hubiera tocado un cuerpo femenino en toda su vida. Necesitaba a ________, necesitaba poseer su cuerpo de todas las maneras posibles. La deseaba desde que Snade le enseñó esa puñetera foto. ________ sintió como el pene de Justin se clavaba en su muslo. Arqueó la espalda, acariciando el pecho de Justin con los suyos.

- Nena harás que estalle… - le susurró colocando su pelo detrás de la oreja – dios, me encantas… - sonrió y le besó la comisura de los labios. - ¿No tenías algo que enseñarme?

_________ sonrió. Justin era tan oportuno… Se escabulló de debajo de él y fue a buscar la bolsa. Justin la observó desaparecer en el lavabo. Observó su erección y se acarició por fuera. El simple roce de su propia mano hizo que sintiera gran placer. Y eso solo era una pequeña muestra de lo que _________ producía en él.

Protegeme. Capitulo:07





Justin fue hacia el pueblo más cercano, donde vivian sus padres, con la lancha. La ató en un pequeño poste del puerto. De un saltó, bajó a tierra firme. Atravesó las calles. Tenía un aspecto muy sensual y misterioso… con su chaqueta negra, los pantalones grises y las gafas de sol Ray Ban aviator. Razón por la que muchas mujeres se giraban un par de veces a observarlo. Vió algunas tiendas donde pod
ría comprarle algo de ropa a _________, mientras permaneciera bajo su responsabilidad. Pero prefirió ir mañana o más tarde con ella… suponía sus tallas, pero era malo en escoger ropa del sexo opuesto. Renovó el cargamento de alguna de sus armas y fue a visitar a sus padres.

- Justy… - dijo Pattie pellizcándole una mejilla - ¿Qué te trae por el pueblo?

Justin pasó adentro.

- ¿No están Chaz ni Chris?

- Si, Chaz salió un momento… iba a ir a comprar, pero él me dijo que ya lo hacía.

- ¿Y Chris?

- Chris vino ayer por la noche… no sé qué es esto… tantas visitas de repente. – se quejó Jeremy

- Papá, tened cuidado… - dijo Justin sentándose en una de las butacas.

- ¿Ha pasado algo, hijo? – dijo Jeremy quitándose la pipa de la boca.

- Si… hay una mujer que me quiere… hacer sufrir. – rectificó. – y puede que os quiera hacer una visita… así que será mejor que tengáis cuidado… por eso Chris y Chaz están también atentos. No salgáis solos a la calle, hasta que consigamos detenerla…

Estuvo por una hora más en la casa de sus padres, hablando con ellos y con Chaz, hasta que decidió que tenía que irse. Había bastante distancia con la lancha, hasta la cala de Justin, así que aún tardaría un rato en volver. Cuando paró el motor del vehiculo en frente de su casa de la playa, tubo un mal presentimiento. Cargó su calibre del 38 y abrió la puerta. Un gemido provino de la habitación de ________. Fue directo hacia allí. Pero antes de llegar al cuarto de su testigo, se encontró con un hombre en el suelo. Un pasamontañas tirado más allá. Justin le tomó el pulso. Estaba muerto, pero no sintió nada. Seguro que era uno de los hombres de Alexander. Prosiguió, atravesando el salón y el pasillo. Abrió la puerta y se acercó hacia Kellen y _________. Justin sintió un tirón en sus entrañas al ver a _________ llena de sangre.

- ¿Qué ha pasado? – dijo preocupado. Se puso en cuclillas en frente a ella, al lado de Kellen.

Vio que Kellen tenía una aguja y algo de hilo en la mano. Atravesando la pierna de _________.

- Le han disparado. Tuve que sacarle la bala y hacerle un torniquete. Pero pronto la presión cesó. Justin, tengo que cerrar esta herida antes de que se desangre.

_______ se arqueó.

- ¿Lo estás haciendo a carne viva, bruto? – dijo Justin alterándose

- No, le inyecté anestesia, pero no había suficiente para que no sintiera nada.

Justin apartó a Kellen y se puso donde él estaba.

- _______... – dijo acariciando su brazo.
- Que…

- ¿Estás bien?

- De puta madre. – dijo ella irónicamente.

- Oh, veo que aun te quedan fuerzas para picarte conmigo… así que te quedaran fuerzas para aguantar… unos cuatro puntos más.

Justin acarició su muslo, intentando tranquilizarla. Parece que eso sirvió de algo. Pasó aguja y hilo, cerrando el corte que había hecho la bala. ______ gritó.

- ¡joder!

- No te muevas… - Justin volvió a acariciarla. Sentía como _______ estaba llorando. Le sabía mal ¿Por qué? Nunca había sentido pena por nadie. Estaba nervioso, no quería causarle dolor. Y él nunca se había puesto nervioso. Y menos… se había alterado con Kellen. Ahora recordaba… que le había casi gritado a uno de sus mejores amigos, aun que él no lo tuviera en cuenta. Pasó de nuevo la aguja.
________ volvió a gemir.

- Para… para… - sollozó – no puedo más…

- Cariño… ya queda poco, venga… aguanta. – Justin acarició una vez más su muslo.

- No… Justin para… - dijo temblando.

Podía ser un bruto, pero la palabra ‘no’ era sagrada para él. Una mujer le decía ‘no’ y él no la obligaría a nadie. No atravesaba las barreras del límite. Pero esta era una situación crítica. Si _______ se oponía, no podría terminar de cerrar ese agujero. Se incorporó y cogió la cara de ________ por las dos mejillas.

- Escúchame, tienes que relajarte y dejar que termine… tu pierna esta en mal estado y la herida se tiene que cerrar.

- Pero duele demasiado. – dijo ella agarrándolo del jersey. Las lágrimas le corrieron por la sien, mojando el pelo que caía encima de la cama.

Estaba nerviosa, tensa. Y Justin no sabía qué hacer. Su pierna seguía sangrando. Se inclinó hacia ________ y le acarició el pelo.

- Tranquila…

Se levantó, recordando donde había dejado un pote de anestesia de recambio. No era fuerte pero haría que ________ solo sintiera pinchazos suaves. Cogió una jeringa y le mojó con alcohol un trozo de la pierna clave para que se le durmiera. Llenó parte de la jeringa con la anestesia y la clavó suavemente en el muslo de _______. Apretó lentamente, haciendo que el líquido entrara en el cuerpo de ella. __________ respiró hondo. Justin volvió a mirarla.

- ¿Mejor? – dijo acariciándole la cara.

_________ asintió, intentando aguantarse las lágrimas. Justin no pudo más, no podía aguantar verla así… mal, nerviosa. Se sentía tan culpable por no haber estado allí cuando ese hijo de puta le disparó. Pudiera haber muerto. Se inclinó y besó sus labios. ________ abrió los ojos y aun se tensó más. Intentó apartar a Justin pero le quedaban tan pocas fuerzas que lo único que hizo fue dejar las manos quietas. La lengua de Justin atravesó su boca y _________ pudo sentir su exquisita y húmeda lengua. La misma que ayer por la noche… __________ se empezó a excitar de una manera sobrenatural. No tendría que haber rechazado a Justin. Pero… pero había tenido miedo. Aquello hubiera llegado a más… y ella… ella era una inexperta que guardaba su pureza para el hombre de su vida. Y Justin no era el hombre de su vida. Justin se separó al verla ya más tranquila. Ella no había contribuido en el beso, pero le daba igual. Había podido saborear su boca, y con eso le bastaba. Se puso como antes y prosiguió con los puntos del muslo de ________, hasta cerrar completamente la herida.

El agua cayó por su cuerpo. La venda que cubría el trozo de muslo se había mojado, pero se secaría de nuevo. La sangre seca que se había pegado en su piel cayó, navegando por el desguace, hasta perderse con otros restos. _______ cogió el champú que había en la parte alta del mueble de la ducha. Un mal movimiento de su, aún dolorida, pierna y resbaló, cayendo de culo en la bañera. Justin apareció con la misma cara de preocupación de antes.

- ¿Qué ha pasado? – dijo intentando no mirar… pero era inevitable no fijarse en aquella mujer… desnuda, empapada… y expuesta.

________ se tapó los senos y cruzó las piernas.

- Nada, me resbalé. –

- ¿Estás bien? – dijo Justin teniéndole una mano para ayudarla.

Ella asintió. La tomó y se puso en pie. Justin no pudo evitar dirigir sus ojos hacia un fino vello… que adornaba el deseable monte de Venus de _______. Sus ojos se volvieron a llenar de lujuria. _______ fijó sus ojos en los de él. Justin no tardó nada en quitarse los pantalones y las botas militares.

- ¿Qué haces? – dijo _______ sin quitar la mirada de la protuberante erección que ahora solo estaba cubierta por un bóxer de licra que no dejaba mucho a la imaginación.

- ¿Qué pasa? ¿No puedo compartir mi propia bañera contigo? – se metió dentro y corrió la cortina para que las miradas estuvieran concentradas en ellos, y no en alguna parte fuera de la bañera. El agua caía y ________ aun estaba perpleja por lo que Justin estaba haciendo.

- Justin, por dios…

- Nada… - le alzó el mentón – y hazme el favor de corresponderme el beso esta vez.

Inclinó la cabeza y tomó sus labios con toda su boca, saboreándola al máximo.
_______ esta vez introdujo su lengua en la boca de Justin.
Delicioso.
Se sintió húmeda, y no precisamente por el agua de la ducha. Entreabrió los ojos. Los músculos de los brazos de Justin se tensaban, marcando aún más. El agua los recorría, y a _______ se le antojó pasar la lengua por todo el magnífico cuerpo masculino. Justin se separó de sus labios, aun teniendo su saliva en su propia boca. Se agachó para quitarse los bóxers empapados. Pero no volvió a incorporarse… no volvió a subir. _________ pronto sintió como le abría las piernas.

- Y esta vez si me vas a dejar que te coma como dios manda. – Sonrió. Y a __________ le pareció la sonrisa más excitante que había visto – No pienso quitarme el caramelo de la boca. Y tu tampoco lo harás cuando sientas lo que yo, y solo yo, te haga sentir.

Justin le cogió los muslos con delicadeza y los puso en sus hombros. Estaba completamente excitada, y él estaba más duro que nunca. Maldijo para sus adentros… si _______ lo tocaba ahora mismo no tardaría nada en correrse. No pudo contener las ganas de saborear a ________. Ella gimió al sentir la cálida lengua de Justin rozar una y otra vez su clítoris. Sus dientes, sus labios, toda su boca jugaban con ella. No pudo evitar agarrar los cabellos dorados de Justin y acercarlo más. Quería que se lo diera todo, quería correrse en su boca, lo necesitaba.

- Oh dios mío… - gimió sintiendo como Justin metía dos de sus dedos en ella y los empezaba a sacar y a meter de nuevo… una y otra vez, acompañando los perfectos movimientos de la lengua. - ¡Oh dios mío!

Su cuerpo se convulsiono, arqueándose automáticamente. Justin se separó con gran parte de su humedad en su boca. La saboreó toda. Y al fin le murmuró, sin dejar de tocarla:

- Córrete para mí.

Y volvió a su tarea, desatando el gran orgasmo de _______. Cerró los ojos, abrió la boca, apoyando la cabeza contra la pared de la ducha. Intentaba agarrarse a algo, pero todo estaba mojado, incluido Justin. Y él no tenía compasión, la seguía torturando, más y más. Una mezcla entre el cielo y el infierno, hasta terminar, cayendo por un precipicio. Justin sintió como se descargaba en su boca, mientras el gran gemido de _______ era melodía para sus oidos. Tragó. Se separó de ella y la dejó, de nuevo, delicadamente en el suelo. Aun que tuvo que sujetarla para que no se cayera. Las piernas le temblaban. La besó de nuevo. Para que ella misma sintiera su propio elixir.
Justin ahora la agarró del trasero. _________ se vió obligada a entrelazar sus piernas alrededor de la cadera de Justin. Gimió de nuevo al sentir como el duro pene de él pulsaba contra su, ahora, sensible clítoris. Pero él necesitaba desahogarse, quería más… quería follarla. Lo había puesto duro como una piedra y no consentiría que lo dejase marchar así. Inclinó la cabeza para morder uno de esos tentadores pezones.
_______, gimió de nuevo extasiada. Se le endurecieron aun más en la dominable boca de Justin. Él no pudo aguantar más. Un ligero movimiento de caderas y metió gran parte de su potencia dentro del cuerpo de _______. Maldijo de nuevo.

- Eres estrecha. – jadeó metiendo toda su longitud hacia las entrañas de __________. – húmeda y caliente. Joder, me podría correr ahora mismo. – musitó en el oído de _______. Ella se contrajo de placer al oír sus palabras y Justin jadeó al sentir como lo apretaba aún más. Era cierto, no podría aguantar mucho más… y eso que se había tirado horas podiendo penetrar un hermoso cuerpo sin correrse. Pero _________ lo superaba.

La cogió de los muslos, y la penetró, intensamente. Ella gimió arqueando la espalda.
Justin la empezó a embestir, rápidamente. Sentía cada caricia que las paredes vaginales de _______ le daban a su pene. Y sentía… sentía la llegada del mayor orgasmo de su vida.

Entonces despertó.

Temblaba, estaba completamente envuelto en sudor y con el pene completamente empalmado, casi se salía del bóxer. Ahora sí que se jodía en todo.
Solo un puñetero sueño… ¡toca cojones! ¿Por qué tenía que ser así? Quería poseer a _______ en la vida real, y lo iba a conseguir. Fue hacia la habitación de ________.
Sintió que ella caminaba, se había despertado también. Tocó en la puerta.

- Pasa. – dijo ella. Justin entró. _______ también estaba muy sudada… y precisamente no hacía calor esa noche. ________ lo miró con ojos como platos.

- ¿Cómo está tu muslo? – dijo Justin mirándola, extasiado aun por el sueño.

- Eh… bien. – dijo ella aun algo desconcertada.

Después de lo mojada que estaba por culpa de que Justin se metiera en sus sueños… no podía concentrarse en lo que le decía. Y la erección que guardaba él en sus bóxers, tampoco ayudaba mucho a que ________ se olvidara del mismo sueño -que había parecido del todo real- que acababan de tener, tan uno como otro.

- ¿Te ha sangrado más? – le preguntó él, acercándose a ella. ________ se sintió realmente incomoda. Acababa de tener el sueño más potente de su vida, y el hombre con el que había fantaseado se estaba acercando peligrosamente a su cuerpo.

- No, no… tranquilo, está bien. – sonrió y puso las manos en frente. Obligando a Justin a cesar su paso.

- ¿Qué pasa? – dijo arqueando una ceja.

- Oh, nada… acabo de tener una pesadilla y… estoy algo agitada. – dijo mientras su sonrisa temblaba un poco. Justin sonrió… el también estaba agitado, pero no precisamente por una pesadilla…

- ¿Qué pesadilla? – preguntó curioso, sentándose en el pie de cama – si me la cuentas quizás te sientas mejor.

_________ se ruborizó.

- Oh, no… es que es una tontería. – dijo ella pasándose los dedos de la mano por el pelo - ¿Por qué te preocupas tanto por mi de repente? Nos odiamos, ¿recuerdas? – dijo irónicamente.

Justin se echó a reír.

- A veces los polos opuestos se atraen… - se levantó de nuevo – y a veces las personas que se odian se terminan amando.

- No te queda nada para que tú y yo nos amemos. – dijo riéndose.

- Yo no he dicho eso. – replicó Justin saliendo al pasillo de nuevo – además, nunca se sabe. – volvió a reír, haciendo broma.

Aun que ________ se quedó pensativa. Cerró la puerta y dejó que su espalda resbalara por la lisa madera. Se rió.

- Que tontos. Parecemos niños pequeños. Justin nunca podría ser el hombre que busco. Justin nunca podría ser el hombre de mi vida. – Se frotó los ojos y volvió a la cama, intentando coger el sueño de nuevo. Intentando llegar hasta el final de esa fantástica ‘pesadilla’.

- Justy… - dijo Pattie pellizcándole una mejilla - ¿Qué te trae por el pueblo?
Justin pasó adentro.
- ¿No están Chaz ni Chris?
- Si, Chaz salió un momento… iba a ir a comprar, pero él me dijo que ya lo hacía.
- ¿Y Chris?
- Chris vino ayer por la noche… no sé qué es esto… tantas visitas de repente. – se quejó Jeremy
- Papá, tened cuidado… - dijo Justin sentándose en una de las butacas.
- ¿Ha pasado algo, hijo? – dijo Jeremy quitándose la pipa de la boca.
- Si… hay una mujer que me quiere… hacer sufrir. – rectificó. – y puede que os quiera hacer una visita… así que será mejor que tengáis cuidado… por eso Chris y Chaz están también atentos. No salgáis solos a la calle, hasta que consigamos detenerla…
Estuvo por una hora más en la casa de sus padres, hablando con ellos y con Chaz, hasta que decidió que tenía que irse. Había bastante distancia con la lancha, hasta la cala de Justin, así que aún tardaría un rato en volver. Cuando paró el motor del vehiculo en frente de su casa de la playa, tubo un mal presentimiento. Cargó su calibre del 38 y abrió la puerta. Un gemido provino de la habitación de ________. Fue directo hacia allí. Pero antes de llegar al cuarto de su testigo, se encontró con un hombre en el suelo. Un pasamontañas tirado más allá. Justin le tomó el pulso. Estaba muerto, pero no sintió nada. Seguro que era uno de los hombres de Alexander. Prosiguió, atravesando el salón y el pasillo. Abrió la puerta y se acercó hacia Kellen y _________. Justin sintió un tirón en sus entrañas al ver a _________ llena de sangre.
- ¿Qué ha pasado? – dijo preocupado. Se puso en cuclillas en frente a ella, al lado de Kellen.
Vio que Kellen tenía una aguja y algo de hilo en la mano. Atravesando la pierna de _________.
- Le han disparado. Tuve que sacarle la bala y hacerle un torniquete. Pero pronto la presión cesó. Justin, tengo que cerrar esta herida antes de que se desangre.
_______ se arqueó.
- ¿Lo estás haciendo a carne viva, bruto? – dijo Justin alterándose
- No, le inyecté anestesia, pero no había suficiente para que no sintiera nada.
Justin apartó a Kellen y se puso donde él estaba.
- _______... – dijo acariciando su brazo.
- Que…
- ¿Estás bien?
- De puta madre. – dijo ella irónicamente.
- Oh, veo que aun te quedan fuerzas para picarte conmigo… así que te quedaran fuerzas para aguantar… unos cuatro puntos más.
Justin acarició su muslo, intentando tranquilizarla. Parece que eso sirvió de algo. Pasó aguja y hilo, cerrando el corte que había hecho la bala. ______ gritó.
- ¡joder!
- No te muevas… - Justin volvió a acariciarla. Sentía como _______ estaba llorando. Le sabía mal ¿Por qué? Nunca había sentido pena por nadie. Estaba nervioso, no quería causarle dolor. Y él nunca se había puesto nervioso. Y menos… se había alterado con Kellen. Ahora recordaba… que le había casi gritado a uno de sus mejores amigos, aun que él no lo tuviera en cuenta. Pasó de nuevo la aguja.
________ volvió a gemir.
- Para… para… - sollozó – no puedo más…
- Cariño… ya queda poco, venga… aguanta. – Justin acarició una vez más su muslo.
- No… Justin para… - dijo temblando.
Podía ser un bruto, pero la palabra ‘no’ era sagrada para él. Una mujer le decía ‘no’ y él no la obligaría a nadie. No atravesaba las barreras del límite. Pero esta era una situación crítica. Si _______ se oponía, no podría terminar de cerrar ese agujero. Se incorporó y cogió la cara de ________ por las dos mejillas.
- Escúchame, tienes que relajarte y dejar que termine… tu pierna esta en mal estado y la herida se tiene que cerrar.
- Pero duele demasiado. – dijo ella agarrándolo del jersey. Las lágrimas le corrieron por la sien, mojando el pelo que caía encima de la cama.
Estaba nerviosa, tensa. Y Justin no sabía qué hacer. Su pierna seguía sangrando. Se inclinó hacia ________ y le acarició el pelo.
- Tranquila…
Se levantó, recordando donde había dejado un pote de anestesia de recambio. No era fuerte pero haría que ________ solo sintiera pinchazos suaves. Cogió una jeringa y le mojó con alcohol un trozo de la pierna clave para que se le durmiera. Llenó parte de la jeringa con la anestesia y la clavó suavemente en el muslo de _______. Apretó lentamente, haciendo que el líquido entrara en el cuerpo de ella. __________ respiró hondo. Justin volvió a mirarla.
- ¿Mejor? – dijo acariciándole la cara.
_________ asintió, intentando aguantarse las lágrimas. Justin no pudo más, no podía aguantar verla así… mal, nerviosa. Se sentía tan culpable por no haber estado allí cuando ese hijo de puta le disparó. Pudiera haber muerto. Se inclinó y besó sus labios. ________ abrió los ojos y aun se tensó más. Intentó apartar a Justin pero le quedaban tan pocas fuerzas que lo único que hizo fue dejar las manos quietas. La lengua de Justin atravesó su boca y _________ pudo sentir su exquisita y húmeda lengua. La misma que ayer por la noche… __________ se empezó a excitar de una manera sobrenatural. No tendría que haber rechazado a Justin. Pero… pero había tenido miedo. Aquello hubiera llegado a más… y ella… ella era una inexperta que guardaba su pureza para el hombre de su vida. Y Justin no era el hombre de su vida. Justin se separó al verla ya más tranquila. Ella no había contribuido en el beso, pero le daba igual. Había podido saborear su boca, y con eso le bastaba. Se puso como antes y prosiguió con los puntos del muslo de ________, hasta cerrar completamente la herida.
El agua cayó por su cuerpo. La venda que cubría el trozo de muslo se había mojado, pero se secaría de nuevo. La sangre seca que se había pegado en su piel cayó, navegando por el desguace, hasta perderse con otros restos. _______ cogió el champú que había en la parte alta del mueble de la ducha. Un mal movimiento de su, aún dolorida, pierna y resbaló, cayendo de culo en la bañera. Justin apareció con la misma cara de preocupación de antes.
- ¿Qué ha pasado? – dijo intentando no mirar… pero era inevitable no fijarse en aquella mujer… desnuda, empapada… y expuesta.
________ se tapó los senos y cruzó las piernas.
- Nada, me resbalé. –
- ¿Estás bien? – dijo Justin teniéndole una mano para ayudarla.
Ella asintió. La tomó y se puso en pie. Justin no pudo evitar dirigir sus ojos hacia un fino vello… que adornaba el deseable monte de Venus de _______. Sus ojos se volvieron a llenar de lujuria. _______ fijó sus ojos en los de él. Justin no tardó nada en quitarse los pantalones y las botas militares.
- ¿Qué haces? – dijo _______ sin quitar la mirada de la protuberante erección que ahora solo estaba cubierta por un bóxer de licra que no dejaba mucho a la imaginación.
- ¿Qué pasa? ¿No puedo compartir mi propia bañera contigo? – se metió dentro y corrió la cortina para que las miradas estuvieran concentradas en ellos, y no en alguna parte fuera de la bañera. El agua caía y ________ aun estaba perpleja por lo que Justin estaba haciendo.
- Justin, por dios…
- Nada… - le alzó el mentón – y hazme el favor de corresponderme el beso esta vez.
Inclinó la cabeza y tomó sus labios con toda su boca, saboreándola al máximo.
_______ esta vez introdujo su lengua en la boca de Justin.
Delicioso.
Se sintió húmeda, y no precisamente por el agua de la ducha. Entreabrió los ojos. Los músculos de los brazos de Justin se tensaban, marcando aún más. El agua los recorría, y a _______ se le antojó pasar la lengua por todo el magnífico cuerpo masculino. Justin se separó de sus labios, aun teniendo su saliva en su propia boca. Se agachó para quitarse los bóxers empapados. Pero no volvió a incorporarse… no volvió a subir. _________ pronto sintió como le abría las piernas.
- Y esta vez si me vas a dejar que te coma como dios manda. – Sonrió. Y a __________ le pareció la sonrisa más excitante que había visto – No pienso quitarme el caramelo de la boca. Y tu tampoco lo harás cuando sientas lo que yo, y solo yo, te haga sentir.
Justin le cogió los muslos con delicadeza y los puso en sus hombros. Estaba completamente excitada, y él estaba más duro que nunca. Maldijo para sus adentros… si _______ lo tocaba ahora mismo no tardaría nada en correrse. No pudo contener las ganas de saborear a ________. Ella gimió al sentir la cálida lengua de Justin rozar una y otra vez su clítoris. Sus dientes, sus labios, toda su boca jugaban con ella. No pudo evitar agarrar los cabellos dorados de Justin y acercarlo más. Quería que se lo diera todo, quería correrse en su boca, lo necesitaba.
- Oh dios mío… - gimió sintiendo como Justin metía dos de sus dedos en ella y los empezaba a sacar y a meter de nuevo… una y otra vez, acompañando los perfectos movimientos de la lengua. - ¡Oh dios mío!
Su cuerpo se convulsiono, arqueándose automáticamente. Justin se separó con gran parte de su humedad en su boca. La saboreó toda. Y al fin le murmuró, sin dejar de tocarla:
- Córrete para mí.
Y volvió a su tarea, desatando el gran orgasmo de _______. Cerró los ojos, abrió la boca, apoyando la cabeza contra la pared de la ducha. Intentaba agarrarse a algo, pero todo estaba mojado, incluido Justin. Y él no tenía compasión, la seguía torturando, más y más. Una mezcla entre el cielo y el infierno, hasta terminar, cayendo por un precipicio. Justin sintió como se descargaba en su boca, mientras el gran gemido de _______ era melodía para sus oidos. Tragó. Se separó de ella y la dejó, de nuevo, delicadamente en el suelo. Aun que tuvo que sujetarla para que no se cayera. Las piernas le temblaban. La besó de nuevo. Para que ella misma sintiera su propio elixir.
Justin ahora la agarró del trasero. _________ se vió obligada a entrelazar sus piernas alrededor de la cadera de Justin. Gimió de nuevo al sentir como el duro pene de él pulsaba contra su, ahora, sensible clítoris. Pero él necesitaba desahogarse, quería más… quería follarla. Lo había puesto duro como una piedra y no consentiría que lo dejase marchar así. Inclinó la cabeza para morder uno de esos tentadores pezones.
_______, gimió de nuevo extasiada. Se le endurecieron aun más en la dominable boca de Justin. Él no pudo aguantar más. Un ligero movimiento de caderas y metió gran parte de su potencia dentro del cuerpo de _______. Maldijo de nuevo.
- Eres estrecha. – jadeó metiendo toda su longitud hacia las entrañas de __________. – húmeda y caliente. Joder, me podría correr ahora mismo. – musitó en el oído de _______. Ella se contrajo de placer al oír sus palabras y Justin jadeó al sentir como lo apretaba aún más. Era cierto, no podría aguantar mucho más… y eso que se había tirado horas podiendo penetrar un hermoso cuerpo sin correrse. Pero _________ lo superaba.
La cogió de los muslos, y la penetró, intensamente. Ella gimió arqueando la espalda.
Justin la empezó a embestir, rápidamente. Sentía cada caricia que las paredes vaginales de _______ le daban a su pene. Y sentía… sentía la llegada del mayor orgasmo de su vida.
Entonces despertó.
Temblaba, estaba completamente envuelto en sudor y con el pene completamente empalmado, casi se salía del bóxer. Ahora sí que se jodía en todo.
Solo un puñetero sueño… ¡toca cojones! ¿Por qué tenía que ser así? Quería poseer a _______ en la vida real, y lo iba a conseguir. Fue hacia la habitación de ________.
Sintió que ella caminaba, se había despertado también. Tocó en la puerta.
- Pasa. – dijo ella. Justin entró. _______ también estaba muy sudada… y precisamente no hacía calor esa noche. ________ lo miró con ojos como platos.
- ¿Cómo está tu muslo? – dijo Justin mirándola, extasiado aun por el sueño.
- Eh… bien. – dijo ella aun algo desconcertada.
Después de lo mojada que estaba por culpa de que Justin se metiera en sus sueños… no podía concentrarse en lo que le decía. Y la erección que guardaba él en sus bóxers, tampoco ayudaba mucho a que ________ se olvidara del mismo sueño -que había parecido del todo real- que acababan de tener, tan uno como otro.
- ¿Te ha sangrado más? – le preguntó él, acercándose a ella. ________ se sintió realmente incomoda. Acababa de tener el sueño más potente de su vida, y el hombre con el que había fantaseado se estaba acercando peligrosamente a su cuerpo.
- No, no… tranquilo, está bien. – sonrió y puso las manos en frente. Obligando a Justin a cesar su paso.
- ¿Qué pasa? – dijo arqueando una ceja.
- Oh, nada… acabo de tener una pesadilla y… estoy algo agitada. – dijo mientras su sonrisa temblaba un poco. Justin sonrió… el también estaba agitado, pero no precisamente por una pesadilla…
- ¿Qué pesadilla? – preguntó curioso, sentándose en el pie de cama – si me la cuentas quizás te sientas mejor.
_________ se ruborizó.
- Oh, no… es que es una tontería. – dijo ella pasándose los dedos de la mano por el pelo - ¿Por qué te preocupas tanto por mi de repente? Nos odiamos, ¿recuerdas? – dijo irónicamente.
Justin se echó a reír.
- A veces los polos opuestos se atraen… - se levantó de nuevo – y a veces las personas que se odian se terminan amando.
- No te queda nada para que tú y yo nos amemos. – dijo riéndose.
- Yo no he dicho eso. – replicó Justin saliendo al pasillo de nuevo – además, nunca se sabe. – volvió a reír, haciendo broma.
Aun que ________ se quedó pensativa. Cerró la puerta y dejó que su espalda resbalara por la lisa madera. Se rió.
- Que tontos. Parecemos niños pequeños. Justin nunca podría ser el hombre que busco. Justin nunca podría ser el hombre de mi vida. – Se frotó los ojos y volvió a la cama, intentando coger el sueño de nuevo. Intentando llegar hasta el final de esa fantástica ‘pesadilla’.

Protegeme. Capitulo:06


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Sintió como los espasmos recorrían su cuerpo, sintió a Justin entre sus piernas. Se inclinó, respirando agitadamente.

- Justin… - gimió. Y él lo deseaba, deseaba que gritara su nombre. La cogió de los muslos apretándola más contra su boca. Ella jadeo de placer. Pero a pesar de todo, aun le quedaba algo de cordura, antes de que pasara lo peor, antes de que el placer la dominara. – No… Justin…
Él 

se asomó entre sus piernas, relamiéndose los labios. Ella aprovechó ese momento para apartar las piernas y cruzarlas. Justin se sentó a su lado, saboreando hasta el último hilo de flujos de ________ que aún yacían en su boca.

- ¿Qué pasa? – le dijo apartándole el pelo, acariciándole el cuello con los hinchados labios, llenos de la propia lujuria.

_________ no pudo evitar mirar el esbelto torso sin el jersey. Musculado, trabajado… perfecto. Entraban ganas de sobarlo hasta cansarse.

- No… no tengo ganas. – mintió.

Justin arqueó una ceja. Luego se hechó a reir.

- ¿Qué no tienes ganas? – dijo poniéndose en frente de ella - ¿Qué no tienes ganas de echar un buen polvo conmigo?

________ negó con la cabeza.

- Es imposible.

- No, eres creído.

- Si casi, casi te tenía… estabas súper excitada… no puedes decirme que no tienes ganas. – dijo inclinándose para besarla, pero __________ lo rechazó. – Ah… ¿con que esas tenemos?

- ¿No que separabas el trabajo de las relaciones? Pues olvídate de mi ¿si? – dijo ella con arrogancia – te odio, no quiero nada de ti, ni tus besos, y menos tu cuerpo.

- Mentirosa. – dijo Justin sonriendo – me deseas más que a nada.

- No, eso es lo que tú te crees. Te crees que eres el centro de atención, que cualquier mujer se acostaría contigo. Y no es así. Yo no me acostaré contigo, no me gustas. Si quieres echar un polvo te buscas una muñeca hinchable.

- Oh, muñeca… - dijo Justin ahora serio. ¿Por qué las palabras de esa mujer lo afectaban? Nunca había sido así – No tengo por qué comprarme una de esas estupideces cuando tengo a un tercio de la población femenina de Los Ángeles queriendo follar conmigo.

- Entonces cógete a una de esas putas. Pero a mí, déjame.

Justin enfadado por el rechazo, se dirigió a la puerta y se fue de la habitación donde se encontraba _________.

__________ se encogió de piernas rápidamente. Dios mío… no creía lo que Justin acababa de hacer…

Pero le había gustado, mucho. Nunca se había sentido tan excitada. Sentía como la humedad se esparcía más y más. Debía hacer algo… antes de acostarse.

Justin se tumbó en la cama. Se relamió los labios una vez más. Dios mío, sabe tan bien.
Pero _________ no lo había saciado. Al contrario, lo había rechazado. Y a Justin le daba rabia ¿Por qué no quería…? Escuchó algún quejido. Apoyó la oreja contra la pared que daba a la otra habitación, a la de _________.

Gemidos… se está masturbando.

Justin aún se excitó más. Imaginar el esbelto cuerpo de ________ contrayéndose y arqueándose, dándose placer ella misma, era demasiado. ¡Pero no!
Era él quien quería darle placer. ¿Por qué le había dicho que no tenía ganas? Cuando ahora se satisfacía sola… mientras él podría ser el que produjera esos gemidos. Bufó cabreado y orgulloso a la vez.

Además que él también necesitaba que le echaran ‘una mano’. Tenía la erección más grande de su vida. Ni Jasmine consiguió empalmarlo de esa manera. Hablando de Jasmine… Chaz le estaba llamando al teléfono. Descolgó.

- Que.

- Uy… que borde. – se rió su amigo - ¿Qué pasa? Necesitas follar más, eh.

- Ni que lo digas. – dijo Justin pasándose una mano por el pelo. - ¿Qué quieres?

- Surgió un problema.

- ¿Cuál? – Eso le sonaba mal. Cada vez que Chaz le decía ‘hay un problema’ equivalía a ‘el mundo está patas arriba o estamos a punto morir por un asesino en serie’. O algo por el estilo.

- Esta mañana te acostaste con Jasmine. – dijo su amigo en tono burlón.

- Si… ¿y?

- Ella es una de las que están entrometidas en la mafia rusa de Donovan.

- ¿Qué?

- Era una infiltrada, joder. – Chaz parecía más alterado – todo fue para distraerte, así se llevaban a la chica. Sabes que Donovan es el violador que coleccionaba a las mujeres que se había tirado. Un pirado total.

- Si, si…

- Pues si no llega a ser por ti, ella ya estaría muerta y en un armario junto con los otros cadáveres que hemos encontrado. – Chaz suspiró – ese no es el punto. Jasmine estaba compinchada con él porque… - hizo una pausa – Ostia, parece que decirte esto me jode más a mí que a ti.

- Suéltalo de una vez.

- Jasmine es la hermana de Milena.

- No puede ser… - la voz de Justin se ahogó.

- Busca la venganza de su hermana. Por eso se infiltró en la CIA para dar contigo… te quiere muerto, Justin.

Justin no pudo pegar ojo en toda la noche. Sabía las cualidades que tenia Jasmine… y lo que menos le preocupaba en esos momentos, era él. Su familia… sus conocidos.
Aquella sádica loca era capaz de todo. Había nacido para trabajar en agencias de espías. Había nacido para ser una de las mujer seductora y con grandes cualidades para matar… a hombres, en un abrir y cerrar los ojos. No tenía remordimientos, y mucho menos, conciencia.

Las siete de la mañana. Justin se levantó, harto de dar vueltas en la cama. Toda su familia sabía protegerse, pero si a Jasmine se le ocurría ponerles un dedo encima… intentar siquiera algo, él no tendría ningún miramiento por que fuera mujer. Por que terminaría en la tumba, junto con su hermana y Alexander Donovan.

Se preparó un café solo. Para ver si se despejaba un poco. ________ tenía el sueño ligero y no pudo evitar despertarse. Se levantó y fue hacia la cocina.

- Buenos días. – murmuró Justin. ¿Por qué estaba avergonzado? Nunca había estado avergonzado de lo que había hecho. Pero al ver a ________ aparecer con su jersey, despeinada… inocente, hizo que se ruborizara. Él no se ruborizaba, eso era de nenazas.

- Buenos días. – le sonrió ella, como si ayer por la noche no hubiese pasado nada.

La observo. Ella buscó algo en la nevera y vertió algo de leche en un bol.
Y pensar que aún podría estar más despeinada si hubiera pasado la noche conmigo.

Justin dejó su taza de café en el friega platos. Justin cogió las llaves del enorme llavero en la entrada.
________ alzó la vista.

- ¿Dónde vas? – le dijo.

- ¿Tanto te importa? – dijo Justin arqueando una ceja.

Ella frunció el ceño, cabreada por su arrogancia. Pero no quiso discutir. Se encogió de hombros.

- No, la verdad es que no. – puso una expresión indiferente y siguió desayunando.

Lo que no sabía es que a Justin le quemaba por dentro que pasaran de él de ese modo. Apretó la mandíbula y se contuvo las ganas de seguir con la conversación.

- Me voy… al pueblo… tengo que comprar algunas cosas. – suspiró. ________ lo miró de nuevo – y tengo que pasar por la casa de mis padres. – sus amigos tenían armamento de sobras y seguro que ya estaban allí. Chris y Chaz habían trabajado con él durante un año y medio. La mayoría de cosas las había aprendido de ellos.

- ¿Pasa algo? – Justin iba a responderle con otra pregunta: ¿eres adivina?

- Si… hay una mujer que quiere matarme… bueno, hacerme sufrir… y temo que vaya en busca de mi familia.

- Oh dios mío. – dijo ________ tapándose la boca con las manos – ten cuidado.

Justin se tensó ante esa otra muestra de afecto.

- No te preocupes. A mí no me hará nada. – miró a su alrededor – si por algo aparece algún secuaz de Donovan por aquí… aun que no lo creo… estarás a salvo, Kellen fue militar… y trabajó algunos años para mí. Es muy bueno. - _______ sonrió. Él intentó sonreír, pero le salió una mueca. _______ ahora se rió.

Buen intento… Se le puso la piel de gallina al pensar que Justin Bieber había intentado sonreír para ella.

-
¿Qué pasa? – le dijo apartándole el pelo, acariciándole el cuello con los hinchados labios, llenos de la propia lujuria.
_________ no pudo evitar mirar el esbelto torso sin el jersey. Musculado, trabajado… perfecto. Entraban ganas de sobarlo hasta cansarse.
- No… no tengo ganas. – mintió.
Justin arqueó una ceja. Luego se hechó a reir.
- ¿Qué no tienes ganas? – dijo poniéndose en frente de ella - ¿Qué no tienes ganas de echar un buen polvo conmigo?
________ negó con la cabeza.
- Es imposible.
- No, eres creído.
- Si casi, casi te tenía… estabas súper excitada… no puedes decirme que no tienes ganas. – dijo inclinándose para besarla, pero __________ lo rechazó. – Ah… ¿con que esas tenemos?
- ¿No que separabas el trabajo de las relaciones? Pues olvídate de mi ¿si? – dijo ella con arrogancia – te odio, no quiero nada de ti, ni tus besos, y menos tu cuerpo.
- Mentirosa. – dijo Justin sonriendo – me deseas más que a nada.
- No, eso es lo que tú te crees. Te crees que eres el centro de atención, que cualquier mujer se acostaría contigo. Y no es así. Yo no me acostaré contigo, no me gustas. Si quieres echar un polvo te buscas una muñeca hinchable.
- Oh, muñeca… - dijo Justin ahora serio. ¿Por qué las palabras de esa mujer lo afectaban? Nunca había sido así – No tengo por qué comprarme una de esas estupideces cuando tengo a un tercio de la población femenina de Los Ángeles queriendo follar conmigo.
- Entonces cógete a una de esas putas. Pero a mí, déjame.
Justin enfadado por el rechazo, se dirigió a la puerta y se fue de la habitación donde se encontraba _________.
__________ se encogió de piernas rápidamente. Dios mío… no creía lo que Justin acababa de hacer…
Pero le había gustado, mucho. Nunca se había sentido tan excitada. Sentía como la humedad se esparcía más y más. Debía hacer algo… antes de acostarse.
Justin se tumbó en la cama. Se relamió los labios una vez más. Dios mío, sabe tan bien.
Pero _________ no lo había saciado. Al contrario, lo había rechazado. Y a Justin le daba rabia ¿Por qué no quería…? Escuchó algún quejido. Apoyó la oreja contra la pared que daba a la otra habitación, a la de _________.
Gemidos… se está masturbando.
Justin aún se excitó más. Imaginar el esbelto cuerpo de ________ contrayéndose y arqueándose, dándose placer ella misma, era demasiado. ¡Pero no!
Era él quien quería darle placer. ¿Por qué le había dicho que no tenía ganas? Cuando ahora se satisfacía sola… mientras él podría ser el que produjera esos gemidos. Bufó cabreado y orgulloso a la vez.
Además que él también necesitaba que le echaran ‘una mano’. Tenía la erección más grande de su vida. Ni Jasmine consiguió empalmarlo de esa manera. Hablando de Jasmine… Chaz le estaba llamando al teléfono. Descolgó.
- Que.
- Uy… que borde. – se rió su amigo - ¿Qué pasa? Necesitas follar más, eh.
- Ni que lo digas. – dijo Justin pasándose una mano por el pelo. - ¿Qué quieres?
- Surgió un problema.
- ¿Cuál? – Eso le sonaba mal. Cada vez que Chaz le decía ‘hay un problema’ equivalía a ‘el mundo está patas arriba o estamos a punto morir por un asesino en serie’. O algo por el estilo.
- Esta mañana te acostaste con Jasmine. – dijo su amigo en tono burlón.
- Si… ¿y?
- Ella es una de las que están entrometidas en la mafia rusa de Donovan.
- ¿Qué?
- Era una infiltrada, joder. – Chaz parecía más alterado – todo fue para distraerte, así se llevaban a la chica. Sabes que Donovan es el violador que coleccionaba a las mujeres que se había tirado. Un pirado total.
- Si, si…
- Pues si no llega a ser por ti, ella ya estaría muerta y en un armario junto con los otros cadáveres que hemos encontrado. – Chaz suspiró – ese no es el punto. Jasmine estaba compinchada con él porque… - hizo una pausa – Ostia, parece que decirte esto me jode más a mí que a ti.
- Suéltalo de una vez.
- Jasmine es la hermana de Milena.
- No puede ser… - la voz de Justin se ahogó.
- Busca la venganza de su hermana. Por eso se infiltró en la CIA para dar contigo… te quiere muerto, Justin.
Justin no pudo pegar ojo en toda la noche. Sabía las cualidades que tenia Jasmine… y lo que menos le preocupaba en esos momentos, era él. Su familia… sus conocidos.
Aquella sádica loca era capaz de todo. Había nacido para trabajar en agencias de espías. Había nacido para ser una de las mujer seductora y con grandes cualidades para matar… a hombres, en un abrir y cerrar los ojos. No tenía remordimientos, y mucho menos, conciencia.
Las siete de la mañana. Justin se levantó, harto de dar vueltas en la cama. Toda su familia sabía protegerse, pero si a Jasmine se le ocurría ponerles un dedo encima… intentar siquiera algo, él no tendría ningún miramiento por que fuera mujer. Por que terminaría en la tumba, junto con su hermana y Alexander Donovan.
Se preparó un café solo. Para ver si se despejaba un poco. ________ tenía el sueño ligero y no pudo evitar despertarse. Se levantó y fue hacia la cocina.
- Buenos días. – murmuró Justin. ¿Por qué estaba avergonzado? Nunca había estado avergonzado de lo que había hecho. Pero al ver a ________ aparecer con su jersey, despeinada… inocente, hizo que se ruborizara. Él no se ruborizaba, eso era de nenazas.
- Buenos días. – le sonrió ella, como si ayer por la noche no hubiese pasado nada.
La observo. Ella buscó algo en la nevera y vertió algo de leche en un bol.
Y pensar que aún podría estar más despeinada si hubiera pasado la noche conmigo.
Justin dejó su taza de café en el friega platos. Justin cogió las llaves del enorme llavero en la entrada.
________ alzó la vista.
- ¿Dónde vas? – le dijo.
- ¿Tanto te importa? – dijo Justin arqueando una ceja.
Ella frunció el ceño, cabreada por su arrogancia. Pero no quiso discutir. Se encogió de hombros.
- No, la verdad es que no. – puso una expresión indiferente y siguió desayunando.
Lo que no sabía es que a Justin le quemaba por dentro que pasaran de él de ese modo. Apretó la mandíbula y se contuvo las ganas de seguir con la conversación.
- Me voy… al pueblo… tengo que comprar algunas cosas. – suspiró. ________ lo miró de nuevo – y tengo que pasar por la casa de mis padres. – sus amigos tenían armamento de sobras y seguro que ya estaban allí. Chris y Chaz habían trabajado con él durante un año y medio. La mayoría de cosas las había aprendido de ellos.
- ¿Pasa algo? – Justin iba a responderle con otra pregunta: ¿eres adivina?
- Si… hay una mujer que quiere matarme… bueno, hacerme sufrir… y temo que vaya en busca de mi familia.
- Oh dios mío. – dijo ________ tapándose la boca con las manos – ten cuidado.
Justin se tensó ante esa otra muestra de afecto.
- No te preocupes. A mí no me hará nada. – miró a su alrededor – si por algo aparece algún secuaz de Donovan por aquí… aun que no lo creo… estarás a salvo, Kellen fue militar… y trabajó algunos años para mí. Es muy bueno. - _______ sonrió. Él intentó sonreír, pero le salió una mueca. _______ ahora se rió.
Buen intento… Se le puso la piel de gallina al pensar que Justin Bieber había intentado sonreír para ella.






martes, 11 de septiembre de 2012

Protegeme capitulo: 05


                                                      





- Hum… - murmuró Justin acomodándose los pantalones.

- ¿Por casualidad… - dijo volteándose hacia él de nuevo – no tendrás ningún tipo de lencería femenina, maquillaje… algo para mí?

 -¿Algo para ti? Ven, bájame los pantalones, y verás lo que tengo para ti nena.

 ¿me ves con cara de coleccionar las bragas de las chicas que me tiro? – dijo
Justin dando un trago de su cerveza. Y reprendió – para luego dejárselas a las mujeres que yo mismo protejo. O bueno, también exceptuando a los contados homosexuales que también me piden lencería de mujer.

- ¿Tienes que ser tan arrogante conmigo? – dijo ella negando con la cabeza.
Justin la ladeó, afirmando su pregunta. – Vete a la mierda. – le dijo sin más – eres tu quien me ha llevado aquí. Por lo menos podrías tratarme mejor.

- Nena, yo solo se tratar bien a las mujeres en un sitio, y ese es en la cama. – sonrió – si quieres... te trato bien.

- Encima guarro.

- ¿Guarro? No, por dios. Realista. – la miró descaradamente – mírate, tu cuerpo me pide que me lo coma. Vas provocando como una cualquiera. – le espetó sin remordimientos - ¿Por qué no te has puesto los pantalones?

- Porque me van enormes.

- Mira por donde… ¿Y que llevas debajo? – le dijo, sabiendo la respuesta. Ella se ruborizó.

- Nada.

- Eso afirma lo que digo.

- No soy una cualquiera, no voy provocando, y no es mi culpa si solo se te ocurre dejarme ropas tuyas, que me van cuatro tallas mayores.

- Nena, es lo único que tengo aquí... – Justin hizo una mueca que hizo reír a _______.

- ¿Tienes ya la cena hecha? – preguntó, simpática de nuevo, a pesar de todo – es tarde, ¿no tienes hambre? Yo puedo preparar algo.
Justin sonrió. ________ era la primera vez que lo veía sonreir tan confortablemente.

- Haz lo que quieras, pero seguro que será mucho mejor que la comida de Kellen.

Ella se rió y buscó algunas sartenes, sacando algo de la nevera. Se agachó, haciendo que el jersey subiera, dejando ver mucho más que el muslo. No había manera de que la erección de Justin bajara. Y él para nada se la tapaba, aun que _________ no se había fijado. Tenia algunos fogones encendidos, cuando se giró.

- ¿Vas a estar mirándome todo el rato? – dijo sintiéndose observada, y es que así era. Justin no le quitaba ojo.

- ¿Te molesta?

- Bueno… - dijo arqueando una ceja. – Podrías hacer otra cosa… no se que me miras tanto. – dijo riendo.

Justin se levantó y la ayudó a preparar la comida. Le pasó por detrás, rodeándola suavemente. ________ sintió el olor a su seductora colonia, mezclada exquisitamente con su propio olor. También sintió el roce de algo, precisamente en su trasero. Justin cortaba algo a su lado. Ella miró discretamente hacia abajo. Era lo que se temía, una erección… más que enorme. Se sonrojó de inmediato. ¿Justin estaba duro? Era más que evidente, durísimo. Justin sonrió, sabiendo que ________ estaba totalmente ruborizada por aquello. La miró por el rabillo del ojo.

- ¿Tanto te avergüenza saber que me excitas? – pregunto como si fuera la cosa más normal del mundo.

- No…no es eso. – mintió.

- ¿Es que te sorprende el tamaño, acaso? – dijo riéndose.

________ giró la cara, poniéndose más roja que el mismo tomate que Justin estaba cortando. Se sentía excitada, Justin era guapísimo, tenía un cuerpo que cualquier mujer, por muy pura que fuera, desearía tocar… y ahora el tamaño de su maldita erección – creada por ella - . Sintió como la excitación le resbalaba muslo abajo. Justin se le acercó desde atrás. Le rodeó la cintura con uno de los brazos. El corazón de ________ parecía que se le fuera a salir. No tenía experiencia con esto, no tenía experiencia con los hombres. Y a pesar de sus veintidós años se sentía caliente como una adolescente en su primer coito.

- Hueles tan fuerte… - dijo Justin acariciando su cuello con la boca – prometí no volver a tener relaciones con el trabajo, pero tú eres pura tentación. – La apretó contra su erección. A ________ se le escapó un gemido - ¡Joder! Puedo notar desde aquí lo mojada y caliente que estas… huele tan bien… - le colocó el pelo por detrás de la oreja – déjame probarte… lo necesito.

Justin la agarró de los muslos, sin pensar. No ya no... ¿Pensar? ¿Qué era eso? Se había esfumado de su cerebro. ¿La vista? La tenía nublada. Lujuria, lujuria. Olía tan bien, a mujer, a mujer excitada. Y lo enloquecía. Devoró su cuello sin miramientos, subiendo por su boca. ________ intentó zafarse de su brutal abrazo.

- Justin… Justin por favor… - gimió, aun que nunca había estado tan caliente.

Los sabrosos labios de Justin pulsaron con los suyos, metiendo la lengua, descubriendo su boca, ofreciéndole su saliva. Y sabía bien, joder si sabía bien. _________ tenía el mejor sabor, el mejor olor y el mejor todo que había visto en toda su vida. Y lo volvía loco, nunca le había pasado, pero aquello se había convertido en una droga en poco tiempo. ¿Qué sería de él si tenía que tenerla todo un mes en su casa? Era Afrodita en persona, la diosa del amor, del sexo. Y aun no la había probado. Parecía que no hubiera follado des de hacía meses, pero aquel mismo día había fornicado al menos cinco veces con Jasmine – a pesar de que él apenas llegó al orgasmo una vez -. Aquello era anormal… la inocencia y el cuerpo de __________ lo hipnotizaba, lo dominaban como no lo había hecho antes ninguna mujer. El grito de ________ lo sacó de repente de la nube de lujuria en la que se encontraba. La miró, ahora con la mente clara. Le había hecho daño, en sus ojos había lágrimas. La había tocado demasiado fuerte, sin pensar en la sensibilidad. ¿Sensibilidad? Él no entendía de eso, pero si sabía que no debía hacerle daño a una mujer en este caso. Ella debía gozar, y _________ no lo estaba haciendo. Se separó un poco.

- Lo… lo siento. – se disculpó, y a __________ le sorprendió que lo hiciera.

- No pasa nada…

- Si, si pasa te he hecho daño, y eso que no he llegado a nada. – suspiró mirando sus manos que aun estaban ahuecando los sensibles y duros pezones de _______, por fuera de la camisa. Las retiró rápidamente. Deseaba a esa mujer como nunca había deseado a nadie. Y ahora que se arrepentía de lo que acababa de pasar, intentaría que eso, no volviera a suceder. – Lo siento. – repitió de nuevo.

- No pasa nada. – dijo ella sonriendo y acariciándole el pelo. – se que no lo hiciste con mala intención. – se bajó de la mesa en la que Justin la había sentado – olvidémoslo, solo fue un calentón.

Y vaya con el calentón.

__________ sirvió los platos. Sabía que a pesar de que le había dicho a Justin que se olvidaran de aquella tontería, no tendrían el mismo trato. ¿Y qué trato? Si Justin la odiaba... y ella a él. Era basto, arrogante y creído. Que estuviera bueno era un tema aparte. Un escalofrío le recorrió el cuerpo. Justin era experto en tratar a las mujeres, y ella apenas sabía nada sobre el sexo. Ni pensar en acostarse con Justin. No, no, no. ¿Y si eso volvía a pasar? Intentaría evitarlo, aun que desearía que no fuera así, y que
ella y Justin guardaran las distancias.

- Te ha quedado muy bueno… - dijo Kellan rompiendo el hielo.

- Oh… - ________ se sobresaltó – gracias.

- ¿Son raviolis, no?

- Si… aficionada a la música italiana. – sonrió – con carbonara están buenísimos.

Justin no dijo nada en toda la cena. ________ se sentía algo cómoda con unos ajustados bóxers de licra de Justin, aun que le hacían bolsa por delante… otra de las muchas cosas que delataban el tamaño de su masculinidad. En el café Kellen volvió a romper algo el silencio.

- ¿Y estás con alguien?

- ¿Cómo? – ella rió – no, no tengo novio ni nada ahora mismo. – sonrió.

- ¿Y Donovan?

- Alex no es ni era ni será nunca mi pareja. – se rió

- ¿Pero te acostaste con él? - _________ casi se atraganta con su cortado

- Por dios, no me acostaría con él. – se rió – Yo… - estuvo a punto de desvelar algo, de pasar vergüenza delante de dos hombres que se la comían cada vez más con los ojos, expertos en la cama, seguramente. – Yo no tengo tan mal gusto.
Kellen y Justin se rieron.

- Así me gusta. Así que nada de nada con Donovan… ni trato, ni hecho. – sonrió Justin. – pero juraba que tú eras otra de las zorrillas de su cama.

_________ lo miró mal. Se levantó y se fue hacia donde Justin le había enseñado la habitación de invitados.

- Perfecto, la has cagado… hasta el fondo. – Masculló Kellen recogiendo su plato.

Justin se encogió de hombros, ayudando a recoger los platos y meterlos en el lavavajillas. Un hombre duro, pero no le quitaba el ama de casa que llevaba dentro. Cuando terminó se dirigió al cuarto donde estaba ___________. Dormida. Estaba tumbada con una pierna arqueada. Su propia camisa subida, dejando ver el plano vientre con el ombligo. Se acercó, con silencio – por algo era agente de la CIA porque sabía tener cuidado – . La tenue luz de la lámpara resaltaba sus rasgos. Su pelo caía despeinado y natural por la almohada. Su piel ligeramente bronceada, los parpados cerrados, la respiración pausada y tranquila. La excitación volvió al ver toda la imagen, acompañada de el aroma a mujer que desprendía, que había impregnado una de las habitaciones de su propio chalet el que solo olía a testosterona de Kellen y él. Se inclinó para olerla. Melocotones, fresas, todas las flores del mundo juntas. Se subió con cuidado en el pie de cama y se quitó el jersey.
Demasiado calor.
Siguió avanzando y se inclinó, subiendo con sumo cuidado el jersey de ella hasta por encima del pecho. Los observó con cautela, embobado, y nunca mejor dicho. Y _________ seguía plácidamente dormida. La pausada respiración hacia que los pechos subieran y bajaran rítmicamente.

Justin se tuvo que desabrochar los pantalones, no podía más. Si seguía así le quedaría la cremallera de los pantalones marcada de por vida. Sintió un gran alivio. Se inclinó, quería probar esos estupendos pezones. Quería que la suave piel de __________ se erizara por su culpa, quería que sus deseables pezones se erectaran a causa de su lengua. Tenía ganas, pero si hacia algo así, la despertaría. Se contuvo y la siguió observando. Bajó la mirada hacia el bóxer. Se colocó entre las piernas separadas de _________. Quería acariciarlas, quería tocarla, toda. Rozó sus labios contra ese bóxer tan jodidamente conocido. Ahora impregnado de la feminidad, de la flor de ___________. Estaba duro, estaba más que eso.

_________ sentía la respiración de Justin. Hacía rato que sentía su presencia, no estaba del todo dormida, y eso la había acabado de despertar. ¿Qué haría? Ella se había dejado desnudar casi completamente.
Justin le había echado un vistazo a sus pechos, y ella no se lo había impuesto. Estaba tan sumamente excitada que aceptaría cualquier cosa que Justin le ofreciera.

A él le vino ese dulce y fuerte olor de nuevo. Sonrió.

Excitada, caliente.

Eso fue la gota que colmó el vaso, Justin iba a correrse antes de mojar. Sonrió de nuevo y miró la supuestamente cara dormida de __________. Volvió a inclinarse, deseaba con todo su ser saborear a __________, hasta la última gota de ese manjar delicioso que emanaba de su pura feminidad. Le arrancó los bóxers, bajándolos con los dientes. Todo pasó tan rápido, que cuando __________ se dio cuenta, ya tenía la lengua de Justin paseándose, disfrutando, de arriba abajo por toda esa mojada hendidura.


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hermosas, bellas, preciosas, ok no :p esto es todo por hoy. como la mayoría de mis lectoras tienen blackberrys, y no pueden comentar desde alli, entonces puse en vez de comentarios, puse reacciones.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Protegeme capitulo: 04



Untitled


__________ intentaba dar patadas, pero Justin la tenia cogida por los muslos, encima de su hombro. 


- Estate quieta muñeca, no me gustaría tener que abusar de mi fuerza. – pero ella no hizo caso. Justin le dio un cachete en una de las nalgas, cubiertas solo por aquellas excitantes braguitas negras. Ella abrió los ojos y paró de patalear en el pecho de Justin – Veo que me entendiste. –

Sonrió y la dejó con cuidado en el copiloto. __________ lo miraba con lágrimas en los ojos, de los nervios, de la rabia, de todo .Justin se puso las gafas de sol y metió las llaves por el cerrojo del coche. Le echó un último vistazo a ________. 


- No me llores ¿eh? – dijo negando con la cabeza - ¿confío de que te puedo desenmordazar? Ella asintió rápidamente .Justin le quitó la mordaza. __________ respiró hondo y profundamente. Justin arrancó el coche, sin una simple sonrisa, ni siquiera una tierna mirada. Frio como él sabía ser. __________ lo observó. La chaqueta de cuero le daba un aire supererotico, arrapado a sus musculosos brazos, igual que ese jersey negro en sus abdominales. Los pantalones, ni estrechos ni anchos daban mucho a la imaginación, aun que ella ya sabía el par de piernas que escondían. Y las botas a lo militar, terminaban de rematar la virilidad de aquel personaje. Se sonrojó sin saber por qué. Vio el pantalón rasgado, y como de él salía sangre sin cesar. 

- Te sangra la pierna. – dijo moviéndose en su asiento, como señal de que la desatara.

- Ya estoy acostumbrado. Esto es solo un rasguño.

- ¿Un rasguño? Quizás hacen falta puntos y todo… - _________ consiguió desatarse las manos y se inclinó, ante la pierna de Justin. 

- Eh, ¿Qué coño haces? Quieres que tengamos un accidente…

- Cállate. – le ordenó ella. Justin por primera vez se sintió dominado.

¿Por qué?Él era el que dominaba a las mujeres, nunca al revés. Y aquella mujer lo había hecho callar.

– Estudié algo de primeros auxilios.

Le subió el pantalón a Justin, mientras apoyaba la frente a la rodilla derecha de él. Se mojó un par de dedos con saliva y mojó la herida. A Justin le escoció esa herida. Se tensó y en su cara se expresaba dolor. Aunque no para todos pareció ser dolor… Un policía le mandó que parase.

- Bueno, pero que tenemos aquí. – dijo cuando Justin bajó la ventanilla y__________ se volvió a incorporar en su asiento, habiendo cubierto la herida de Justin con un pañuelo – le curo la herida en plena carretera. 

- No, agente, no es lo que parece. – se intentó disculpar __________. 

- Claro, nunca es lo que parece. – la miró, comiéndosela con los ojos, ya que la chica solo iba cubierta por ropa interior. Justin se percató y le lanzó su chaqueta de cuero a__________. Ella se tapó rápidamente. 

- Agente… 

- Nada de peros ni quejas. – sonrió – espero que haya disfrutado, señor…

- Justin. Justin Bieber– dijo Justin pasándose la mano por el pelo – aunque se equivoca.

- Ya claro… - sonrió de nuevo – por esta vez solo serán doscientos dólares, porque la señorita también iba desabrochada. 

Justin sacó su billetera y haciendo de la multa que le dio el policía, una bola tirada en el maletero del Lamborgini, pagó de mala gana. Asegurándose de que esta vez________ se abrochaba, arrancó de nuevo. 

- Lo siento… - murmuró ________, apenada por el gasto. – No debí moverme. 

- No, no debiste. – dijo Justin gruñendo. – podríamos haber tenido un accidente. 

__________ se sorprendió.

- Pero no me refiero a eso… a la multa…

- Por eso no te preocupes. No es nada. 

- Si lo es...

- ¿Tienes que tener siempre la última palabra? – dijo Justin mirándola por encima de las gafas de sol.

Ella no dijo nada más, volvió la mirada hacia la ventanilla. Justin se fijó en la deliciosa comisura de sus rosados labios. Y como desearía que el policía hubiera tenido la razón.

_________ se sonrojó. En cambió observó a Justin por el rabillo del ojo. Él no estaba ruborizado, para nada. Después de la acusación del policía... se imaginaba ¿y si aquello hubiera sido cierto?. Sin pensarlo, se aferró más a la chaqueta de Justin. Olía bien, olía a hombre, mezclado con un perfume viril y exquisito.

- ¿A dónde vamos? – preguntó ________ pensativa.

- A una casa que tengo en mi cala privada. – dijo orgulloso. ________ supo que a aquel individuo que la había raptado le sobraba el dinero.

- ¿Por qué no me llevas a mi casa y olvidamos lo sucedido? – suspiró – yo como si no te hubiera visto nunca.

- Nena, eso es imposible. – en su rostro se dibujó una sonrisa espectacular. La ronca voz estremeció la espina dorsal de __________, produciéndole un delicioso escalofrió. – Además, los secuaces de Alex, una de las bandas de una mafia rusa, te estarán buscando, ahora que ya has tenido trato con él.

- ¿Pero por qué? Yo no hice nada.

- Bastó con las relaciones que tuviste con Alexander Donovan, para que te involucraran con él. Ahora eres tú a la que buscan. Son así de sádicos... – Justin tragó saliva, a ________ le extrañó, y con un hilo de voz terminó la frase – los rusos...

A ________ se le llenaron los ojos de lágrimas.

- No me llores, ya te he dicho que no me gustan las lágrimas. – Dijo Justin entrando en un gran subterráneo donde había un BMW plateado, igual de bonito que el caro Lamborgini. – Conmigo estás a salvo, mi jefe me encomendó que te protegiera e intentara sacar de ti más información sobre la mafia de Donovan. Y así lo haré.

Salió del coche y se dirigió al copiloto. _________ se había olvidado de todo, hasta de desabrocharse los pies. Justin abrió la puerta y al ver que aun seguía con la cuerda se agachó y se la desabrochó. ________ se sonrojó al sentir la respiración de la boca de
Justin chocando contra su muslo. Pronto la cuerda cayó al suelo.

- Habrá un par de normas. – dijo Justin, estricto – No intentaras huir, a no ser que quieras que te maten – rió – Aunque es prácticamente imposible, el acceso aquí es muy difícil hay muchas armas de protección contra personas alienas. Esta enorme cala es mía, todo lo que tiene me pertenece a mí. – la miró – Ahora tú estás incluida a la lista.

- No te pertenezco – musitó ________.

- Ahora sí. Estas en mi propiedad, eres de mi propiedad. – la miró – prométeme que por tu seguridad no saldrás de la isla.

________ agachó la mirada.

- ________. – la primera vez que decía su nombre. Y fue como el mejor de los roces, su piel se erizó.

- Bueno... – dijo con énfasis en la segunda vocal.

- ________. – volvió a repetir con más seriedad – si te pasa algo yo seré el responsable. 

- De acuerdo… - suspiró - ¿Hasta cuanto tendré que quedarme aquí?

- Hasta que encontremos a los secuaces de alex que van a por ti. – empezó a caminar hacia una puerta – O los mataran mis compañeros… - la miró sonriendo – o vendrán y me cargaré a los siete secuaces de Donovan, uno por uno.

_________ tuvo otro escalofrío. Justin era un tipo duro, no le importaba matar a la gente.

- ¿Te gusta tu trabajo? – dijo ________ con expresión preocupada.

- ¿Te refieres a matar a la gente? – entró en el ascensor, cogiendo del brazo a
________. - ¿O a ser un agente secreto?

- A lo primero…

- No gusta nunca matar a la gente, a no ser que seas uno de esos terroristas, que siguen matando aunque les cueste la vida a ellos.

_________ observó los limpios trechos de su cara. Era guapo… no, guapísimo. Unos ojos color miel almendrado claros y penetrantes, que clavaban la vista al vacio, una nariz recta y unos labios generosos. Justin le pilló la mirada con la suya. Ella agachó la vista enseguida. Él sonrió.

- ¿Qué mirabas? – dijo gracioso. El simple tono de frialdad con la que la trataba antes desapareció.

- Na…nada.

- ¿Te gusto? – preguntó sin más, abriendo los brazos. - ¿te gusta esto, muñeca? 


________ no pudo evitar morderse un labio.

- Me deseas. – sonrió Justin– deseas mi cuerpo ¿verdad?

En ese momento se abrieron las puertas. __________ salió rápido de allí, más roja que un tomate. Justin era un creído. Un creído con el cuerpo de Dios griego. Y la cara de ángel. Topó con algo.

- Perdón. – masculló, aun con la imagen de Justin abduciendo su mente.

Un hombre apuesto, fuerte, de rasgos germánicos, rubio y con pequeños pero preciosos ojos azules yacía estático en frente de ella.

- Perdóneme a mí, señorita… - se inclinó para besarle la mano.

- Bueno, ya, ya… cursileras. – dijo Justin poniéndose entre medio –Él es Kellen, un compañero mío, el cual me debe una muy gorda y de momento le dejo que se ocupe de esta casa… pocas veces vengo. Muy pocas. Y ella es ________.

- ¿La de Dovone? – dijo el supuesto alemán sonriendo y mostrándose aun más guapo.

- Y dale, que no tengo nada que ver con Alexander. – dijo ________ cruzándose de brazos.

Tenía enfrente a un hombre salido del propio infierno y a otro caído del cielo. Los dos supuestos agentes de la misma agencia, con habilidades y fuerza bruta. El cuadrado alemán se la quedó mirando, descaradamente.

- Alex se habrá puesto las botas – dijo centrando sus ojos en sus muslos desnudos.

- Ya basta, Kellen. – le dijo Justin. – ella dice que no ha tenido ninguna relación con Alex.

- Entonces, que desperdicio. – sonrió relamiéndose.

- Oh dios, quiero irme a mi casa ¡ya! - ________ se echó el pelo hacia atrás, abriendo la chaqueta de nuevo, sin querer y dejando ver sus pechos cubiertos por el sujetador negro. Los dos hombres se la quedaron mirando.

Era un peligro, un verdadero peligro, dos hombres que rebosaban de testosterona, con una sola mujer encerrada en aquella casa de la Isla o cala de Justin.

- Será mejor que te calmes.

- Si, será mejor que me tome una ducha… - dijo bufando - ¿Tienes?

- ¿Por quién me tomas? Tengo hasta piscina. – masculló Justin– Primera puerta a la izquierda. Ahora te traigo las toallas y algo de ropa… - la miró de arriba abajo – aun que con el tipito que tienes mi ropa te irá grande… tendré que comprarte algo, aun no sabemos el tiempo que te pasaras aquí.

_________ asintió y se dirigió a la ducha, dejando caer antes la chaqueta, dejando ver un trasero deseable y unas buenas piernas, moviendo las caderas. Dejando a Justin aturdido – y eso que para mujeres, él había visto de todo tipo -, aquello lo ponía, aquella mujer lo excitaba, más de lo que pudiera llegar a pensar.

Justin fue a coger una de sus camisas viejas. También cogió unos pantalones cortos, aunque a _______ le irían como unos piratas. Una toalla de cuerpo.

Mujeres… ¿una ducha en medio de toda esta mierda? Eso es lo último que me gustaría a mí en este momento de presión.

Abrió la puerta del baño, sabiendo que _______ ya estaba dentro de la ducha, con el agua tibia recorriendo su cuerpo. Justin pensó que no le importaba, había visto muchas –demasiadas – mujeres desnudas en toda su vida, y ya no le sorprendía nada. O eso es lo que pensaba él antes de entrar en el cuarto de baño.

- Te lo dejo aquí. – dijo dejándolo en la encimera.

- Ok… - la voz de ________ parecía tan relajada y excitante que Justin no pudo evitar sonreír.

Levantó la tapa del wáter, se bajó el cierre y se dispuso a orinar. Cuando _________ lo escuchó asomó la cabeza por la cortina.

- ¿Qué haces? – dijo molesta.

- ¿Orino? – dijo él con énfasis, y dejándoselo ver todo.

- Mierda Justin , no podrías esperarte…

- ¿Y me hago encima, guapa? - ________ se ruborizó.

Sin querer discutir más se metió de nuevo, tapándose con la cortina. Justin se dispuso a salir, pero vió que la cortina de la ducha no cubría del todo, había un sitio que no tapaba. Se apoyó en la puerta y observó a _________ enjabonándose. Estaba agachada, con todo su hermoso trasero desnudo a la vista. Justin no apartó la vista de ella.
Resiguió la mirada, por su estrecha espalda, por las torneadas piernas. Todo brillante por el agua. Jodidamente excitante, más que una película porno de Jenna Jameson. __________ se incorporó de nuevo. Echó champú en sus manos y empezó a frotarse el pelo. Cerrando los ojos para que no el entrara el jabón, se puso de perfil, debajo del chorro de agua.

- Madre mía… - masculló Justin fijándose en su plano vientre, subiendo hasta la vista que tenia de sus perfectos pechos, sus oscuros pezones de punta.

Se fijó en su pubis, depilado. Justin sintió algo que nunca había sentido. Nunca lo había puesto -ni gustado- tanto ver una mujer desnuda, y más, sin hacer siquiera nada. Su pene empezó a latir con brutalidad, se endureció contra los pantalones. Quería liberarlo, quería quitarse la ropa, meterse en su bañera con esa diosa afrodisiaca y follarla sin compasión. Antes de hacer una locura semejante, Justin se retiró, ajustando la puerta, dejando que _________ se duchara tranquila. Ahora el problema era como iba a bajar aquella enorme erección, si lo que más le confortaría es que _________ se abriera de piernas para él – y solo para él – y dejara que se desahogara en sus entrañas, mientras ella gritaba su nombre una y otra vez, gozando como nunca, mientras él se hundía completamente en su torneado cuerpo.

- ¿Qué te pasa? – se rió su compañero Kellen, al verlo tan agitado.

Justin bufó. Siempre se lo contaban todo, hasta las aventuras con las chicas.

- Hace mucho, mucho tiempo que no te veo ruborizado, amigo. – Retomó Kellen.

- Lo sé. Hasta yo me sorprendo a mi mismo – Dijo Justin parpadeando para que se le fuera la tontería.

- ¿Entonces? ¿Has visto a Elsa Pataki desnuda o algo así?

- Lo que he visto le da mil vueltas a la Pataki. – masculló Justin riendo.

- No puede ser.

- Asómate por la puerta del baño y lo compruebas tu mismo. – le sugirió Justin.

- Oh dios, ¿espiando a tu clienta?

- No es mi clienta, es un caso…

- Da igual… ¿te pone, eh? No está mal.

- ¿Qué no está mal? – espetó Justin – Bueno, dejemos el tema…

- ¿Qué pasa? Siempre te gusta opinar sobre las mujeres conmigo.

- Lo sé, pero no… de clientas o casos o testigos…

- Temes que pase lo mismo que pasó con Milena. – No fue una pregunta, fue una afirmación. Justin no dijo nada, pero eso mismo lo delató. – No tiene por qué…

- Lo sé, pero desde entonces… he aprendido la lección, nada de acostarse con la faena…

- Tomate un descanso. – suspiró Kellen – Lo necesitas. Y si no lo haces tú – se rió – pronto me veras a mi entre sus piernas.

El apuesto alemán se levantó y se fue riendo, hasta su habitación. _________ apareció entonces. Con el pelo mojado y solo con el jersey de Justin que le llegaba un poco por encima de las rodillas.

- ¿Qué tal la ducha? – se atrevió a decir Justin.

- Muy, muy bien. – dijo estirándose y mostrando algo más del muslo – estoy súper relajada.

Pues, si supieras que tan tenso estoy yo, muñeca...

- ¿Tienes algo para beber?

Justin arqueó una ceja.

- Acabas de llegar aquí y, ¿ya pidiendo? – masculló.

- ¿Qué quieres? Tengo sed… y ya sabes que hacer, sé que no te caigo bien. – le dijo mirándolo con ojos de niña inocente – Y sé que no me quieres aquí, que es solo por tu… trabajo. Pero solo tienes que meterme en tu precioso auto y devolverme a la ciudad.

- No haré eso. ¿Para que? ¿Para que te maten? – dijo con una sádica sonrisa – Entonces no cobraría por este caso, eso es algo que es imposible.

________ suspiró y se dirigió hacia la nevera.

- Te importo solo por el dinero ¿cierto?- pregunto irritada-

- Claro. No sabes el dinero que gano en mi faena, por algo tengo todo esto. – abrió los brazos – Y si tengo protegida una testigo como tu… - puso los ojos en blanco. – Además, arriesgo también mi vida en este trabajo.

- Es lo que tú elegiste.-dijo sin interés-

Justin la miró serio. Mal, frio, como él era. Nada de sentimientos, nunca.

- ¿Tienes que tener siempre la última palabra? – preguntó retóricamente.

- Si. – le contestó, enfadándolo, dando un trago a un jumo de piña. Justin observó cómo se relamía los deseables labios.


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Listo..... espero que comenten.... gracias por sus twetts de verdad mil gracias :*